sábado, 17 de diciembre de 2016

ISRAEL, SIONISMO Y ANTISEMITISMO LOS MITOS FUNDACIONALES DE LA POLITICA ISRAELI

15-12-16.
Int. No. 348 
ISRAEL, SIONISMO Y ANTISEMITISMO 
LOS MITOS FUNDACIONALES DE LA POLITICA ISRAELI
(Roger Garaudy)
  
Es tiempo de poner los puntos sobre las íes en torno al álgido problema del sionismo, el Estado Israelí y el llamado antisemitismo.

Comenzaremos con el antisemitismo que es precisamente el que determina una confusión muy grande en cuanto a dilucidar la esencia del racismo, y, en general el mito del "Pueblo elegido de Dios". En nombre de la lucha legítima contra el racismo antisemita de carácter hitleriano, se ha desarrollado toda una ideología que sataniza, condena y criminaliza toda crítica y toda condena al Estado Judío (Israel) y sus fechorías contra todos los países árabes, contra los musulmanes de todo el mundo y últimamente contra la soberanía de el Líbano y Palestina en la Franja de Gaza y en Cisjordania.

Es hora de deslindar con toda precisión la diferencia que existe entre el pueblo judío, la religión judía de la política israelí. Los judíos o hebreos constituyen o mejor constituyeron un pueblo que sufrió a lo largo de su historia una verdadera "Diáspora" es decir una desasimilación nacional que diluyó completamente a dicho pueblo en el seno de las naciones y pueblos que recibieron su inmigración.

El actual "Estado Israelí" es simplemente el gendarme imperial en el corazón del mundo árabe y ha sido creado artificialmente por el maquiavelismo occidental que pretendía crear un quiste propio en la zona para controlar las enormes riquezas hidrocarburíferas del Golfo Arabo-Persa. El principal pretexto para la "creación" de ese estado artificial fue el llamado Holocausto hitlerista del pueblo hebreo, empero, ¿qué culpa tienen o tenían los palestinos de los crímenes precisamente de la cultura occidental? (el nazismo es parte de la cultura occidental, es decir el racismo).

Israel no es una nación y por ello mismo tampoco puede ser un Estado. Citamos al gran judío Albert Einstein, el más grande físico-matemático de la historia que decía en 1938:

«Sería más razonable, en mi opinión, llegar a un acuerdo con los árabes sobre la base de una vida común y pacífica que crear un Estado Judío. La conciencia que poseo de la naturaleza esencial del judaísmo se resiste a la idea de un Estado Judío dotado de fronteras, de un ejército y de un proyecto de poder temporal, por muy modesto que sea.  Temo las heridas internas que el judaísmo pueda padecer si se desarrolla entre nosotros un nacionalismo cerrado. Ya no somos los judíos del período de los Macabeos. Volver a ser una nación, en el sentido político de la palabra, equivaldría a alejarse de la espiritualidad de nuestra comunidad que debemos al genio de nuestros profeta...» (1)

Ratificamos, Israel no es una nación. La teoría de la nación más robusta y coherente, quiérase o no, sostiene que son varios los elementos constitutivos de la misma, entre ellos tenemos la formación histórica, una comunidad de territorio, de lengua y de psicología que se resume en una comunidad de cultura y finalmente una estructura económica común que permite su supervivencia determinada en el tiempo y siempre tendiendo hacia la autodeterminación. (2)

El antisemitismo ha cobrado actualmente una fuerza inusitada y una legitimidad indudable que tiende a aumentar en la medida que el Estado Israelí sigue cometiendo crímenes de Lesa Humanidad ante la indiferencia de Occidente, de las Naciones Unidas, de una espuria "comunidad internacional" y la complicidad o mejor co-autoría del Imperio yanqui con los crímenes inauditos.

