jueves, 9 de enero de 2014

EL RECONOCIMIENTO DE LOS ERRORES



07-01-14
N. No. 272

EL RECONOCIMIENTO DE LOS ERRORES

Hace poco el señor Vicepresidente Álvaro García Linera ha hecho una declaración sorprendente en la Argentina con motivo de una conferencia magistral.

García Linera dijo que reconoce que su gobierno, a la cabeza del Presidente Morales, cometió un error en el propósito de construir una carretera por el corazón del TIPNIS.

Todos sabemos que reconocer un error y enmendarlo es una virtud poco practicada. En el presente, aquel reconocimiento es pronunciado en el extranjero y de parte del segundo mandatario nacional cuando debió hacerse en la patria y a cargo del mismo Presidente de la República.

Empero, ¿en qué consistió realmente el error desde nuestro punto de vista? La construcción de una carretera que vincule los departamentos de Cochabamba y el Beni, no es un error de ningún modo, por el contrario es una necesidad nacional ineludible; el error se encontró pues en no haberse realizado una consulta previa y honesta preguntando a los tres pueblos originarios: mosetenes, chimanes y yuracarés, si realmente deseaban o no, la construcción de esa carretera.

La verdad es que ahora, después de haberse detenido dicha construcción, parece que los hechos están dando la razón a aquellos llamados dirigentes del TIPNIS que tienen innegables y evidentes vínculos con las fuerzas más reaccionarias del país: la oligarquía radicada en Santa Cruz y peor aún, con vínculos inoculables con la ingerencia del imperialismo yanqui a través de sus organismos especializados de espionaje e intervención incrustados en la vida de todos y cada uno de los pueblos de la tierra y particularmente de aquellos que, como Bolivia, están mostrando por primera vez en la historia, una posición digna soberana y anti-imperialista (1).

El reconocimiento del error cometido no entrega, entonces, la razón al maderero Fernando Vargas, al agente confeso de la embajada yanqui, Rafael Quispe, al dueño de establecimientos de juego Adolfo Chávez y a toda esa fauna de falsos indígenas que hace mucho tiempo han dejado su condición de tales y se han entregado en cuerpo y alma, mediante jugosos estipendios, a la política pro-imperialista de sabotear cualquier intento del Gobierno para favorecer verdaderamente a los pueblos indígenas en sus necesidades elementales, que es una de sus obligaciones primordiales.

Actualmente en 2014, es un acierto el hecho de dejarse en suspenso la construcción de la carretera y que sean los propios pueblos indígenas que, basándose en sus propias necesidades y en su autodeterminación efectiva, determinen la construcción o no de la misma. Los comunistas pensamos que con el tiempo serán ellos mismos, los pueblos indígenas ya liberados de los “emisarios del mal”, los que reclamen su incorporación a la vida nacional mediante carreteras, comunicación telefónica, postas sanitarias, servicios de agua potable y luz eléctrica y respetando sus costumbres, sus idiomas, sus culturas y sus costumbres ancestrales.

Nota.

(1). Los conocidos defensores abiertos y encubiertos del imperialismo, los analistas listos al ocultamiento de los crímenes de lesa humanidad que comete el imperialismo en todo el mundo, en América Latina y en nuestra región más próxima, se empeñan en exculpar al imperio de sus injerencias abusivas en Bolivia. Esos áulicos muy bien financiados por la “embajada”, utilizan el recurso del silencio en primer lugar, pues se niegan a referirse siquiera a esas intervenciones flagrantes y visibles, pero también en segundo lugar incluso recurren a la burla cuando se señala, con toda razón, la injerencia imperialista. Es tiempo de exigir a los “opinadores” introducir el elemento imperialismo en sus análisis, sin el cual no es posible una correcta interpretación política de nuestra vida nacional.

Uno de los últimos “opinadotes” Tuto Quiroga, pretende fraudulentamente introducir a Venezuela en los afanes injerencistas en Bolivia, olvidando que es el monstruo imperialista, aquel que aplasta a pueblos enteros el único que mete sus narices inmundas en nuestros asuntos internos.

PCmlm.

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