jueves, 14 de abril de 2011

¿QUIEN FUE SALVADOR CAYETANO CARPIO?

El 12 de abril, se recuerda el 28 aniversario del vil asesinato del comandante Marcial (Salvador Cayetano Carpio, Jefe Supremo del FMLN). En homenaje a su memoria, les enviamos nuestro ensayo sobre su vida revolucionaria.


 ¿QUIEN   FUE   SALVADOR CAYETANO CARPIO?

Uno de los grandes y dramáticos episodios de la lucha revolucionaria
Anti-imperialista de América Latina.
I.  ¿QUIÉN FUE SALVADOR CAYETANO CARPIO?  (Jorge Echazu A.)
II. ENTREVISTA DEL PERIODISTA JULIO SCHERER GARCIA AL COMANDANTE "MARCIAL".
III.  EL SALVADOR:    AVANZA   LA   UNIDAD   DE   LAS   FUERZAS   POPULARES    Y      REVOLUCIONARIAS. (COMBATE. Publicación en Español de la IV Internacional. Suecia. Reproduce una publicación de "Perspectiva Mundial". USA. 30 de enero de 1980)
IV.    RELATO DEL COMANDANTE "MARCIAL".
V.    DISCURSO DEL COMPAÑERO "MARCIAL" EN OCASIÓN DEL XIII ANIVERSARIO DE LAS FUERZAS POPULARES DE LIBERACION -FPL- FARABUNDO MARTI.
VI.   CAYETANO CARPIO: LA CONFUSA MUERTE DE UN GUERRILLERO. Facetas. Revista de "Los Tiempos". 2da. Sección. Cochabamba, domingo 8 de mayo de 1983.
VII. COMUNICADO OFICIAL DE LAS FUERZAS POPULARES DE LIBERACION (FPL) FARABUNDO MARTI.  El Salvador, Centroamérica, diciembre de 1983. Tomado de "Cultura Boliviana". No. 41. Enero-Febrero de 1984.
VIII.   CARTA DE “SUICIDIO” DE MARCIAL.

