martes, 25 de noviembre de 2014

EL NACIONALISMO “REVOLUCIONARIO”

23-11-14.
N. No. 316.

EL NACIONALISMO “REVOLUCIONARIO”

El último y rezagado representante del ya caduco nacionalismo “revolucionario” que tuvo vigencia política en el siglo pasado, es efectivamente Andrés Soliz Rada, seguidor de insignes traidores como Jorge Abelardo Ramos, el “colorado”, fundador del concepto y finalmente fiel segador del reaccionario Menem de Argentina como su embajador en México, del también argentino filo-trotskista Adolfo Perelman, del movimientista Zavaleta que concluyó como “comunista”, del “comunista” Almaraz que terminó como movimientista, etc., etc.

Soliz cita a Almaraz cuando éste decía:
“El 4 de noviembre (la izquierda tradicional) tuvo la última postura aberrante; pensaba estar haciendo la “verdadera” revolución; en realidad era un acoplado más en el carro de la reacción”… Al hablar de la “izquierda tradicional” nos referimos al Partido de la Izquierda Revolucionaria (PIR), Partido Obrero Revolucionario (POR) y a los dos partidos comunistas (pro ruso y por chino ASR), descendientes ambos del viejo PIR. La muerte de Villarroel es el estigma de esta izquierda…” (Réquiem… .). 
Los comunistas (MLM) y que aparecen como “prochinos” en la cita, efectivamente luchamos ese 4 de noviembre contra Paz y también contra Barrientos y esa posición correcta y revolucionaria no es “aberrante” y está falseada por Soliz y por Almaraz, como si la resistencia popular hubiera tenido algo que ver con la asonada golpista de Barrientos en Cochabamba.

Cuando Almaraz nos sugiere que Paz Estenssoro, fue un “héroe” del nacionalismo revolucionario en las jornadas del 4 de noviembre de 1964,   no tiene en cuenta que Paz, antes de ese 4 de noviembre ya hacía rato que había dejado los ideales del 9 de abril y se había entregado en cuerpo y alma al imperialismo como lo reconoce el propio Almaraz en su artículo sobre las “cosas pequeñas” del proceso movimientista.

Soliz Rada, por su parte, suscribe la “crítica” de Almaraz a la “izquierda tradicional” y su supuesta postura “aberrante” del 4 de noviembre, cuando piensa junto con el autor, que la conducta correcta hubiera sido defender a Paz, a San Román y a toda la plaga movimientista representante del falso nacionalismo “revolucionario”, para derrotar al golpismo barrientista.

Esa es precisamente la conducta que tuvo el Partido Comunista de Bolivia (PCB), de los Monje, Kolle y Otero, cuando se cruzaron de brazos ante la insurrección popular y tomaron la posición de palco para ver pelear a los tigres desde la montaña. Por el contrario los marxistas-leninistas, que ya habíamos roto con el revisionismo, tomamos el camino de la resistencia popular contra el golpe y también  contra al Gobierno que se caía a pedazos.

Varias veces hemos insistido en que aquel 4 de noviembre de 1964, no tuvo únicamente dos adversarios, SINO TRES, pues al régimen movimientista y al gorilismo barrientista, debe agregarse al pueblo insurreccionado de La Paz, que tuvo la virtud de derrotar a las milicias mercenarias en Laikakota como a San Román en su cuartel general de la calle  Mercado y Yanacocha y en el Panóptico Nacional.

A estas alturas de la política nacional, el desubicado nacionalismo “revolucionario” de los movimientistas que se diluyeron en las anteriores elecciones nacionales en una infinidad de grupúsculos, de los condepistas en decadencia y otras tendencias “nacionalistas”; han dejado de tener vigencia alguna y solamente aparecen en los textos de la “vedette” Soliz Rada que sigue vigente en los medios de difusión de la derecha que utiliza sus argumentos para atacar el proceso de cambio, exista o no razón para ellos, como todo polítiquero resentido.

Puede y tiene derecho a ponderar a su amigo Almaráz, pero no debe olvidar que él fue fundador del Partido Comunista y luego se proclamó como nacionalista y no marxista. ¿Se puede imaginar un fundador comunista que después declare que no es marxista. ¿Parece una buena y saludable honestidad intelectual?

Efectivamente, tanto en Almaraz, cuanto en Zavaleta encontramos las grandes contradicciones de los intelectuales inorgánicos que siempre prefieren el halago derechista a la consecuencia revolucionaria.

Otros nacionalistas “revolucionarios” son, efectivamente Carlos Montenegro, Augusto Céspedes el “chueco”, cuyos méritos como literato no podemos desconocer, pero en política fue claramente un filo nazi, y más actualmente Guillermo Bedregal, el ex-falangista, cuyos antecedentes en la semana sangrienta son ampliamente conocidos por todos.

Y en cuanto a la filiación filo-nazi del nacionalismo “revolucionario”, no cabe la menor duda pues se remonta en América Latina, como tenemos dicho, a la Argentina de Perón y Evita y luego al colorado Ramos.

Y no es que defendamos a capa y espada al MAS, al proceso o al presidente Morales. No es así, defendemos el proceso que ha sido obra también de los comunistas (mlm), que siempre estuvieron en las primeras filas de la las luchas contra el movimientismo de Paz, contra el ciclo militar fascista dependiente, contra el neoliberalismo gonista y finalmente sostenemos un apoyo muy crítico al Gobierno del MAS del presidente Morales.


PCmlm 

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