Ya no podemos, si somos sinceros, distinguir y separar, entonces el semitismo judaico legítimo como expresión religiosa plenamente válida y el genocida sionismo israelí antihumano y de características nazi-fascistas. Es posible y muy legítimo hablar de un fascismo israelí. La comparación hecha por José Saramago (3), que parangona Ramala, Deir Yashin, Sabra y Shatila con Auschwitz, Treblinka o Belsec-Belsen no deja de ser pertinente aunque hay que señalar, para ser enteramente justos, que los primeros carecen todavía de cámaras de gas y hornos crematorios.

Empero no se trata solamente de ese verdadero monstruo apocalíptico que se ha creado en tierras palestinas, sino del apoyo irrestricto, cooperación y complicidad de la potencia número uno del mundo: Los Estados Unidos que tienen  en sus más altos niveles la presencia de un Lobby israelí poderoso que incluso llega a cuestionar y privilegiar sus intereses sobre los de las clases dominantes yanquis no judías. El escritor James Petras en un artículo muy importante no explica y dice:

«La investigación del FBI sobre agentes del espionaje israelí en el Pentágono forma parte de una lucha importante entre sionistas prominentes del pentágono y el aparato de seguridad estadounidense. Desde que el régimen de Bush llegó al poder ha habido una violenta guerra política y de organización entre los sionistas del Pentágono y sus colaboradores militaristas, por una parte, y los militares profesionales y el aparato de inteligencia, por la otra» (4)

Para demostrar con pruebas irrefutables la íntima conexión entre el imperio y su cabeza de playa israelí en el mundo árabe tomamos la siguiente cita del libro de Roger Garaudy:

«En 1973, el Almirante americano Thomas Moorer, Jefe de Estado Mayor de los tres ejércitos, declaro que el agregado militar israelí en Washington, Mordecai Gur futuro comandante en Jefe del ejército israelí, solicitó a los Estados Unidos aviones armados de un misil muy sofisticado llamado Maverick. El Almirante Moorer dijo a Gur: "No puedo darle esos aviones. No tenemos más que una escuadrilla y juramos ante el Congreso que la necesitamos". Gur me contestó: "Demos esos aviones, del Congreso ya me encargo yo". Así fue cómo la única escuadrilla equipada de Mavericks fue a Israel…» (5)

Se puede pues apreciar hasta qué punto Israel no es más que una extensión extraterritorial de los Estados Unidos imperial.

«El poder de la máquina de propaganda israelí-sionista estadounidense es tan agobiante que el FBI tuvo que investigar durante dos años, realizar interminables escuchas telefónicas, videos y fotos, entrevistar a docenas de funcionarios de gobierno y no del gobierno antes de que pudieran preparase para presentar los cargos. A pesar de ser grabados y fotografiados en el acto de tomar documentos de alto secreto, los funcionarios de AIPAC lo niegan todo y después contratan una ringlera de abogados poderosos….» (6) (AIPAC. Organización política judía de Estados Unidos)

Ya no cabe duda alguna sobre el verdadero carácter del llamado "Estado de Israel" que constituye un gigantesco portaaviones y base de agresión y lanzamiento de cohetes intercontinentales de la potencia nuclear norteamericana amenazando a sus vecinos y que están situados en el corazón mismo del mundo árabe.

Notas bibliográficas 
1.           Garaudy, Roger.  "Los mitos fundacionales de la política israelí". Cita a Rabbin Moshe Menuhin, "The decadence of Judaism in our time". 1969. p. 324, que a su vez cita a Albert Einstein.
2.        Echazú, Jorge. "Israel y la teoría de la nación". Revista boliviana "Crítica". Segunda semana de junio de 1990.
3.            Ibsen Martínez. "Revista Pulso". Del 25 al 31 de agosto de 2006... "Del nuevo antisemitismo", cita a Saramago, José. "De las piedras de David a los tanques de Goliat”.
4.       Petras, James. "Traición en las alturas: sionistas del Pentágono, AIPAC e Israel". Rebelión. Org.
5.           Garaudy, Roger. "Los mitos fundacionales de la política israelí”. Citada.
6.           Petras, James. Citada.


PCmlm.

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