INTRODUCCION
Este breve "Dossier" consagrado a la memoria de un gran héroe latinoamericano, el comandante salvadoreño SALVADOR CAYETANO CARPIO, (Comandante Marcial), tiene por objeto rescatar del olvido y la calumnia a uno de los más grandes héroes de la lucha latinoamericana anti-imperialista y de liberación nacional del siglo XX.
Carpio fue objeto de la más vil de las calumnias y finalmente fue asesinado (¿suicidio?) en Nicaragua con la complicidad, por lo menos pasiva, de la dirección sandinista de entonces y todo por la sañuda y criminal política del revisionismo internacional que no toleraba ver a un revolucionario independiente y marxista-leninista tomar la dirección de un movimiento revolucionario que estaba conduciendo a la victoria a su pueblo a principios de los años ochenta.
Tenemos, pues,  la obligación de rescatar su memoria para los anales de nuestras historias. En ese sentido hemos concebido este pequeño "Dossier" que está integrado por siete documentos.
1.   El primero de carácter analítico cuya autoría nos pertenece, en el cual con apoyo de los documentos que siguen probamos que la conjura contra Marcial fue proyectada y llevada a cabo precisamente para quitar del medio a un dirigente probadamente revolucionario calumniándolo como "sectario", para implementar la línea revisionista del Partido "Comunista" de El Salvador  a instancias del revisionismo soviético del decrépito Brejnev.
2.  El segundo que es una dramática entrevista del periodista mexicano Scherer García a Cayetano Carpio en la que relata partes de su vida revolucionaria frente a la represión reaccionaria.
3.  Una publicación del COMBATE. «El Salvador: Avanza la unidad de las fuerzas populares y revolucionarias», en la cual se hace un recuento de los esfuerzos para unificar nacionalmente la lucha armada revolucionaria y prolongada.
4.   Un dramático relato de una de las campañas de las FPL en las montañas del Salvador; relato en el cual se puede comprobar el valor y la abnegación de unas fuerzas armadas populares en lucha desigual contra fuerzas reaccionarias apoyadas por el imperialismo.
5.  Finalmente un largo discurso del comandante Marcial en una reunión de conmemoración del XIII aniversario de la fundación de las Fuerzas Populares de Liberación "Farabundo Martí". Es este un documento probatorio del carácter reaccionario y revisionista que tuvo la conjura miserable contra "Marcial", pues en él denuncia directamente ya la innoble campaña contra el llamado "sectarismo" que en realidad es la lucha auténtica y abnegada de todo un pueblo conducido por una vanguardia probada y consecuente.
6. También hemos transcrito otros documentos como uno oficial de la nueva dirección  contra Marcial y su carta de “suicidio”.
I
¿QUIÉN FUE SALVADOR CAYETANO CARPIO?
Para comenzar con el primer documento, comentamos parcialmente una supuesta resolución de la Comandancia General del FMLN, (No conocemos la fecha), en la que se lanza un sañudo y feroz ataque contra la memoria del Comandante "Marcial", Salvador Cayetano Carpio, señalándolo como una personalidad "deformada ideológicamente", de "ciega vanidad personal", "ambición de autoridad y notoriedad", de "sectarismo enfermizo" y finalmente de "cobarde".
La resolución tiene como título:
"Farabundo Martí cabalga con más fuerza"
Lo más importante de estas sindicaciones irresponsables, es la firma del documento que aparece suscrito, entre otros, por Shafik Jorge Handal "comandante" del Partido Comunista salvadoreño (léase revisionista y jruchovista) y que durante diez años, desde el comienzo de la lucha armada se convirtiera en el más enconado enemigo de la misma, propiciando la famosa vía pacífica en la cual no cree nadie, pero sigue siendo impuesta por la fuerza; en tanto que Carpio sumergido en las masas campesinas ponía los cimientos de la gran guerra popular que hoy lleva victorioso el pueblo salvadoreño.
Ante el crecimiento vigoroso de la guerra popular salvadoreña, los revisionistas al mando del nombrado "secretario general", no tuvieron otro camino que sumarse con la cabeza gacha al carro trasero de la revolución para luego ponerse a intrigar desde dentro contra quienes, como Carpio, habían tenido el valor de iniciar la lucha.
No se puede hablar impunemente sobre el héroe Salvador Cayetano Carpio, no se puede tapar la luz del sol con una mano de pigmeo. No se puede ocultar el hecho de que los "comunistas" salvadoreños recibieron la instrucción de sus amos de controlar la Comandancia Suprema del FMLN y en esta nefasta tarea se encontraron con el insalvable obstáculo del prestigio y la autoridad de Cayetano Carpio.
Los insultos y supuestos cargos contra Marcial están pintando de cuerpo entero a sus enemigos. La "deformación ideológica" que se echa sobre sus hombros tiene que ver directamente con su posición marxista-leninista siempre criticada por sus enemigos solapados. Su así llamado "sectarismo enfermizo", hace referencia a su permanente critica a los revisionistas y su negativa a aceptarlos en el Frente creado por él.
Cuando la guerrilla era pequeña y estaba todavía aislada, era llamada aventurera, foquista y todos los adjetivos conocidos, pero cuando se desarrolla y alcanza el grado de  la guerra popular, los sinvergüenzas como Handal se suman a la hora nona a la Comandancia y se ponen a intrigar contra los verdaderos líderes.
Se sabe que la muerte del Comandante Marcial estuvo rodeada de un denso misterio en Nicaragua. Después de conocer los innobles ataques de la supuesta Comandancia de los Handal y compañía, podemos asegurar que no hubo suicidio y que lo más probable es un asesinato propiciado por quienes veían en Marcial el obstáculo para su dominio total de los niveles de dirección del FMLN.
Hace algún tiempo pusimos en duda la veracidad del suicidio, porque para nosotros era imposible que un dirigente de los quilates de Marcial que se demuestran en los documentos que publicamos a continuación,  pudiera abandonar voluntariamente a su pueblo en circunstancias tan difíciles. Muerto Marcial no hubo ningún homenaje en su memoria y todo pasó como si hubiera caído cualquier combatiente, peor aún que se había suicidado un "traidor". Todo esto era muy extraño, ahora parece restablecerse recién la luz. Marcial debía ser liquidado y apartado drásticamente del camino a cualquier precio y convertir al FMLN en un organismo conciliador que destruyera toda la obra revolucionaria y entregara nuevamente al imperialismo  el dominio político en El Salvador.  Se consiguió lamentablemente este objetivo, precisamente con la desaparición física del camarada Cayetano Carpio.
Desaparecido Marcial, se podía echar  barro sobre su memoria y presentar la historia de la lucha revolucionaria en El Salvador de acuerdo con las mentiras y falsedades de los Handal y sus amos los revisionistas soviéticos de la época, desnaturalizando totalmente la realidad.
Es ésta la  "historia" de Latinoamérica que se pretende imponer ideológicamente. ¿Acaso no fueron los revisionistas cubanos quie­nes criticaron y combatieron más sañudamente a la  guerrilla del Che y Fidel, para luego sumarse el cerro triunfante y después lograr la expulsión  del Che? ¿No fueron los revisionistas nicaragüenses quiénes se opusieron resueltamente a la guerrilla sandinista para luego infiltrarla cuando se acercaba el triunfo?
Los dos documentos que siguen constituyen, por así decirlo, prueba plena de la heroica vida y actividad revolucionaria de Carpio y un mentís rotundo a todas las calumnias vertidas en su contra. Constituyen plena prueba del carácter político reaccionario de las insinuaciones que fueron creciendo para justificar después el vil asesinato del líder. Carpio se daba perfecta cuenta de las profundas divergencias entre su posición y la de los revisionistas y su último discurso que transcribimos es la evidencia de todo esto.
Finalmente el juicio criminal que se siguió en Nicaragua contra los asesinos de Ana María, excusó de toda culpa a Salvador Cayetano Carpio demostrándose su total inocencia. Sus enemigos sostuvieron siempre que Marcelo el verdadero asesino habría declarado en un video que recibió “órdenes” de Marcial, para asesinar a Ana Maria. El mencionado “video” no apareció nunca y por el contrario, en el juicio Marcelo confesó su crimen y la total inocencia de Marcial.
La verdad tarda pero llega, podrá echarse sombras sobre los verdaderos héroes que luchando contra la corriente impusieron el camino revolucionario, pero la infamia tiene pies cortos. La historia se ocupa de poner a cada uno en el lugar que le corresponde.
Ahora ya finalizado el siglo XX e iniciado el XXI, el pueblo salvadoreño ha visto hecha jirones su gran revolución. Pero la nueva ola revolucionaria, con seguridad, tendrá a los campesinos y obreros salvadoreños retornar a los senderos señalados por Farabundo Martí y Salvador Cayetano Carpio, los dos grandes héroes de ese pequeño gran país.
II
EL SALVADOR: AVANZA LA UNIDAD DE LAS FUERZAS POPULARES Y REVOLUCIONARIAS.
(COMBATE. Publicación en Español de la IV Internacional. Suecia. Reproduce una publicación de "Perspectiva Mundial" USA. 30 de enero de 1980)
San Salvador.  Un acto público de varios miles de personas en la U­niversidad aquí el 11 de enero (1980),  marcó la creación de una Coordinadora Nacional de la Unidad de todas las organizaciones revolucio­narias y populares del El Salvador.
Las principales organizaciones que conforman esta coordinadora nacio­nal son el Bloque Popular Revolucionario (BPR), el Frente de Acción Popular Unificada (FAPU), Las Ligas Populares 28 de febrero (LP-28), y la Uni6n Democrática Nacionalista --apoyada por el Partido Comunista Salvadoreño.
El 10 de enero se dio a conocer aquel documento político firmado por tres de las organizaciones de la coordinadora nacional -- el PC, Las Fuerzas Populares de Liberación "Farabundo Martí", que representaban al BPR y las Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (FARN-­vinculadas al FAPU).  Este documento reafirmó que no hay una vía pacifica para salir de la crisis en el salvador y que la única alternativa es la lucha  armada y la insurrección nacional.
El apoyo a estas posiciones marca un importante cambio en la postura política del PC  hacia la junta militar que tomo el poder el 15 de octubre pasado en un incruento golpe contra otro dictador militar Carlos Humberto Romero.  El PC inicialmente  saludó al nuevo gobierno e incluso aceptó puestos en él. Esto a pesar de que era ampliamente conocido que Washington había ayudado a implementar este cambio cosmé­tico de militares con la esperanza de evitar un desenlace revolucionario como sucedió en Nicaragua.
El cambio en la actitud del PC hacia el gobierno claramente era una de  las precondiciones para cualquier paso hacia adelante en la uni­dad. Parte del documento de la "Unidad".
«Se han visto frustrados los intentos de constituir una supuesta tercera alternativa histórica: el reformismo. Los acontecimientos que  hemos vivido a lo largo de la coyuntura creada por el golpe de Esta­do del 15 de octubre, han puesto en evidencia que la crisis no pue­de resolverse por esta vía como pretenden algunos sectores del imperialismo, de la burguesía y de las capas medias. Los esfuerzos que se hacen por salvar el proyecto reformista, contando ahora con el apoyo ahora más resuelto del gobierno de los EEUU, están condenados al fracaso».
III
ENTREVISTA DE  JULIO SCHERER GARCÍA AL COMANDANTE "MARCIAL" (SALVADOR CAYETANO CARPIO), DE "PROCESO". MÉXICO.
«Estados Unidos es el enemigo con distintos rostros»
«Podrá teñirse de sangre el territorio entero, que los salvadoreños seguirán adelante».
Corridas las cortinas de dos ventanas pequeñas, cerrada al exterior una habitación de madera y piedra  Salvador Cayetano Carpio, panadero, seminarista, secretario general del Partido Comunista, el puro dolor en las mazmorras del gobierno, la vida como clandestinidad y el paso de la venganza sobre su sombra desde hace quince años, dijo a "Proce­so"  que están próximas las batallas decisivas en El Salvador:
Entre este año al que se le va diciembre, y el próximo  el de la alborada, caerá la Junta de Gobierno y ascenderá el pueblo al poder.
Inició la entrevista con estas palabras:
«Hace quince días tratamos de encontrarnos. La seguridad lo hizo imposible. Conversemos ahora. Permítame saldar mi deuda de gratitud con usted».
No hubo otra alusión a hechos narrados en estas páginas.
Reo de todos los delitos para los gobernantes, es el héroe de las guerrillas, la  punta de la lucha armada, el teórico de la estrategia  política. Pequeño, delicado de manos y dedos, fina la  armadura  de sus anteojos  revela secretos de la contienda en su país:
«Hemos organizado los primeros cuerpos del ejército regular en la nueva sociedad salvadoreña. Los comandos operan bajo la más estricta je­rarquía militar y una severa disciplina. Batallones de 600 hombres actúan en regiones seleccionadas. Sus hombres manejan armas profesionales y viven la guerra en plenitud. Es su profesión. Son los hechos, aunque frente a nosotros exista una bien montada campaña de desinfor­mación. En algunas áreas suburbanas, el llano que dicen los cubanos, no hay más autoridad que la de nuestros cuadros y el pueblo» Pareciera que no cabe la inquietud en su cuerpo de unos sesenta a unos sesenta y cinco».
«En un segundo nivel, dueño del arte de la emboscada, los guerrilleros actúan las 24 horas del día. Ni se dan descanso ni admiten tregua. No hay jornada sin la captura de armas al ejército, a los guardias de las haciendas, a los policías, a los "orejas". Las bajas que le inflingen al enemigo son constantes. No es una gota constante. Es un hilo de sangre que nadie para».
Sonríe:   «Pronto la dictadura tendrá anemia»
Llama la atención el contraste entre su rostro apacible y la frente poderosa, la estricta expresión del carácter. Dice Cayetano Carpio:
«En la lucha contra la dictadura el pueblo ha organizado las milicias. Contamos con 100 000 milicianos armados. Manejan armas profesionales o de fabricación casera, pero todos son temibles. Combaten en el área de sus lugares de trabajo, la fábrica, el comercio o los cen­tros de estudio. Son obreros, universitarios, maestros, empleados pú­blicos y privados. Representan al transeúnte común, el ser de vida aparentemente rutinaria. Son héroes anónimos en la transformación de la sociedad».
Los ojos negros del guerrillero quedan detenidos en los ojos de su interlocutor:
«La tiranía no tiene cien mil hombres en pie de lucha. Nuestra supe­rioridad  numérica es innegable. Las fuerzas paramilitares a las que nos enfrentamos son poderosas, pero están sometidas a la guerra incontrastable y a la guerra que no se ve, la de la desmoralización y el desgaste. La junta de Gobierno ha tenido que iniciar la leva entre los jovencitos. Cualquiera puede ver la pelusa de sus bigotes y la metralleta en sus manos inseguras».
Sigue:
«Hace poco más de un año la dictadura realizó un gran esfuerzo para acabar con la guerrilla y las fuerzas activas disidentes. La acción fue brutal. Aviones y helicópteros, el ejército, las tropas de desem­barco, la Guardia Nacional y todas las policías juntas sembraron la muerte y el dolor, pero también la rabia y el odio. Murieron niños, mujeres, ancianos. No hubo piedad. Los 1ímites saltaron hechos añicos. Concluida la dispersión de los poblados  regresó la tiranía a los cam­pos desolados para culminar lo que llaman "la limpia", pero se encon­tró con fuerzas organizadas que se le enfrentaron. Con eficacia y pre­cisión el pueblo voló vehículos militares, tendió emboscadas, ajustició a los asesinos uniformados que cayeron en sus manos. A la brutali­dad opuso la inteligencia. A la crueldad, la resistencia. Nadie previó este salto de calidad en la lucha armada. Es la paradoja de quien es­tá a punto de liquidar al adversario y, al no lograrlo, ve que se yergue poderoso»
A los 64 años, Salvador Cayetano Carpio se instala en el futuro:
«Mi presente es el porvenir. No me miro los pies, ni miro  atrás».
Sin embargo, tendría mucho que recordar, como este relato del año 50:
«Golpeado, regreso al fondo de la celda. La debilidad devora mi orga­nismo. Oigo botas que se acercan.
- ¿Usted es Carpio?
- Si, señor.
   El militar se apoya en los barrotes. En silencio me mira.
-  ¿Por qué está ensangrentado?
-  Fueron los agentes.
-  ¿Por qué corrió?
-  Quise evitar que se consumara una detención ilegal. La autoridad se respeta. Estamos   en un país civilizado. ¿Democrático?
-  Como guste.
No resisto el deseo de replicarle moderadamente:
La policía está obligada a respetar las normas que establecen las ga­rantías individuales.
El efecto de mis palabras es fulminante. Se ha puesto lívido, después rojo, congestionado.
-Por última vez, ¿vas a hablar?
-No se nada.
-La capucha:
Alguien se monta a horcajadas sobre mi espalda y me va cubriendo la cabeza hasta el cuello con la parte superior de la capa de hule que usan reglamentariamente los policías. El forro queda hacia fuera, el hule pegado a la pared. No veo nada. La oscuridad me ha caído encima. Que desagradable es el tibio olor al hule.
El jinete que tengo a la espalda descarga todo el peso de su cuerpo contra el mío. Ha metido el brazo bajo mi barbilla y me está levantan­do la cabeza. La atrae hacia su pecho y me empuja las piernas hacia a­trás, más, más. Cruje la columna vertebral. Mi cuerpo forma un arco, tenso, vibrante. Los pulmones están aplastados. Otro puntapié sobre las costillas, en los puntos que dejan libres las piernas del jinete. Gol­pes precisos, maestros.
Pujidos cortos y agudos arrojan la última reserva de aire. Un círculo de acero ciñe mi garganta. Una mano implacable forma un torniquete con los bordes de la capucha y va apretando, apretando, hundiendo los bor­des como un cuchillo alrededor del cuello.
El aire no se filtra más. Los pulmones lo reclaman desesperadamente. Bombean la misérrima cantidad que resta entre los pliegues de la capu­cha. La boca se abre, aspira, succiona, chupa. Más puntapiés. El hule se pega a los dientes, obtura los conductos nasales. La boca está a­bierta. Grita. Son los alaridos de un animal en el matadero. El cuerpo se estira, se encoge. El jinete se aferra más y más al caballo enloquecido. Las sienes golpean como un gigantesco martillo, los oídos zumban como una estridente orquesta de un millón de grillos. Los ojos se salen de sus órbitas. Los intestinos escapan por la boca.
Llegan a su clímax los estertores de la asfixia. Ahora descienden, se debilitan. Un temblor convulsivo me sacude. Los verdugos se dan cuenta de que he llegado al límite. Apareció la muerte. Aquí está. Aflojan poco a poco el círculo que aprieta mi garganta. Entra el aire, la vida. Uno, dos, tres, cinco segundos y ya está el torniquete apretando, ciñendo la garganta de nuevo Otra vez los puntapiés, el jinete, las convulsiones, los intestinos que vomito, los estertores de la agonía. En el dintel de la muerte, el torniquete se afloja de nuevo. Uno, dos, tres,  segundos, cinco. Y otra vez Y otra vez Y otra vez».
-Circula la versión de cien mil muertos. ¿Es cierta, Cayetano?
«No le entiendo».
«Que la Junta matará cien mil hombres para "pacificar" El Salvador. Eso fue antes, Habla de doscientos mil. Pueden ser más nunca todos. La historia del país es ya otra, porqué no tienen piedad. Llevamos 19 años de tiranía».
¿Cómo se explica que en un país tan pequeño y densamente poblado, sub­sistan y accionen fuerzas regulares fijas, la guerrilla en todo el te­rritorio y cien mil milicianos armados en el estrecho círculo de su vida cotidiana? ¿Es posible frente a un ejército dueño de pistas y a­viones, de helicópteros y fuerzas de desembarco, de todas las armas y todos los pertrechos?
«Se explica por la naturaleza de nuestra guerra, la combinación de la lucha militar y la lucha política. Sin la lucha política el enfrentamiento con el ejército hubiera sido una locura. Nos adaptamos a las condiciones específicas que nos rodeaban. No podíamos empezar en las montañas porque son bajas y no ofrecen seguridad. Nos iniciamos con la formación de comandos urbanos, guerrillas de nivel elemental. Las extendimos al campo. Poco a poco abarcamos el país entero. Tuvimos y tenemos presente el principio clásico irrebatible: la guerrilla es el pueblo o es un grupo armado a salto de mata».
Se amarra al tema:
«Estrategas de café  creo que así les llaman ustedes, han documentado la corrupción de los sucesivos gobiernos de El Salvador, de 1931 a la fecha. Tarea inútil. Los rebasan hechos elementales:
En l970 unos cuantos iniciamos el movimiento. No éramos más de 10. No contábamos con una pistola. No teníamos un colón. En 10 años he­mos librado miles de acciones militares y reunidas decenas de millones de dólares con los secuestros de oligarcas y las requisas a los ban­cos. La marea ha crecido. Es incontenible. Nuestra acción cuenta, pe­ro más ha contado la de ellos. Sanguinarios en el poder, corrompidos en la vida privada, mediocres. Medimos los resultados de la revolu­ción por el odio del pueblo a sus tiranos».
Le atrae la frase que ya formula. Sonríe de nuevo:
«En Nicaragua, Somoza fue el dueño de todas las vacas, en El Salvador los títeres sucesivos no han podido formar una dinastía. Se desplazan unos a otros y en el breve período que les toca matar y robar, engor­dan hasta que revientan».
¿Tiene porvenir una revolución en 20 000 kilómetros cuadrados conges­tionados por cinco millones de habitantes?
«En la victoria, valdrán más allá de la retórica los vocablos independencia, soberanía, autosuficiencia»
«El proceso revolucionario de Centroamérica es uno solo. Los triunfos de uno son los triunfos del otro. Nuestra unidad geográfica, históri­ca, política  económica fue destruida por la ambición del imperio. Guatemala tendrá su hora. Honduras la suya. Costa Rica vivirá un momento estelar. La primera nota se  escuchó en Nicaragua. La historia cantará en Centroamérica».
«Entre tanto las asechanzas se multiplican. No basta la inteligencia para planear una acción contra ellas. La única esperanza es el pue­blo de El Salvador. Fue amedrentado y no cedió. Se extendió el luto por su territorio y se mantuvo firme. El arzobispo Romero murió con la certeza de  que el heroísmo y el martirio formaron la corona de espinas en el país masacrado».
Cayetano Carpio enumera los peligros externos contra la revolución:
«Ocho barcos de  guerra   dos mil marines,  un  portaviones  y sesenta aeroplanos  de combate han sido avistados en aguas del Pacífico. Su presencia es un gesto bélico. La intervención es posible. No contra­dice la historia de los Estados Unidos».
«Herrera Campins,  demócrata cristiano aliado a los demócratas cristianos de El Salvador, Duarte y Morales Erlich, usurpó la voz de Vene­zuela para pedir a la OEA que integrara una "fuerza pacificadora" que nos hiciera retroceder a tiempos imposibles. Sabemos para qué sirve y a quién sirve la OEA».
«Honduras se arma en la frontera y reclama la faja territorial en disputa. La intemperancia de las declaraciones de sus gobernantes, es una señal de alerta para nosotros. El avance de las fuerzas armadas marca el inicio de la intervención. Conocemos la historia: la bota del enemigo un metro adentro es la violación de la soberanía. Conocemos los principios: la violación es absoluta. Consumada, no se impone límite ni freno».
«Lucas ofreció el ejército a sus colegas salvadoreños. Es el caso más complicado y oscuro para el enemigo, el más claro para nosotros. Gua­temala vive una situación emergente. Si la promesa la hiciera efectiva su presidente, adelantaría el fin del régimen. El mundo sabe que no controla la situación interna, que no puede enfrentar el desprestigio internacional, que asiste paralizado, al éxodo de los mejores hombres. Como El Salvador, se desangra por la infamia de los títeres».
«En el fondo y en la superficie, como quiera que se mire el problema, el enemigo es uno con distintos rostros: Los Estados Unidos».
«Es probable que yerren en la estrategia y pongan en juego algunas de esas opciones contra El Salvador. Prolongarían la tragedia y nos obligarían a cavar más hondo las tumbas de nuestros verdugos».
«En América Latina las consecuencias serían negativas para el imperio. No se apaga el rescoldo de la invasión a Santo Domingo hace quince años. Quedan las piedras ardientes. Nuevas hogueras incendiarían el Continente».
No encuentra la figura que le permita expresarse.
«Vea,  mire. Como decirlo. Los muertos cuentan cada día menos y valen más. Uno que cae, la madre o el hijo, la mujer no nos de­tiene. Sabe El Salvador que no hay abrigo en las tiranías»,
Dice Cayetano Carpio:
«En los últimos meses el horizonte se clarificó en el país».
Anuncia:
«Las fuerzas políticas y militares, por largo tiempo dispersas y en algunos casos con enfoques distintos acerca de la manera cómo debía encararse la lucha, se han cohesionado bajo un mando único: La Dirección Revolucionaria Unificada. Acordaron la unificación las Fuerzas Populares de Liberación "Farabundo Martí", la Resistencia Nacional, el Partido Comunista y el Ejército Revolucionario del Pueblo».
«Para ejercer su papel  político y militar la DRU se agrupa en comisiones conjuntas         relaciones internacionales y comisiones conjuntas de propaganda. Está facultada para aprobar los planes de guerra conjunta, las fases del plan de guerra y la iniciación de las diferentes campanas estratégicas. Decidirá el momento de la batalla final. Un día anunciará la formación del Gobierno Democrático Revolucionario. Me gustaría que fuera al amanecer».
«Doce hombres integramos la DRU. Tres por cada organización. Yo  represento a la Farabundo Martí».
Insiste:
«Ha cambiado la situación de las fuerzas revolucionarias radicales en menos de un año hemos conquistado los más amplios niveles de la unidad del pueblo. Vivíamos bajo la confrontación y en la dispersión del movimiento popular».
Festeja su analogía - Mao - con un guiño de ojos:
«Hemos dado el gran salto».
¿Cuáles fueron las diferencias que hicieron tan difícil la unifica­ción?
Una fundamental de la que se desprendieron consecuencias innumera­bles. Había quienes pensaban que la lucha en El Salvador debía ser e­minentemente política y había quienes pensábamos que la lucha también debía ser política, pero eminentemente militar, combinadas las dos. La política sólo la política, nos habría llevado al agotamiento y a la frustración frente a la dictadura no hay caminos. EL CAMINO: LA GUERRA.
Vive un momento de ensimismamiento.
- Pero, ¿entiende que es la guerra?
- Cómo, ¿la entiende Ud.?
- «Es todo. Hasta la última gota de sangre, el último quejido».
- ¿Solo eso?
-  «Tiene razón. También la esperanza en el momento de la tortura».
- ¿Fue usted seminarista?  «Cuatro años».
- ¿Por qué se apartó del Seminario?  «No tenía vocación».
- ¿Renunció al Partido Comunista? «Así es».
- ¿Podría decirme por qué? «Por la Revolución Cubana».
- ¿Por qué?
- «Vi claro, entendí que la transformación en América Latina es por el camino de la guerra. El Partido Comunista Salvadoreño sostenía que el camino era la política y solo al final, cuando había que asestar el golpe definitivo, debía emplearse las armas. La DRU, la unificación de cuatro corrientes populares en el país, es un gran triunfo, entre o­tros motivos. Porque el Partido Comunista aceptó también que no hay otra formula. Cerrado el mundo, hay que abrirlo a golpes.»
-No tuvo usted vocación religiosa. ¿Su vocación es la guerra?
«La detesto».
Reproducido por "COMBATE" Septiembre de 1980. Número 61 Suecia. Órgano en Español.
(Las negrillas son nuestras)
IV
RELATO DEL COMANDANTE "MARCIAL"
Un  homenaje bajo sombra  amenazadora
Encontrándome de visita ordinaria de inspección por los campamentos de la Sub-Zona del Frente "Apolinario Serrano" de las FAPL-FPL "Farabundo Martí "(miembro del FMLN), en mi calidad de Comandante en Jefe de las FAPL (Fuerzas Armadas Populares de Liberación), con miembros de esta Co­mandancia General y del Estado Ma­yor de las zonas, registramos las primeras señales del gran movimiento de tropas enemigas en tomo a la misma.
El 28 de septiembre, el enemigo realiza el desembarco helitransportado de un batallón (un mínimo de 600 efectivos), en el sector de Ojos de Agua, en el valle que está frente a la Montaña a su costado Oriente. El acto que en la tarde del 29 celebrábamos con motivo del II Aniversario de los asesinatos de los compañeros Apolinario Serrano, José Félix y Patricia, transcurrió bajo esa sombra ame­nazadora.
Aprestamos la línea de defensa y los operativos de ataque por los flan­cos y retaguardia enemiga.
Una división de tropas especiales se lanza contra Chalatenango.
Al día siguiente día estas tropas, en lugar de atacar hacia arriba, se dirigen a la zona fronteriza con Honduras, al campamento guerrillero de Yurique y destruyeron el puente fronterizo sobre el río Sumpul para cortar la retirada por ese lugar. Mientras tanto otro ba­tallón entró por las montañas del Sur, ocupando los campamentos de El Gallinero y La Laguna, después de fuertes combates, extendiendo sus líneas hasta Las Flores, cerrándose en semicírculo un amplio cerco.
Esa misma tarde (30 de septiem­bre) decenas de helicópteros desembar­caron otro batallón de tropas especia­les por el lado Nor-poniente del Vol­cancillo entre las poblaciones de El Ca­rrizal y La Laguna. Mientras otro bata­llón subía de Chalatenango hacia las alturas: Peñas, El Aguacate, Loma Lar­ga, con misión de impedir toda retira­da por ese lado, cerrando de esa mane­ra un férreo cerco de 120 kilómetros cuadrados sobre la zona.
La operación la denominaron de "Embolo y Pistón", consistente en unos cinco mil efectivos de choque y cerco y varios miles más de apoyo, con suficientes unidades de artillería, toda la aviación y helicópteros. Unos cuatro o cinco batallones en el cerco y unos dos o tres batallones móviles en el asal­to y rastreo inmediato.
El área cercada la limitaba por el Poniente y el Norte: Concepción Que­zaltepeque, Comalapa, El Carrizal; por el Noreste: El Zapotal, Ojos de Agua y por el Sur: Las Vueltas y Chalatenango. Un cerco secundario en La Laguna-­Conacaste, El Gallinero-Las Minas, has­ta cerrar en los accesos de la ciudad de Chalatenango, ramificándose a Upato­ro, La Montañita y alturas.
El cerco estaba anudado contra una zona montañosa que llega hasta las propias puertas de la cabecera depar­tamental; una zona dominada perma­nentemente por la guerrilla. El terreno está formado por un fuerte agrupa­miento de cerros de más de mil me­tros de altura, cubierto de montaña y maleza y cuya elevación principal la constituye El Volcancillo, de 1 663 metros de altura. Abajo de la montaña, en el valle hay un rosario de pequeñas poblaciones que la circundan (las mencionadas  arriba)

