lunes, 11 de julio de 2016

LA BATALLA DE IRUPATA

12-07-16
N. No. 389.

“Minas, balas y gringos”  II.

LA BATALLA DE IRUPATA

“A mediados de 1963, las demandas de los economistas  encajaban con la creciente militarización del programa de cooperación más grande de Washington y con el creciente papel de la CIA como apoyo del aparato represivo del presidente Víctor Paz. Esto culminó en una operación encubierta financiada por EE UU, consistente en el envío de una milicia indígena contra el campamento minero de Siglo XX, con la aprobación de la Casa Blanca y bajo los auspicios oficiales de la Alianza para el Progreso.” (1)

“Una semana después  (de la visita del General Barrientos a Estados Unidos en mayo de 1963), el gobierno estadounidense aprobaría una operación encubierta para condicionar la ayuda económica a la ELIMINACION FISICA DE LOS LÍDERES COMUNISTAS de los campamentos mineros. Para llevar a cabo esta misión, ISAID proporcionó armamento, en julio del mismo año, con el propósito de equipar a una milicia campesina que se enfrentara a los mineros y, en palabras de Barrientos, “eliminar” a los dirigentes  mineros de Siglo XX, FEDERICO ESCOBAR E IRINEO PIMENTEL…” (2)

Está pues definitivamente claro que la intención última del imperialismo y de Paz Estenssoro era la de asesinar a Escobar y a Pimentel, su íntimo compañero de armas. La milicia campesina organizada por el Gobierno en complicidad con USAID, recibió un equipo militar por un valor de $ 110 000 y tuvo como dirigente al diputado del MNR, Wilge Nery que fortalecido con la presencia  de un contingente de la guardia presidencial, estableció su comando a 36 kilómetros de Siglo XX, en el pueblo de Irupata.

 Nery era el responsable de la manipulación y creación que hizo el gobierno de una supuesta enemistad entre las comunidades campesinas de los Jukumani y los Laymes, que se enfrentaron sangrientamente para opacar la verdadera causa que era la de “eliminar” a los dirigentes comunistas de Siglo XX, en medio del caos ocasionado precisamente por las rencillas artificiales entre comunarios.

“El 23 de julio, Stephanski envió otro cable restringido a Rusk, Martin y Moscoso, solicitando equipo militar por un valor de 110 mil dólares –que se obtendrían del fondo de contingencia de cuatro millones— para equipar, en parte,  la milicia de Nery. El embarque propuesto incluía 4 500 granadas de gas lacrimógeno, 200 ametralladoras semiautomáticas M-1, 200 mil cartuchos, 50 mil cartuchos de municiones calibre 38 especial y 12.500 cartuchos de escopeta. El día siguiente Stephanski recomendó que todo el envío sea llevado en helicóptero inmediatamente para apoyar la acción de seguridad interior prevista.” (3). Horas más tarde, el ministro Arze Murillo enviaba un contingente de la guardia presidencial para entregar las armas estadounidenses a la milicia de Nery.” (4)

“José Antonio Arce Murillo, Ministro de gobierno, que desde mayo era un estrecha contacto de la CIA, le explicó a Stephanski (embajador yanqui) que esta operación militar “casi seguro” provocaría una huelga general de mineros” y que el derramamiento de sangre subsiguiente crearía el pretexto para que los militares se “trasladen a las zonas mineras a fin de restaurar el orden y eliminar a líderes comunistas e izquierdistas de las minas…” (5)

El Sindicato minero de Siglo XX, comprendiendo que era inminente un ataque militar en toda la regla, dispuso que sus milicias atacaran sorpresivamente el campamento mercenario a media mañana del 29 de julio. La milicia minera al mando de Octavio Torrico tomó posiciones alrededor de las 4 a.m. Torrico alzó la voz e intimó a los de Nery a entregar las armas, Nery medio ebrio, respondió que si querían armas debían venir a buscarlas, ¡carajo comunistas!. Cuando Torrico mandó lanzar dinamitas a la vivienda de Nery, éste  anunció su rendición. Entonces Torrico y dos de sus camaradas se acercaron a la casa, pero fueron derribados por el fuego de ametralladoras de los paramilitares. La información no aclara cuál fue la situación del valeroso comandante minero Torrico. El contraataque de los mineros fue avasallador diezmando a la milicia mercenaria y capturando a Nery que luego de un largo debate se decidió su ejecución.

La batalla, como se ve, fue sangrienta lográndose la derrota de los mercenarios y la muerte de su jefe Wilge Nery.

Esta singular batalla de autodefensa de los mineros de Siglo XX, frente a la agresión del Imperialismo coaligado con el Gobierno títere de Paz Estenssoro, ha estado completamente escondida por el Gobierno y debemos declarar hidalgamente que no la conocimos, el ocultamiento revela la vergüenza del gobierno al propiciar un ataque militar financiado por una potencia extranjera contra un sindicato revolucionario que defendía la soberanía nacional y los derechos legítimos de los trabajadores mineros que se oponían al Plan Triangular.

Notas.

Todas las notas corresponden a la obra citada y en las mismas vienen las fuentes oficiales del gobierno norteamericano y del gobierno boliviano.

1.         Pág. 136.
2.         Pág. 128.
3.         Pág. 142.
4.         Pág. 143.
5.         Pág. 142.


PCmlm.

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