El ataque  de la aviación.  La artillería pesada
Por la tarde sobre el campamento comenzaron a caer varios aviones caza­bombarderos "Fuga Magisters" ame­trallando y lanzando bombas de 200 libras. Esporádicamente, tuvimos que parapetamos por ratos en las trincheras.
El mortereo y el cañoneo de las baterías 105 milímetros se hizo incesante en las faldas Nor-Poniente y Oriente de la montaña, iniciándose los combates contra los intentos de escalamiento enemigo que empujaba hacia la montaña como dirección principal de su asalto desde la zona del Carrizal-La ­Laguna y su otra tenaza por el noreste, desde Ojos de Agua convergiendo ambas al Volcancillo.
Heroica resistencia insurgente frena el avance fascista
Toda la tarde sus avances fueron contenidos, sin poder tomar las altu­ras de las estribaciones. Desde el Cerro Tepecinte, frente al acceso de La La­guna-Carrizal, una de nuestras unidades impedía eficazmente el paso a pe­sar de la enorme superioridad del fuego enemigo: centenares de morterazos 60, 81, 120 milímetros y de cañones 105 milímetros, que en corto tiempo despedazaban cada metro de terreno ante su infantería y la cortina de fuego de ametralladoras 30 y 50 acompa­ñadas del fuego de los cañones sin re­troceso de 90 milímetros de fuego directo. En el aire los helicópteros ame­trallaban y dirigían el fuego de los cañones, tomando unidades de atrás y las bajaban más cerca, evacuaban heridos, etcétera.
Por el lado de Ojos de Agua, en las Lomas del Cebollar la misma escena se estaba repitiendo, ante la acción obsti­nada de otra de nuestras unidades (ape­nas un pelotón).
Objetivos guerrilleros y un dramático juramento
Mientras se desarrollaban estas pri­meras batallas y los bombardeos nos permitían salir de las trincheras, le di­mos los últimos ajustes al plan de ope­ración militar para la acción contraofensiva, retirada, protección y even­tual evacuación de masas, ruptura del cerco, etc.
Se asignó las misiones respectivas a cada unidad dentro del plan general y se nombró a los jefes operativos para cada misión dos compañeros de la Comandancia General, apoyándose en miembros del Estado Mayor del Frente, quedaron encargados de la coordina­ción de las fuerzas. Luego se estudió la no conveniencia de que el enemigo tuviera oportunidad de tender un cerco táctico muy estrecho, en la cima de la montaña, sobre el Comandante en Jefe y la necesidad de romper el cerco estra­tégico que ya estaba echado.
Se elaboró el plan y variantes de ruta para romper el cerco. Se asignó la comitiva del Comandante en Jefe, para el intento de romper el cerco: un pelo­tón de fuerzas regulares (Unidades de Vanguardia) de 30 hombres y la unidad de seguridad del mando: la misión especial de salvaguardar la vida del Jefe.
Se asignó al Segundo Jefe del Frente "Apolinario Serrano", al que se le nom­bró Jefe Operativo de la acción, com­pañero Neto; al Jefe de mando de la Sub-Zona Tres del mismo frente, com­pañero Lucas y al Jefe del Estado Mayor de la Zona Oriental de las FAPL., Isaac Flor. Se cometió el error de am­pliar considerablemente la columna con personal de servicio, la mayoría de ellos sin armas, formándose una colum­na de más de 80 combatientes, hombres y mujeres incluyendo a cuatro niños de corta edad y una compañera en avanzado estado de gravidez.
En la formación de salida, los jefes y combatientes con semblante dramá­tico juramentaron salvar si fuera posi­ble con su vida la de su Comandante en Jefe.

Y... a esperar la noche
Al oscurecer se inicia la dura marcha hacia el lado sur de la Montaña. Se tropezaba en la oscuridad; desgarrán­donos en las piedras y atravesando pe­gajosos lodazales, nos fuimos alejando de la cima de la montaña, mientras los cañones rugían por los alrededores.
Después de descansar un rato en un campamento, proseguimos. Doce horas después de iniciada la marcha, toda la columna estaba exhausta, muy golpeada por el paso de lugares de muy difícil acceso: quebradas, desfiladeros agudos. Los niños soltaban el llanto cada vez con mayor frecuencia.
Aun no habíamos alcanzado la meta, cruzar la carretera de Las Vuel­tas romper allí el cerco para pasar al otro lado del territorio fuera del cer­co principal. Estábamos a unos tres kilómetros de ese objetivo. Por la no­che, habíamos bajado del Volcancillo y bordeado el cetro Los Naranjos; nos encontrábamos ya cerca del lugar cal­culado, pero la claridad del día se nos vino encima  Decidimos avanzar un poco más, agachados entre los altos za­catales, camuflados con ramas de arbustos.
Cerca de las 8:00 horas (ya era pri­mero de octubre), vimos que era im­prudente seguir avanzando. Las cimas de las colinas que nos rodeaban esta­ban ocupadas por el enemigo, que lan­zaba descargas de ametralladora a cada momento.
La red del cerco estratégico era muy espesa. De acuerdo con nuestros exploradores, todos los altos relieves del terreno estaban tomados. Hay postas con ametralladoras y morteros y hay enemigos en puntos estratégicos de todas las veredas.
Decidimos detenernos, disimularnos entre la maleza y esperar la noche para el intento de romper el cerco. Ba­jamos junto a una quebrada muy cu­bierta de árboles en la falda de la coli­na oriente. Se ubicó a toda la gente lo más cubierta posible, y... ¡a esperar la noche!
Se puso las unidades de posta, la contención, seguridad y se organizaron las exploraciones. El llanto esporádico de los niños nos preocupaba.

¡Descubiertos!  ¡Se entabla el combate!
A las ocho de la mañana uno de nuestros observadores hacia la cota oriental (cerro pelado, sin árboles y crecida maleza) llega excitado infor­mando que los enemigos que están en la cima de ese cerco nos han detectado y que un fuerte grupo baja directamen­te hacia el lugar donde estamos.
Hasta ese momento, la orden había sido de no entrar en choque, a no ser en caso absolutamente necesario. Se ordenó a las unidades de contención, detener el avance enemigo y proteger la retirada de la columna.
Todos, desde nuestro respectivo escondite nos aprestamos a combatir. El ronco estallido de los G-3 y el seco chasquido de los M-16 en furioso entrellamiento rompen la breve pero tensa espera, zumbando los proyectiles sobre nuestra cabeza.
El choque es corto, dura unos cinco minutos; sobre el zacatal quedaron muertos tres  soldados del gobierno ge­nocida y el resto se batió en retirada, agazapados, arrastrando a sus muertos; no pudimos requisar sus armas. Uno de nuestros combatientes resultó herido en un pie.       

¡Y apenas hemos comenzado el día!
El incidente ha venido a resultar para nuestro objetivo sumamente grave. Estamos en un hoyo, peligrosamente, rodeados de enemigos por todas las al­turas: perfectamente detectados y, des­de ese momento, objeto de feroz persecución por parte de fuerzas tan superiores; ¡y apenas hemos comenzado el día!
Frente a nuestra ubicación hay un cerro muy empinado para subir al cual nos basta cruzar la quebrada que esta a nuestros pies. Ya han tenido tiempo de reconocerlo nuestros exploradores.
Antes de llegar a su cima, hay un bosque bastante largo que llega hasta tupidos matorrales por donde podemos encubrir nuestra subida. Descendemos rápidamente los precipicios hasta el arroyo, ayudándonos en  los fuertes bejucos y caminando un rato por el lecho del riachuelo. Decidimos internarnos en una empinada y peñascosa quebra­da, muy estrecha, en cuyo centro baja a pequeños saltos de cascada en cascada un fuerte brazo de agua cristalina y fría.
Este nacimiento de agua se extien­de casi hasta la cima del cerro (Los Na­ranjos). Paso a paso, destrozándonos los brazos y rodillas, vamos subiendo los empinados y lisos peñascos y saltos de agua hasta acercarnos a la parte boscosa.

La sangre generosa, símbolo de la lucha de un pueblo heroico
A poco de iniciar el escalamiento me doy cuenta, de pronto, que en cada peñasco que voy a subir hay un rojo estampado de sangre marcado por el pie de nuestro combatiente herido y que había pasado al grupo de Vanguardia. Es el símbolo vivo de la generosa sangre que en nuestra lucha de libera­ción está derramando tan abundantemente nuestro pueblo, pero, al mismo tiempo, peligrosa huella que va quedan­do tras nosotros y que puede facilitar el seguimiento enemigo. Este barre el monte con metralla. Los helicópteros proporcionados por el gobierno norteamericano hacen un reconocimiento tras otro, casi rozando la maleza y haciendo funcionar sus roncas ametralla­doras.
El enemigo tantea el terreno con el mortero, pero el fuego es errático por lo que comenzamos a fortalecernos en la idea de que los hemos despistado y que ojalá eso nos permita llegar hasta la noche, para salir definitivamente de esa emboscada.

Que nadie mueva  los arbustos
Todo lo largo de la quebrada está cubierto por un tupido túnel de arbus­tos y lianas, formando un pasaje impo­sible de ver desde arriba. El sol no penetra a su fondo. Se da orden que al   trepar nadie mueva los arbustos para  que los movimientos no sean detectados por los sacudimientos externos de  las ramas; pues estamos seguros que en    ese mismo instante muchos ojos y prismáticos desde las alturas vecinas tratan   acuciosamente de taladrar la maraña.
Detenemos el escalamiento a un   a nivel muy elevado de1 cerro y nos pegamos a la roca con el arma lista para disparar, intentando pasar la tarde desapercibidos, mientras las explosiones de los morteros muerden el terreno por todos lados; algunas veces cayendo casi en el lugar que ocupamos.
Las postas y grupos de contención  de Vanguardia y de los flancos trepan con gran sigilo hacia sus puntos de apostamiento y un grupo de exploradores sale en misión.               

En espera del salto final: los niños comienzan a desfallecer
Los minutos y las horas comienzan a desfilar en la tensa espera del asalto final enemigo, que nos rodea por todos lados, con enorme superioridad de fuego y hombres No hay tiempo ni  posibilidad de buscar alimento; una pequeña naranja ácida y unos jocotes logramos comer antes del choque. No hay abastecimiento; el que  traía lo dejó al otro lado. Ya los niños comienzan a desfallecer y no es posible encender fuego para dañes agua tibia endulzada aunque sea con sacarina. Hay que darles fría. Su llanto no sólo nos alarma sino que nos conmueve porque va haciendo cada vez más doliente y débil. La mirada del niño de brazos se va tornando lánguida.
De las l6.00 horas en adelante arrecia el mortero y ametrallamiento, mientras que los helicópteros dan círculos insistentes sobre el terreno donde estamos.
Nos aprestamos a rechazar el posible ataque directo. La tarde se va hundiendo en la oscuridad, mientras una fría lluvia castiga nuestros dolientes huesos.
Disminuye el mortereo poco a poco y sólo esporádicas ráfagas de ametralladora enemiga disparan desde las colinas vecinas. Las tropas enemigas parecen haberse concentrado en sus apostamientos.

Los ojos que se apagan de niños guerrilleros
Se ordena por grupos a la gente, con instrucción de no merodear por el lugar, que por otra parte es muy abrup­to. Encontramos en el lecho del arroyo raíces de "chufles" para llevar algo al estómago y algunas guayabas.
Entre unas piedras, frente a mí, a pocos metros ha sido acondicionada la compañera Marta con sus tres niños: Jorge, de seis años; Hugo de cuatro; y Manuelito, el niño de brazos. Los tres muy parecidos entre sí y con su madre, la tez muy blanca, ojos negros vivísi­mos, ahora velados por la debilidad. Los mayores muy seriecitos, se com­portan como pequeños guerrilleros. llevan muchos meses viviendo en los campamentos debido al trabajo revolu­cionario de sus padres (su padre Raúl, es responsable de la Dirección de Zona del Partido  -FPL-  en ese frente); y allí se comportan como si fueran grandes, incluso hacen el saludo militar a los jefes, juegan con los combatientes y todos les guardan cariño; los ven con ojos de añoranza, pensando en los propios y con la profunda aspiración que mañana nuestra niñez disfrutará de la felicidad que ahora el genocidio hace imposible y que nuestro pueblo está conquistando a costa de tanta sangre y sacrificio.
El semblante del niño de brazos se ha desmejorado, se va debilitando por horas y da tristeza ver sus ojos angus­tiados por hambre. Y en estas condi­ciones no es posible ni siquiera encen­der fuego para darle agua hervida. Lo que algunos combatientes llevan de re­serva, algunas galletas, dulces, se lo han ido pasando a los niños; a estas alturas ya se agotó.
La compañera Marta de 24 años, blanca, muy agraciada; pero con el ros­tro macilento y los ojos rodeados de profundas ojeras, ha tenido un compor­tamiento digno y valiente. Con una mano apretando fuertemente contra su pecho al niño de brazos va arañando peñascos y laderas al borde de los pre­cipicios, en la impenetrable oscuridad de estas noches. De sus labios no se escapa ni una lamentación a pesar de que es consciente del peligro que ya a estas alturas va corriendo la vida de sus ni­ños. Naturalmente que un combatiente le tiende el brazo en los lugares más difíciles; otros le ayudan con los otros niños.

Pasamos el día sin mayores nove­dades. En varios puntos distintos, cerca de aquí, estallan furiosamente las explosiones de mortero. Los helicópte­ros sobrevuelan varias veces sobre no­sotros. En la mañana, con gran estruen­do de artillería han asaltado el lugar donde nos detectaron ayer.

Táctica para confundir a las tropas enemigas
A las 18.30 horas reina impenetra­ble oscuridad, haremos el intento de romper la emboscada para abrir brecha por el bosque que cubre las alturas de este cerro (Los Naranjos).
Ya no intentaremos tomar el rum­bo que trajimos en la mañana, pues de­bido a los muertos que causamos, esa vereda la han convertido en trampa mortal. Tomaremos de regreso a la montaña, en una maniobra táctica di­versionista que les desconcierte.
Necesitamos romper el contacto con las tropas enemigas que están so­bre nuestros pasos. En el lecho del nacimiento de agua, organizamos la formación de marcha. En la densa oscuridad aún bajo el frío estilete de la lluvia, iniciamos la sa­lida de la quebrada, asiéndonos de agu­dos peñascos y lianas, hasta internarnos lentamente en el bosque, pasando muy cerca de postas enemigas. Horas después hemos dejado atrás el bosque, abriendo camino entre densos matorra­les y espinas, entre fuerte zacata que abre heridas en manos y brazos, guija­rros lacerantes, quebradas y precipicios, caminando toda la noche. Y ya cuando la luz del sol se nos viene encima, alcan­zamos a subir la parte boscosa de un cerro distante del anterior, al pie del cerro Los Picachos cerca del nacimiento del arroyo El Jute, en un faldón muy empinado.
Por de pronto el enemigo ha perdido nuestra huella. La cima de este cerro no tiene postas enemigas; pone­mos las nuestras, así como las conten­ciones. Nos acomodamos entre los peñascos del arroyo para pasar el día. Es el 2 de octubre.

En plena retaguardia de las fuerzas de la dictadura
Alas 18.00 horas formarnos el plan de marcha y bajo la tenue luz de una débil luna, iniciamos la tercera marcha nocturna, abriendo camino en­tre los breñales alejándonos de toda vereda o camino marchando en cadena para que nadie se pierda en la penumbra.
Nos proponemos acercarnos al lado Sur-Oeste de la montaña hacia la zona del Sicahuite-Jícaro, para luego enfilar hacia la carretera y salir del cerco por esa dirección.
Al amanecer, después de varias horas de dura marcha acampamos en una quebrada muy cubierta de vegetación, asentada entre alturas por el lado Sur, Norte y Poniente.
Como a las 8.00 horas de ese día (3 de octubre) a nuestro alrededor comienza a estallar todo, con estruendo ensordecedor y nos damos cuenta que hemos venido a acampar en plena retaguardia de una fuerte concentración de tropas enemigas que ataca furiosamente el  Cerro de Los Naranjos a donde por la noche ha llegado una enorme columna de la masa de unos dos mil habitantes, especialmente mujeres y niños de los cantones del Jícaro, Sicahuite y otros, defendidos por las unidades de guerrilla local y milicias de dichos lugares.
A unos 150 metros delante de nosotros una batería de mortero vomita fuego incesantemente con andanadas de cuatro proyectiles simultáneos. La intensidad de sus disparos es de unos 25 proyectiles cada 15 minutos; acompañada de fuego de otros morteros y cañones de 90 milímetros emplazados en otras elevaciones.
Nos imaginamos la causa (ateniéndonos al plan de evacuación) y sentimos tremenda preocupación por los centenares de niños y mujeres que pueden ser víctimas de ese bestial encarnizamiento contra la población Como si              ésta fuera su más odiado enemigo el ejército genocida, dirigido por asesores del Pentágono, se ha lanzado a despedazarla a cañonazos.

Increíble brutalidad contra la población
¿Por qué es necesario que la masa trate de salir del cerco?
¿Por qué no se queda en sus can­tones?
Precisamente, para evitar el exter­minio, para no ser asesinados masivamente en sus casas.
La modalidad extremadamente inhumana que los belicistas yanquis es­tán imprimiendo a su Guerra Especial en El Salvador va sembrada de espan­tosas matanzas masivas en la población civil en cada una de sus operaciones de limpieza para llevar a cabo su criminal lema: "Sacar el Pez del Agua".
Hace apenas un mes, en el cantón Achichilco de las faldas del Volcán de San Vicente, 50 mujeres y sus niños que rehusaron evacuar con el resto de habitantes, fueron atrozmente asesina­dos por los soldados títeres que irrum­pieron en el caserío en su operación limpieza.
Hace dos meses, 180 mujeres y ni­ños ocultos en un zanjón en el cerro de Guazapa (El Chaparral y Mirandía), fueron destrozados y decapitados a filo de machete por las bestias genocidas.

El por qué se mueve la población con las guerrillas
Al regresar, la masa organizó actos de gran contenido político dirigidos por las FPL, y conteniendo su indignación dio sepultura a sus muertos en grandes fosas comunes, que cualquier periodista puede ver. Por eso los habi­tantes de las zonas guerrilleras prefie­ren correr con los riesgos que compor­ta la ruptura del cerco, defendidos por las guerrillas milicia y organizados en autodefensa.
Las unidades de las FAPL organi­zan la evacuación de la masa, su mar­cha realizan la contención y contraataque a las fuerzas genocidas, con el objetivo de que la población acampe provisionalmente en lugares relativamente más seguros y luego organiza su regreso a sus hogares después de la operación limpieza y exterminio de la población.
En este momento, rodeados por gran contingente de tropas enemigas que no nos han detectado, estamos presenciando personalmente la furia inhumana con que los soldados de la tiranía lanzan saturadoramente sobre la masa de mujeres y niños los mortífe­ros proyectiles que tan abundantemen­te les proporciona el Pentágono de Washington. Este día sobre los lugares ocupados por la masa en Los Naranjos, donde hace dos días estuvimos, y que ahora los tenemos hacia el Este, son lanzados no menos de mil proyectiles de mortero y bombas de aviación que participa en el bombardeo y ametralla­miento.
En el filo de la derecha, a unos 300 metros de nosotros, un oficial tie­ne su puesto de dirección de la puntería del cañón. Y, a nuestra izquierda, el        otro filo está fuertemente ocupado por los esbirros. Por detrás de nosotros se comunican las tropas de ambas elevaciones; a uno y otro lado, a unos 40 metros a cada momento pasan o se apostan escuadras enemigas disparando continuas ráfagas de sus M-16 algunas hacia la hondonada donde nos encon­tramos. Varias veces parece que se movieran directamente hacia el lugar. Los helicópteros sobrevuelan obstinadamente.
La tensión disminuye o aumenta alternativamente por la cercanía de un choque fatal, de acuerdo a las observa­ciones de nuestras postas o la cercanía de los disparos enemigos.
Con el dispositivo de fuego organi­zado hacia todas direcciones, hacemos acopio de serenidad para no traspasar el límite de lo irreversible; ya que con tanta sección enemiga concentrada a nuestro alrededor, la desigualdad de fuego y hombres es abundante por par­te del enemigo.
Las ametralladoras no descansan en todas las cimas de los cerros y nos admira el derroche ilimitado de parque que están gastando los soldados títeres; parecen muy bien abastecido: por sus "asesores" de Washington.
Va transcurriendo lentamente el día y el choque no se produce. El fuego se va aquietando y las tropas enemi­gas caminan hacia sus concentraciones en las posiciones elevadas.

Cuando cuerpo y alma son desgarrados
Los momentos postreros de la tar­de languidecen en un silencio desagradable, bajo una pertinaz y cruel lloviz­na que hiela el alma.
Consideramos muy difícil salir de aquí sin que nos vean los numerosos centinelas enemigos apostados en to­das las colinas. Lo intentaremos, abriendo brecha toda la noche entre maleza y zarzas.
...y en espera de la noche, el pensamiento nos arrastra a ese tormento, ¡las zarzas! Por todos lados topamos en la marcha, con esos arbustos espino­sos, descomunalmente crecidos como pulpos de mil brazos extendidos hacia todos lados, que desgarran la piel, el rostro, la ropa, clavando sus crueles garfios con saña y sin ánimo desprenderse. Parece ser el castigo de la salvaje maleza para quien osa violar sus dominios. Nosotros, noche a noche hemos irrumpido en su seno abriendo trocha con nuestros propios cuerpos a viva fuerza; y los más encarnizados tor­turadores han sido las zarzas y espinas que son dueñas ilimitadas del terreno, que nos desgarran hasta el alma.
Hay muchas especies; desde el iz­canal; de cuernos afilados del tamaño de espuelas de gallo, donde mora una hormiga negra de dolorosísima picadu­ra, hasta las plantas "dormilonas" que pliegan nerviosamente sus finas hojas al menor roce.
Al amanecer, un manto de bonitas rosadas, corno de fino algodón ador­nan el campo con engañosa belleza; son las flores de estas plantas; pero de bajo, y a todo lo largo de sus extendi­das ramas, millares de fuertes garras en forma de uñas de gato, están prestas a despedazar al que se acerque.

Una escena de hace varios años se repite con crueldad
En este descanso amodorrado no puedo dejar de recordar una escena su­cedida hace varios años.
En una espléndida mañana de verano, en Simferópol, en las soleadas tierras de Crimea en la URSS, entré de visita al famoso Instituto Botánica, con amplios jardines y bosques, con una ilimitada colección y cultivo, en sus condiciones naturales de las más variadas especies del reino vegetal de todos los climas y continentes. Des­pués de ser introducidos por el guía en los misterios de muchos árboles (algu­nos anteriores al descubrimiento de América) y plantas exóticas, como cul­minación de su trabajo, nos conduce hasta un sitial de honor donde crece una planta tropical "especial".

Con tono misterioso, seguido ávi­damente por los visitantes, se acerca a la preciosa planta que está protegida de la curiosidad de los más audaces, y nos explica con entusiasta exaltación:
«Ante nuestra vista tenemos uno de los más preciados exponentes de la natura­leza; una planta tropical sensitiva, que corno si tuviera red nerviosa, pliega sus ramas al "sentir" el más leve roce. Es una muestra de la transición del mun­do inanimado al animado; del reino ve­getal al animal, aunque no llegue al de­sarrollo de las plantas que atrapan in­sectos, pero es elocuente muestra del proceso de transición de la naturaleza".
En un principio, al ver la humilde "dormilona" objeto de tan elevados conceptos y notar el expectante asom­bro en los ojos de los visitantes soviéti­cos, contemplo la escena con cierta sonrisa de autosuficiencia; pero al oír sus maravillosos valores, tan profundamente encomiados por nuestro cicerone (que por su dominio de" la naturaleza debe ser, por lo menos, profesor de la Academia de Ciencias de la URSS), la comienzo a ver con gran respeto, como una verdadera revelación.
El profesor se acerca a la planta ante la muda expectación de todos que creen estar frente a un cuento de hadas, y en el clímax del "milagro", le­vanta su varita indicadora que a esas alturas se nos antoja mágica y toca, "¡oh prodigio!", las ramitas de la planta mara­villosa, las que como movidas por un resorte se desmayan lánguidamente sobre su tallo.
Una estupefacta exclamación sale de la garganta de los visitantes, que han visto la prueba 'en vivo" y todos quieren tocar la planta, velados por la rigurosa prevención de no hacerlo. Lo que no recuerdo haber oído al bendito profesor, es el "tesoro de "sus espinas".
Ahora, lo único que tengo presen­te al maldecir con toda mi alma a esos crueles matorrales, son esas afiladas ga­rras de felino que por millones nos atrapan en estos arrastres por los salvajes terrenos que tenemos que cruzar.

Cada paso nuestro es "saludado" por la metralla cerrada
Organizamos la marcha. Por la extremada complejidad de la operación para salir de este nido de enemigos, pasando por postas muy cercanas que ex­presan su vivencia disparando frecuen­tes ráfagas de metralla, se organiza la columna en dos grupos con sus respec­tivos mandos que irán el uno tras el otro por la misma ruta; y bajo una peligrosa claridad lunar, emprendemos la tarea de rodear completamente por su cintura el cerro que nos queda a la de­recha (El Corralito), para proseguir al otro lado el rumbo que llevamos. Espe­ramos acercamos a la carretera, pasar el día en un lugar cercano y atravesarla por la noche.
Con cuidado extremo para no des­prender guijarros ni mover las ramas de los arbustos, agachados para que no nos delate la claridad lunar, asidos en cadena, nos arrastramos muy cerca de varias postas y nidos de ametralladora enemiga que disparan monótonamente.
Toda la noche nuestro paso es sa­ludado con metralla, que no es indica­tivo del descubrimiento de nuestra pre­sencia.

Agotamiento, falta de alimento, túneles en los zacatales
Para mantener el rumbo tenemos que abrirnos paso sobre peligrosos fa­rallones, nacimientos de arroyos, loda­zales, pedregales y escaladas resbaladizas o descensos barrealosos, en una procesión silenciosa, bajo los perfiles fantasmagóricos de enormes árboles iluminados por la penumbra lunar.
El agotamiento y la falta de alimento, así como los días sin dormir comienzan a presentar las grandiosas imágenes de la naturaleza: la frondosidad de añosos árboles, la espesa vegetación los precipicios (que ahora bañados por débil luz podemos percibir), las rocas de formas caprichosas el horizonte cubierto de picos y serranías, etcétera., con peculiares tonalidades legendarias y una persistente y pegajosa pesadez pugna por bajar los párpados como si el sueño luchara por aprovechar cada pequeña detención.
La caravana marcha más lenta que otras noches y su pesado avance no abunda en el terreno. Muchos compa­ñeros ya están seriamente dañados de los pies y los golpes comienzan a infec­tarse.
Tardamos más de seis horas en ro­dear el cerro, ya bastante retirados de las tropas que nos rodearon todo el día y enfilamos hacia cerros vecinos, abriendo ruta entre, las zarzas descomunal­mente crecidas.
A las 6.00 horas del 4 de octubre, después de remontar varias serranías, llegamos a una hondura encajonada sin árboles pero con muy altos zacatales. No podemos seguir avanzando porque sería detectar nuestra presencia y deci­dimos abrir cuevas en el zacatal para pasar el día cubiertos por la alta hierba.
Abrimos pequeños túneles en el zacate, al abrigo del zanjoncito que cu­bre nuestras espaldas y nos acurrucamos en el fondo a descansar. Mis asis­tentes personales: Dina, Daniel, Sonia, Gustavo y Neto me rodean en sus cuevas de zacate. Enfrente están los  compañeros jefes: Neto, Lucas y Bernardo (el Jefe de Oriente) que encabezan la columna.
No se detecta, cerca presencia enemiga; ni indicaciones de habemos detectado.

Nos recogemos sin hacer movimientos. Una unidad repta con misión de exploración. Comenzamos un pesado dormitar, empapados por las frías lluvias últimas. Tenemos varios días que la ropa está mojada sobre el cuerpo.
El dolido llanto del niño menor nos intranquiliza a cada momento.

La muerte de un jefe ejemplar: "Lucas"
Por todos lados la: ametralladoras atruenan las colinas. El compañero Lu­cas que va jadeante unos pasos detrás de mi, es atravesado por una bala. De momento no me doy cuenta por ir adelante de él. Quince minutos después Regimos a la cima del cerro, junto a un arroyo e indago por los compañeros que iban detrás de mí, extrañándome su tardanza.
Van llegando poco después. El enemigo nos viene siguiendo; pero está rastreando toda la parte baja. La primera noticia es que el compañero Lu­cas, Jefe de la Sub-Zona tres, está le­sionado; esperamos que lo traigan, sin embargo al reunirse mayor número de compañeros traen la triste noticia de su muerte.
Un dolor profundo me embarga. Duele a fondo la caída en combate del querido compañero, genuino proleta­rio, obrero de fábrica que llegó a ser jefe militar competente, de unos 28 años; era fuerte y corpuloso, como ro­ble; sereno y reposado en su personali­dad. Goza de un gran resto entre los combatientes. Era fervoroso y leal miembro de las FPL Farabundo Martí.

El asesinato de "Marta" con sus tres hijos
Luego nos informan: al pasar la compañera Marta por un claro del ce­rro, el helicóptero descubrió su paso en un momento en que con el niño en los brazos iba subiendo, rodeada de los otros dos pequeños hijos que se habían desprendido de los brazos de otros combatientes para correr al lado de su madre.
Despiadadamente el helicóptero que dispara a la columna, dirige su a­metralladora contra madre e hijos y los acribilla a balazos fríamente. El malvado yanqui asesor dirige desde la sinies­tra maquinaria el nuevo crimen.
Las balas, pagadas involuntariamente por los contribuyentes nortea­mericanos, ciegan más vidas de niños y madres salvadoreñas, en esta malvada guerra contra el pueblo humilde y dig­no.
Los cadáveres de la compañera Marta y sus tres hijos quedaron en esa colina sangrienta. Allí quedan con los ojos abiertos al infinito, los niños que se cuadraban militarmente como gue­rrilleros que en su infantil candor soñaban con crecer para luchar por lo que confusamente sonaba ante sus oídos: "la defensa de los interese: del pueblo"; nuevas víctimas que engrosaron las miles de criaturas asesinadas fríamente por la: bestias humanas dirigidas por sus amos del Pentágono.

Sufre nuestro corazón   intensamente: mil veces justa la lucha armada
Y experimentamos todo el peso de la dureza de los sacrificios de nuestro noble pueblo. Luchamos fundamentalmente por la felicidad futura de la niñez de nuestra patria y nos encontramos de inmediato con sus intensos sufrimientos sometidos a la bestialidad del genocidio del imperialismo y sus títeres.
¡Sufre nuestro corazón intensa­mente!
¡Justa, mil veces justa, la lucha de liberación de mi pueblo, las mil veces sagrada Guerra Popular de Liberación! ¡Justificado mil veces el implaca­ble odio que nuestro pueblo siente por los belicistas del Pentágono y la  Casa Blanca, que están cometiendo tanto asesinato y genocidio sobre nuestra humilde población, por el delito de lu­char por la independencia, la democracia y el disfrute de una paz digna y soberana!
¡Pero no cederemos ante la bestialidad, ante el crimen y el exterminio de la población!
¡No daremos tregua a nuestra sacrosanta lucha, hasta la victoria final de las aspiraciones populares, hasta la formación de un verdadero Gobierno Democrático Revolucionario que sea genuina expresión de los intereses de las grandes mayorías humildes y trabajadoras!
En el recuento final vemos que han desaparecido otros dos hermanos del compañero Lucas: Paco de 20 años, miembro de la Dirección Zonal del Partido -FPL- y el hermanito menor, Ricardo, de ocho años.
Después del doloroso recuento, mientras los sabuesos buscan en los matorrales inferiores, organizamos la marcha hacia el sur. Caminamos unas dos horas completamente cubiertos por la vegetación y acampamos en un paraje muy tupido de follaje.
Un pequeño grupo de compañeros marcha abajo paralelamente. Decidimos pasar la tarde allí, en espera  de la noche.
El rumbo que tomaremos es direc­tamente hacia la carretera de Las Vueltas, por la Ceiba, en el esfuerzo de romper el cerco estratégico. Los helicópteros rondan con insis­tencia, pero no dan señales de detec­tarnos. Todo el personal está destrozado de los pies y con golpes en el cuerpo. Algunos compañeros tienen heridas le­ves de bala.

La debilidad general amenaza convertirse en extenuación
La tarde desagradablemente fría va  avanzando A las 18:00 hora: una inusual oscuridad ha caído. Los nubarrones muy bajos se desatan inesperadamente en una furiosa ventisca fría acompañada de vivísimos relámpagos y ensordecedores truenos en una sucesión sobrecogedora. Pocas veces en mi vida he pre­senciado tal género de tormentas eléctricas que por la rápida sucesión de los fogonazos que estallan muy cerca de nuestras cabezas, mantienen iluminado el terreno.
Maldiciendo semejante fenómeno de la naturaleza, que por otro lado es propicio a nuestros objetivos, reanuda­mos la marcha tiritando de frío, atrave­sando peligrosamente los torrentes cre­cidos por la descomunal lluvia. Una hora después y cuando hemos avanza­do poco, amainó la tormenta y tras es­pesos nubarrones, la débil acción lunar hace disminuir la intensa oscuridad.
Llegamos a las vecindades del Río Tamulasco, cerca de la carretera que pretendemos cruzar, cuando ya la luz del día se pronuncia peligrosamente. Estamos a 5 de octubre.
Calculamos no alcanzar la carrete­ra (punto crítico del cerco) en la pe­numbra, y decidimos quedarnos otro día más de este lado del río, en la propia red del dispositivo de cerco estraté­gico. Intentar saltar al otro lado, lo consideramos suicida, ya que las lade­ras del Picacho y cerros vecinos, casi hasta su cima son completamente pe­ladas, sin un árbol y nos dejaría total mente a merced de la metralla enemiga.
Decidirnos subir a la altura más vecina del río, que está coronada de un pequeño bosquecillo. Sale el sol, cuando logramos acondicionarnos en una providencial casita abandonada que está bajo los árboles, oculta al abrigo de los accidentes del terreno; y nos quedamos en la misma, en el polvoso suelo infectado de pulgas.
Cerca de mí, mis asistentes más cercanos: Dina, Sonia y los compañe­ros Jefes... Dormitarnos inquietamente. Las condiciones físicas de todos son deplorables. A algunos heridos comienzan a engusanársele las lesiones. Bernardo está con fiebre muy elevada.
Un compañero herido se aprieta con ambas manos la cabeza, tratando de amenguar las mordidas y el cosqui­lleo de los gusanos que le han invadido la lesión. Llevamos varios días de no ali­mentarnos ni dormir. La debilidad ge­neral amenaza convertirse en extenua­ción.

"No me importa morir pero que no vaya a caer nuestro comandante en jefe": Ruperto.
No tarda mucho tiempo sin vernos materialmente rodeados de columnas de soldados enemigos que parecen ir y venir de Las Vueltas, en cuyas inme­diaciones estamos.
En cada ocasión toman las colinas de enfrente y las faldas del cerro, situado al otro lado del río. Caminan allá abajo por la troca abierta por nosotros. Por más que tratamos de borrarlas es evidente que las huellas han quedado. Disparan de muy cerca de nuestras  posiciones.
Por la tarde se inicia un intenso mortereo hacia estos parajes. Helicóp­teros sobrevuelan; es la táctica que em­plea el enemigo para el asalto a cualquier posición.
El ametrallamiento desde las coli­nas vecinas arrecia. Por momento los disparos de M-16 resuenan muy cerca. Nos parece que de alguna manera he­mos sido detectados y que asaltarán de inmediato nuestra posición y nos apres­tamos a la defensa. Por otra parte, nos parece lo más lógico que una de las patrullas que se mueven elija pasar por encima de esta colina como lo están haciendo por las vecinas. En todo caso, sentimos que el choque es inminente y estamos decidi­dos a hacerles pagar caro su intento.
El dramatismo del momento au­menta cuando el enemigo inicia un ca­ñoneo con baterías de cuatro andanadas simultáneas de l05 milímetros que comienza a caer a unos 500 metros de donde estamos (hacia el Norte) y llega casi hasta el patiecito de la casa que ocupamos, la tensión aumenta a medi­da que las explosiones de gran impacto se van acercando con ritmo implacable hasta nuestro apostamiento, desprovis­to de toda protección anti-artillera.
Se repite una y otra vez, durante unos 40 minutos. En la tensión del momento, pres­tos a saltar sobre el enemigo, si ataca frontalmente, entre el rugido del ca­ñón, oímos el desahogo de un comba­tiente: Ruperto, muy joven pero va­liente en la acción, que dice entre so­llozo: "no me importa morir, pero que no vaya a caer nuestro Comandante en Jefe".
Todos los rostros están tensos y pensativos, con el arma lista a disparar. Me impresiona profundamente ese sentimiento de desahogo de la fuerte tensión, de un soldado que está cons­ciente de hallarse en real peligro de muerte. Después del cañoneo, comienzan a desfilar en la colina vecina y por el río, unidades del ejército títere que se trasladan de Las Vueltas a Chalatenan­go. Disminuye la tensión.

La caída en combate de siete hermanos
Con persistencia, en este tenso alerta amodorrado, el pensamiento re­cae en la compañera Milagro, jefe del Campamento, joven guerrillera de 22 años de edad, miembro de las FPL, bastante politizada. De tez morena, ojos negros, brillantes y expresivo, rostro agradecido que derrocha vida y simpatía, cuerpo bien formado, tiene el porte militar sin afectación ni inmo­destia, de la mujer entregada a la lucha por su querido pueblo. Ejerce el mando militar del campamento con autori­dad, ganada justamente entre los combatientes.
Nos trajeron el informe de que en el segundo grupo de nuestra columna fue gravemente baleada en la embosca­da de la colina sangrienta (Cerro Ocote Redondo). Los confusos informes dan a entender que ha muerto. Es hermana del compañero Lucas que cayó tam­bién en ese combate.
Antes de ellos, tres de sus hermanos mayores habían caído en diversos luga­res en la lucha contra la tiranía militar títere Si se confirma su muerte y la desaparición de sus otros hermanos, serían siete los miembros de esta familia que derramaron su sangre por la justa causa del pueblo. Es una familia de combatientes que se incorporaron a  la revolución en su tierra natal: El Cerro de Guazapa.

"Milagro", esa gran revolucionaria
Al recordarla, involuntariamente me absorbe el recuerdo de la vida en el campamento: entre los espesos pinares de la alta montaña, va saliendo el sol coronado por nubes de bello púrpura. La neblina que a veces por días enteros cubre las cimas donde estamos, co­mienza a subir desde valles y hondona­das.
Es hora de la formación del cam­pamento, para rendir los honores a la bandera, después de los ejercicios matinales. Formadas las escuadras frente a nosotros, sus Jefes rinden parte a la compañera Milagro, Jefe del Campamento. Luego, ella se dirige a mí, con gallardo porte marcial, en altivo saludo militar, para rendirme el parte de la or­denanza "Compañero comandante en Jefe, le informo que las escuadras del campamento están listas para rendir honores a la bandera del FPL Farabundo Martí. "Hay tantos compañeros en­fermos". Informa, la Jefa del Campa­mento: Milagro.
Veo con agrado la seria actitud de esta joven guerrillera, exponente de la inmensa contribución de la heroica mujer salvadoreña en esta dura Guerra Popular de Liberación. Noto su com­penetración en la responsabilidad mili­tar y política que desempeña; sus ojos negros clavados fijamente en mí, sus graciosos labios regordetes adornados por un lunar en la parte superior. Veo la gran simpatía y virtud que irradia su altivez militar revolucionaria y, con­testo invariablemente: "Compañera Je­fe del Campamento, ordene rendir los honores a la bandera". Juntando los talones de sus botas, se vuelve hacia la formación de los combatientes y emite las voces de orden.
Y mientras la bandera asciende lentamente en el mástil, la voz potente de los combatientes, haciendo el salu­do militar, se expande por entre los bosques rumorosos, entonando el himno a la bandera.

Se alza ya nuestra roja bandera,
A triunfar o a morir llama ya,
Por la Patria y el mañana socialista,
¡El pueblo armado vencerá!

Muchos hijos del pueblo han caído
Defendiendo la Bandera proletaria.
El enemigo pronto será vencido.
Por las armas revolucionarias.

Guerrilleros, milicianos,
Combatientes de la Libertad
Nuestras armas nos darán
La victoria popular, la victoria popular.

¡Adelante! ¡Adelante!
No daremos ni un paso atrás.
Ha llegado la hora de los combates
Por lograr, por lograr la Victoria final.

…el eco de sus voces rebota en las quebradas. La bandera roja de la FPL Farabundo Martí miembro del FMLN flamea al viento en este pedazo de tierra libre. Después de que los combatientes gritan las últimas consignas: ¡Revolución o Muerte! ¡El pueblo Armado Vencerá!, la compañera Milagro da la orden final: "Rompan filas; a incorporarse a las tareas del día". Y los combatientes, rompiendo la formación, marchan optimistas al desayuno, para iniciar después las tareas y misiones…

En el límite de la fatiga
Vuelvo a la realidad, seguirnos en esta elevación a orillas del Tamulasco. Me resisto a pensar que la compañera Milagro haya caído.
Muy quebrantado todo el perso­nal, caminamos despacio en la oscuri­dad, bajo la lluvia y bajamos la pen­diente hacia el Río Tamulasco, el más caudaloso que cruza Chalatenango (con excepción del Lempa y el Suin­pul) y que tiene su nacimiento cerca de Los Naranjos. Al poco rato, cruzamos sin novedad la Carretera de Chalatenango a Las Vueltas.
Trabajosamente, escalamos las du­ras y empinadas laderas del Cerro "El Picacho" y vecinos; cerros sin alta ve­getación. Por el agotamiento físico y las infecciones de los golpes, comienzo a sentir aguda extenuación. Fraternalmente, los compañeros me ayudan.
Al intento de ocupar unas cuevas, ya con la luz del día muy clara, nos detecta la posta enemiga que está en la base del "Picacho", e inicia desde su posición un fuerte tiroteo. Tenemos que caminar agachados un kilómetro más y nos detenemos en un terreno muy cubierto, con tupidos cafetales invadidos por la maleza, co­mo a 500 metros al Oriente de la aban­donada aldea Talchaluya.
Descansamos un rato. Casi todo el personal está en el límite de la fatiga; con los pies destrozados e infectados. Y esperamos estar aquí hasta la noche, para salir definitivamente del cerco.

Emboscada y salida final del cerco
Estamos a 6 de octubre. Muy poco tiempo nos dura la es­peranza de descansar. El enemigo ha movido fuerzas hacia nuestra posición, envolviéndonos por los cuatro costados.
Como a las 9:30 horas nuestra contención choca con una patrulla enemiga de avanzada,  choque corto y agudo, que deja como  saldo dos solda­os enemigos muertos. La fuerza enemiga de avanzada, cubre su retirada, lanzándonos granadas de fusil, habien­do lesionado no gravemente a algunos compañeros. El fuego sobre nosotros se generaliza desde todas las direccio­nes.
Contestando el fuego, nuestra co­lumna se ordena para la marcha, y de­cidimos abrirnos paso bajo los mato­rrales, para ascender la empinada coli­na de la derecha, prácticamente a los pies del enemigo que nos dispara desde arriba.
La maniobra requiere de un tacto extremado, para que las tropas títeres no sientan que nos estamos moviendo, prácticamente bajo sus pies. Para iniciar el ascenso, nos cierra el paso una roca enorme que tenemos que escalar con cuerdas, e iniciamos un arrastre lento e imperceptible, con la cara be­sando el suelo, de frente, totalmente pegados a la tierra, apoyándonos en codos, rodillas y pies, para avanzar sin mover la maleza, que forma un verda­dero túnel sobre nuestro cuerpo.
El terreno es muy pedregoso y a cada trecho hay que pasar sobre gru­pos de roca que nos dificultan el avan­ce. Al alzar un poco el cuerpo, las espi­nas nos desgarran la espalda. Las raíces y bejucos entraban nuestro paso. Nos movemos lenta y sincronizadamente; unos tres o cinco movimientos de avan­ce, seguidos de dos o tres minutos de quietud; uno, dos, tres; muy lentamente, y a mantenernos quietos.
La columna parece una enorme boa que se moviere lentamente, en este destrozante arrastre que se prolonga por horas.
En los espacios de quietud, entre movimientos de avance, al mismo tiempo que aguzamos la vigilancia, nos in­ternamos involuntariamente, por rápi­dos instantes que parecen prolongados, en recuerdos y reflexiones.
Necesariamente, pienso en el Co­mandante Che Guevara, que hace 14 años, por estas fechas, cayó combatiendo en circunstancias parecidas, ro­deado y acosado por los títeres del im­perialismo en la quebrada del Yuro.
Pienso en el estado de la guerra, en el grado de desarrollo de las fuerzas revolucionarias; en el desarrollo de las FAPL, en la gran solidaridad que los pueblos están proporcionando a nuestro pueblo, y en la gran necesidad de pertrechos de guerra frente al incesan­te torrente de material moderno que el imperialismo proporciona a sus títe­res para el genocidio contra nuestro pueblo.
Pienso en el cúmulo de debilidades de nuestro trabajo político-militar, y sinceramente siento tristeza de pen­sar que el enemigo me priva de la posibilidad de seguir aportando mi modes­to concurso. Al mismo tiempo siento gran tranquilidad de espíritu, al pensar en lo invencible de esta causa, que el pueblo armado, como incontenible to­rrente ha tomado en sus manos y que no cesará hasta llevarla causa de la liberación a su victoria final. Que no será en vano tanta sangre derramada por los obreros, campesinos y sus aliados; y que la Revolución no se desviará, sino que será en función de los intereses de las clases trabajadoras.
Y siento gran confortamiento interno al pensar que en lo personal, mi vida haya estado inseparablemente soldada a los intereses obreros y campesi­nos, hasta el último aliento.
Si no tuviéramos éxito en salir de esta emboscada que consideramos como último eslabón del cerco, no siento mayor intranquilidad, sino la firme resolución de causar el mayor número posible de bajas al sanguinario enemi­go. Por lo demás, en el caso extremo, y como es natural, la última bala de mi pistola ya tiene una misión bien defini­da.
La operación de lento arrastre se prolonga durante unas cuatro horas, hasta bien avanzada la tarde.
Detrás del tupido túnel de maleza, vemos y oímos la plática de los solda­dos enemigos, a unos 30 metros en la cima del cerro, hasta donde hemos rep­tado. Oímos incluso la transmisión de su aparato de comunicaciones.
Decidimos descansar en esa misma incómoda posición, en espera de la no­che, para hacer el intento final de salir del cerco enemigo.
En una inquieta espera, velada por pertinaz somnolencia, veo desfilar por mi memoria, los turbulentos años de 1970, cuando, nacientes, las FPL Farabundo Martí enarbolaron contra viento y marea la liberadora estrategia político-militar de la Guerra Prolongada del Pueblo, hasta esta etapa elevada de la misma.
Entonces, no soñábamos con que esta causa tan justa iba a crecer con tanta amplitud, hasta ser la causa de todo un pueblo. Tampoco pensábamos en el enorme torrente de sangre popu­lar que abriría la vía para la liberación de nuestra patria; ni la horrenda políti­ca de exterminio y genocidio que el insaciable imperialismo llevaría a la práctica, en su malvada escalada de in­tervención.
Más de 30 mil gentes humildes de mi pueblo asesinadas fríamente por la bestia belicista en un poco más de un año. Como medio millón de sencillas gentes de mi pueblo en campos de con­centración, llamados "refugios" (1) y en campamentos de refugiados en el interior del país y en los países vecinos. Centenares de caseríos y cantones to­talmente deshabitados, llenos de monte y maleza.
Cuántos queridos compañeros, que ala par mía han luchado con fervor, por la causa del pueblo han caído. Me lacera pensar en los últimos nobles compañeros caídos apenas la víspera: Lucas, Milagro, Marta, etcétera, y me represento a aquellos queridos compañeros que fueron los primeros que en el inicio de construcción de las FPL, cayeron combatiendo con las armas en la mano: Ferrum, el inteligente compañero de 19 años, que se desarrollaba co­mo verdadero Jefe de la Revolución; Sergio, el obrero que murió con él; An­tonio, obrero panadero; el gran diri­gente de la clase obrera, José Dimas Alas, que rompió el patronal Código de Trabajo y tomó el fusil; Omar, diri­gente juvenil de los sindicatos; Juan Sebastián, joven profesional electróni­co; Felipe Peña (Ignacio) querido diri­gente estudiantil y Ursula su compañera Eva, Francisco y Antonio, que combatieron durante nueve horas en su casa-habitación, embestida por cen­tenares de esbirros; inician sólo el in­terminable desfile de hijos del pueblo que con ejemplos de heroísmo han marcado la gloriosa ruta de la liberación.
No puedo evitar el pensar en mi querida hija Emma Guadalupe, dirigente magisterial, acribillada a balazos el 22 de mayo de l979, al encabezar una manifestación de masas y pienso tam­bién en el gran dirigente campesino Apolinario Serrano, en Roberto Sibrián, etc.
Por mi mente pasa el rostro de Justo Mejía, con quien precisamente por estos pedreros y cuevas del Tamulasco, La Ceiba y el Picacho, reco­rríamos en 1973-74 las veredas y los fangos, organizando los primeros gru­pos secretos, sin intuir los prodigiosos frutos de este pueblo.
Ahora, ya nada ni nadie derrotarán a este férreo pueblo. Aunque tengamos que pelear casi con las uñas, como lo estamos haciendo ahora; y aunque la fiebre imperialista decidiera mayores zarpazos, este pueblo tiene temple, ad­quirido en largos años de guerra, vo­luntad y decisión de combate, para conquistar cueste lo que cueste, su  autodeterminación, soberanía, indepen­dencia y libertad.

Nuestro mayor problema
La tarde oscurece de acuerdo a nuestros deseos, aunque una fría brisa nos anuncia otra noche de cruda lluvia; más cruel, mientras nuestros cuerpos tienen menos calorías.
La incómoda posición se va tor­nando intolerable. Las heridas del cuer­po agudizan su sensibilidad al enfriarse por la quietud; pero el extremo can­sancio que por un trecho me abrumó la noche anterior ha sido superado.
Las voces de los soldados nos pa­tentizan su proximidad. De vez en cuando disparan ráfagas de ametralladora. Al oscurecer por completo, reiniciamos la marcha reptando al pie de las posiciones enemigas, cerca de una ho­ra; esta vez sin detenemos; dejando atrás las posicione: de los títeres y pasando sobre la cima del cerro.
Tomamos resueltamente el descenso por un peligroso desfiladero de peña: y barro, avanzando más de media noche, deslizándonos sentados, co­mo en un tobogán; otros trechos sal­tando sobre peñascos, alejándonos de­cididamente del terreno ocupado por el enemigo, hasta llegar a un riachuelo muy cubierto de vegetación en las cercanías del Cantón El Limón (quebrada El Pital).
¡Por fin, hemos salido del cerco estratégico del enemigo!
Es evidente que adelante de noso­tros, algunas alturas están ocupadas por el enemigo: El Picacho y cerca del Gallinero, pero ya son puestos aislados que pueden sortearse con facilidad.
Ahora, nuestro mayor problema es el grave estado físico de todos; pies y manos desgarrados e inflamados; con siete días sin dormir ni comer. Apenas puede la caravana arrastrar los pies. Los gusanos han invadido las heridas y magulladuras de muchos.
El esfuerzo de la última jornada; 20 horas de arrastrarse, marchar de ro­dillas, deslizarse sentados, etcétera, ha terminado con las reservas físicas de casi todos. Todo esto, agravado por el hecho de que llevamos una buena proporción de heridos con las lesiones in­fectadas. Materialmente ya no se pue­de seguir de inmediato el avance, y es preciso procurar reponerse un poco.
Descansamos todo el día 7 de oc­tubre, entre los árboles, al rumor del riachuelo de El Pital. En la noche, nos movemos un poco hacia el Sur, subien­do los cerros que dan hacia La Laguna-El Gallinero, y al derrumbarse la resistencia física, ya cerca del filo de la montaña (superior a mil metros), tene­mos que acampar en otro sitio muy cubierto.

Las lágrimas y la exclamación de una anciana
Estamos ya en la madrugada del 8 de octubre. Allí, durante 48 horas, tratamos de reponernos sin lograrlo, de nuestros golpes y lesiones, que se van infectando más y enviamos un correo al campamento guerrillero más cercano.
El día 10 a las 18.00 horas, con ayuda de los refuerzos enviados por el campamento, nos trasladamos al mismo, en un último esfuerzo de más de 12 horas.
Después de recibir emocionadas demostraciones de solidaridad de la masa de los caseríos cercanos al campa­mento (sus generosos ofrecimientos, fueron los primeros bocados tomados en 10 días). Llegamos al mismo a las 11 horas del 11 de octubre.
Nos impresiona profundamente ver de nuevo el rostro de nuestras ma­sas de nuestro pueblo; las mujeres e hijos que salieron a nuestro paso ofre­ciéndonos una taza de café caliente para entonar nuestro cuerpo privado de  alimentos.                      
Oímos la exclamación de una anciana que con lágrimas en los ojos, ante el paso de nuestra caravana dice: "los sacrificios del pueblo no serán en vano; nuestros hijos serán felices". Vemos pancartas con consignas revolucionarias pegadas en las paredes.   Un periódico mural. ¡Estamos nuevamente en tierra libre!   
                                     
Los hijos de Farabundo Martí están en pie
En el campamento, se prepara el acto político cultural en conmemoración de la heroica caída en combate de los compañeros: Eva, Francisco y Antonio. Tres días antes, habían conmemorado junto con la masa, el aniversario de la caída del Guerrillero Heroico, nuestro Comandante Ernesto Che Guevara.
¡Los hijos de Farabundo Martí están en Pie! ¡El Pueblo Salvadoreño es Invencible e Inmortal!
¡Los inhumanos lacayos y sus amos han fracasado en su objetivo de aniquilamiento!
¡La Guerra continua, hasta la victoria final!

Valiosa intervención del equipo sanitario
La noche del 13 de octubre fue decisiva para salvar la vida del compañero Bernardo, Jefe del Estado Mayor del Frente Oriental (Isaac Aguilar Flor de las FAPL), debido a las lesiones y golpes recibidos durante la marcha y a un balazo que le había atravesado la mano derecha, bajo el dedo pulgar, y que al final de la marcha lo tenía infectado.
Las lesiones en todo el cuerpo, especialmente en las rodillas y pies producidos por los arrastres y caídas, le ocasionaron repentinamente una infección generalizada que le invadió el to­rrente sanguíneo (septicemia). Estuvo a punto de expirar.
Los afanoso: cuidados del equipo sanitario durante esa noche y el día siguiente, manteniéndolo más de 48 horas con suero, y la llegada aún a tiempo del antibiótico indicado, permitió sobrepasar la situación mortal, para entrar en el lento periodo de recuperación de nuestro querido compañero de tan abnegado y leal comportamiento en este operativo.
 El compañero Neto, Segundo Jefe del Frente "Apolinario Serrano" y Je­fe operativo de esta misión, no llegó a la gravedad del anterior, pero las infec­ciones de los pies y la extrema debili­dad provocada por los diez días de ayuno y desvelo obligados, le produjeron complicaciones y recaídas que pro­longaron unos quince días su estado de recuperación en grado aceptable.
Recordamos que su serenidad en los momentos de mayor peligro, y sus directivas, permitieron a la columna Sa­lir con éxito del cerco.
La concentrada atención fraternal de los compañeros, permitió que mi re­cuperación se desarrollara sin compli­caciones apreciables, aunque con ma­yor lentitud que la deseada, dentro de la natural impaciencia de estos casos.
A mis asistentes más cercanos les bastaron unos tres días para estar en sus actividades más o menos normalmente, excepto los que fueron tocados por una extraña epidemia de "dengue", que con gran virulencia se extendió por el campamento en esos días. Se caracterizo' por fiebres de 40 grados y otros graves trastornos. Se extendió la versión de que tal epidemia es produc­to del virus lanzado por el enemigo en otras zonas, como ya lo ha hecho.

Balance preliminar
Todas las unidades fueron repor­tando, y hacia el 15, casi todos los campamentos estaban ocupados nuevamente por las unidades revolucionarias; quedando por recuperar sólo los del Volcancillo y La Hacienda.
El balance preliminar al 15 de oc­tubre de pérdidas (sujeto a rectificación) arrojó los siguientes datos: 15 combatientes muertos, (incluyendo los jefes), 20 heridos y 12 desaparecidos; principalmente de la masa.  Ocho armas perdidas o inutilizadas, ocho armas re­cuperadas al enemigo. El ejército genocida: 33 efectivo muertos, 20 heridos, ocho armas perdidas.
Recibimos la triste confirmación de la muerte de la compañera Milagro. Su cadáver y el de otros compañeros fueron sepultados por las unidades enviadas en exploración. Junto a estos dolorosos informes, se nos comunicó que entre los desapa­recidos están dos hijos del poeta Ro­que Dalton García: Roque y Juan José,
Por otra parte, nos causó enorme satisfacción recibir el informe de que a pesar de tan encarnizado asedio enemi­go sobre la masa cuyo paso era bombardeado inmisericordemente por los genocidas, hubo un mínimo de pérdi­das, pues guiados y defendidos por las unidades guerrilleras y milicianas, pu­dieron salir del cerco y ubicarse en un lugar relativamente seguro. Estaba compuesta por unos dos mil habitantes, Especialmente mujeres, ancianos y niños de los cantones y caseríos del Jicaro, Sicahuite, Potrero, Los Alas, Los Ramírez, Los Ortices, La Hacienda.
Fueron pocas las pérdidas y muy poco: los muertos y heridos. En las horas de más intenso bom­bardeo contra las mismas, las unidades militares de autodefensa, supieron en­contrar los relieves más propicios del terreno para resguardarlos de la tor­menta de obuses y morteros.
A la altura del 20 de octubre, to­das las masas están ya en sus respecti­vos caseríos.

Fracaso de la ofensiva   imperialista en Chalatenango
Es inconcebible el escaso fruto es­tratégico que esta bestial ofensiva en gran escala de limpieza, de cerco y ani­quilamiento ha proporcionado al go­bierno títere y a sus amos imperialistas, debido a la táctica utilizada por las fuerzas revolucionarias.
Esta ha sido la ofensiva mayor, lanzada hasta hoy, concentrada en te­rreno relativamente pequeño, cercado y batido por cinco mil a siete mil efec­tivos. Toda la aviación y helicópteros, con gran concentración de morteros, cañones y ametralladoras con un gasto  saturado de proyectiles.
Sólo en los primeros: cinco días ha lanzado el ejército títere no menos de 10 mil obuses, bombas y morteros, incluyendo los bombardeos aéreos realizados con explosivos de 200 a 500 libras.
¿Como se desvanecieron para el enemigo los objetivos de aniquilamiento perseguidos con el fin estratégico de su operación?
Mientras las unidades móviles re­volucionarias apoyadas por la guerrilla local y de acuerdo al plan de defensa trababan tenaz combate contra las unidades muy superiores del ejército títere que trataban de escalar la montaña (y que en este caso se vieron retarda­dos tres días en lograr sus avances iniciales), unidades de guerra local orga­nizaban y ponían en marcha la salva­guarda de las masas y la retirada de las unidades de los campamentos, en diversas columnas que, como pequeño torrente y trabando combates parciales en casos de necesidad, se escurrían del cerco por los pliegues del terreno, co­mo la lluvia que derramada en las cum­bres infiltrase entre el círculo agresor, para después subir como la neblina a ocupar nuevamente todo el terreno; desde las faldas a las cumbres.
Mientras tanto otra: unidades efec­tuaban ataques de retaguardia en pun­tos fuera del cerco; especialmente em­boscadas al enemigo en movimiento.
¿Y cuántas ofensivas de limpieza ha lanzado el ejército genocida sobre cada una de la: zonas revolucionarias con iguales resultados negativos para sus planes?

No han podido con los insurgentes
Solo sobre Chalatenango ha lanzado no menos de 10 ofensivas de gran envergadura en poco más de un año. Desde mayo de este año, sus operacio­nes de limpieza sobre una u otra de las cuatro subzonas de ese frente (Apolinario ­Serrano) son prácticamente con­tinuas. Y así en otros frentes como el Volcán de San Vicente, Usulután, Ca­bañas, Cerros de San Pedro, Cerro de Guazapa, etc. Sin embargo, el arraigo y extensión de las zonas guerri­lleras es cada vez mayor, más firme su enraizamiento en el terreno, más  experimentada la masa, más integral la Gue­rra del Pueblo contra el despiadado lacayo.

Se comprueba con los "Kaibiles" muertos la participación guatemalteca
Varios de los enemigos muertos resultaron ser soldados regulares del ejército guatemalteco, miembros del sanguinario cuerpo especial antiguerri­llero denominado '"Kaibiles". Armas, uniformes y otros equipos oficiales de estos soldados fueron requisados. Comprobación plena de la participa­ción del ejército títere guatemalteco en la lucha contra nuestro pueblo.

Un pueblo invencible
Es inmenso el sufrimiento de la masa en cada operación de limpieza. Al regresar a los caserios, encuentran incendiadas las casas, aniquiladas sus reses y aves de corral, destruidas sus cosechas, robados los granos y otros comestibles.
Se encuentran sin alimento, sin ropa, sin medicinas. Y con el infinito estoicismo reanudan el mismo día que llegan la reconstrucción bajo la direc­ción de sus Poderes Populares, maldi­ciendo a los que tanto daño le causan al pueblo, honrando la memoria de los caídos y reforzando la decisión de la lucha expresada en la práctica diaria y en combativas consignas de lucha.
Por otra parte, zonas enteras han sido deshabitadas por el machete y el bombardeo genocida y extensiones de tierra están sembrados de caseríos con muchas probabilidades de haber sido capturados por los genocidas.
El 12 de octubre, cuando el man­do títere con fanfarronería emitía el consabido comunicado sobre la ofensi­va de Chalatenango ("han sido muer­tos 120 guerrilleros y capturado gran cantidad de material de guerra, etc."), el parte de una unidad de guerrilla local de las FAPL cercana a la zona inva­dida informaba del aniquilamiento del puesto enemigo del Portillo (cerca de La Cañada), con saldo de seis muertos y el resto de efectivos títeres heridos, cuatro fusiles M-l 6 y una ametrallado­ra M-60 y cuantioso parque capturado para la revolución.
Dos días después, una emboscada cerca de Guarjila, dejaba cuatro efecti­vos títeres muertos y dos M-16 requisa­dos, con buena cantidad de parque, cargadores y otro material de guerra capturado.
El 15 de octubre, en horas de la madrugada, mientras el gobierno se a­prestaba a celebrar a bombo y platillo el II Aniversario de "su revolución", fuerzas de las FAPL (miembros del FMLN) de los Frentes Isaac Aguilar Flor (Oriental) y Roberto Sibrián (San Vicente) destruyeron en una acción es­tratégica el más grande puente del país y el mayor de Centroamérica en la cuenca del Pacifico.
La noticia conmovió de raíz a to­do El Salvador y ensombreció las "ce­lebraciones" del régimen que trataba de proclamar la "pacificación" del país como parte de sus maniobras prepara­torias en su proyecto de simulacro de farsa electoral.

"La orden se cumplió, Comandante en Jefe: volamos el puente"
Estando en vías de recuperación, con gran alegría recibí el parte del Fren­te Oriental, que me informaba: "Com­pañero Comandante en Jefe: en cumplimiento de su orden recibida en sep­tiembre de este año, este 15 de octu­bre, en operación combinada con el Frente Roberto Sibrián, que se realizó a las 19.00 horas del 14 del presente mes a las 5.00 horas del 15, las unidades de las FAIP han dinamitado con el mayor éxito el "Puente de Oro", sobre el Río Lempa".
"Se neutralizó las guarniciones del enemigo de los dos extremos del puen­te: San Marcos Lempa por el lado Oriental y San Nicolás Lempa del lado paracentral; y se evacuó a la población que vive debajo del puente, para no ser afectada por la voladura. Se realizó propaganda armada entre la población. Esta operación es en apoyo de la lucha de nuestros compañeros contra la ope­ración de limpieza genocida en Chala­tenango y para profundizar la quiebra económica del régimen lacayo".
Este puente sobre el Río Lempa, llamado "Puente de Oro", era una for­midable estructura metálica colgante, de un kilómetro y medio de largo. Só­lo la  parte colgante cubría 700 metros. La propaganda de los títeres trató de dar vuelo a la estúpida versión de que "tropas cubanas de rápido despliegue" habían invadido el país para volar el puente.
En otras partes del país, otras fuerzas del FML, también reportan acciones contra el ejército títere. La revolución continúa avanzando con fuerza creciente, a pesar de las bestiales operaciones de limpieza diri­gidas por los yanquis agresores. El pue­blo salvadoreño no puede ser detenido ya en su marcha hacia su liberación.

Se incrementa la ayuda militar a los fascistas
En las últimas semanas, el Pentá­gono ha dotado de más helicópteros, algunos de ellos con gran capacidad de transporte a las tropas de la Junta ge­nocida Democristiana. Se le ha reforza­do también con 12 aviones de combate recién llegados.
El envío de artillería, ametrallado­ras, fúsiles y parque es cuantioso e in­cesante, por aire y mar. Este torrente ya el imperialismo y sus títeres tratan de considerar tan "normal" que no se publicita. Es más, se trata de no darle notoriedad para no provocar la reac­ción indignada de la opinión pública norteamericana y mundial.
Pero las operaciones de limpieza y genocidio están abundantemente ali­mentadas por este incesante flujo de abastecimiento militar cada vez más moderno y en creciente escala. El helicóptero ha pasado a ser el arma por excelencia de las operaciones de la guerra especial del imperialismo en El Salvador. Los helicópteros trasportan los batallones operativos móviles hasta las cercanías de los objetivos, transportan el material de guerra y abastecimientos, dentro de las operaciones tácticas acercan tropas de la re­taguardia a las primeras líneas de fue­go, realizan relevos de combate; sacan los heridos y muertos de las líneas de fuego a los hospitales de retaguardia, realizan exploraciones minuciosas para descubrir unidades guerrilleras o concentraciones de masa; conducen el fue­go de los cañones, morteros o aviación; hostigan por si mismos los campamen­tos, ametrallándolos e incluso bombardeándolos y realizan otras operaciones tácticas.
En tiempo "normal", son el víncu­lo de abastecimiento de alimentos, parque, relevos, etcétera, para los puestos y cuarteles que están aislados en las zo­nas guerrilleras. Y los asesores yanquis son el alma de esta malvada maquinaria. La profusión de artillería (cañones 80 y 105 milímetros y morteros de 61, 80 y 120 milímetros y los cañones de 90 milímetros sin retroceso), así como el  abrumante bombardeo aéreo se ex­plica por la modalidad táctica operativa que utiliza el imperialismo y sus títeres en sus operaciones de limpieza; cada paso de avance de las tropas de infantería de asalto, es precedido por un saturador fuego de cañón-mortero y de aviación, (especialmente de los "Fuga Magisters") La infantería avanza apenas unos cuantos metros y vuel­ve a detenerse para que la artillería y la aviación arrasen el terreno por delante y destruyendo las posiciones y trincheras de las unidades revolucionarias. ­Con esta táctica, poco a poco, sin prisa, tratan de ocupar las alturas cir­cundantes para que la artillería pueda ganar posiciones cada vez más directas e inmediatas para pulverizar directa­mente las posiciones revolucionarias.
Contra esa maquinaria y técnica yanqui se enfrentan las Fuerzas Arma­das Revolucionarias del pueblo salva­doreño, alcanzando cada vez mayor tecnificación, carácter regular, expe­riencia operativa y eficacia en la acción, ganada en el propio fuego de los combates; ni como en el avance de sus planes de desarrollo, tecnificación y es­tructuración, derrotando los objetivos de las ofensivas contra las tropas títe­res. Pero el abastecimiento es eviden­temente desigual. Mientras el imperialismo yanqui abastece irrestrictamente a los asesinos del pueblo, con armamen­to cada vez más moderno y en crecien­te escala, las fuerzas de liberación no reciben ni un solo fusil.
A pesar de la falaz campaña de la prensa reaccionaria que trata de justificar la operación del Pentágono, es in­mensa y conmovedora la solidaridad política, diplomática y en otros impor­tantes terrenos que, de mil maneras proporcionan todos los pueblos del mundo al heroico pueblo de El Salva­dor.
Es trascendental el reconocimien­to de los gobiernos democráticos de Francia y México a las Fuerzas Revolu­cionarias representadas por el FMLN­-FDR, como fuerzas políticas. Ese va­liente y realista paso tiene incalcula­bles consecuencias a favor de nuestro pueb1o.

La verdad de la guerra y las grandes calumnias
En este gran marco de solidaridad internacional, es necesario decir con toda franqueza que muchas de nuestras unidades guerrilleras siguen luchando casi sólo con las uñas, con fúsiles en creciente desgaste utilizados diariamente; con armas caseras incluyendo las trampa primitivas y con las armas y municiones requisadas en creciente pero aun insuficiente escala a las tro­pas de la tiranía.
Es una malvada falsedad fabricada por la guerra sicológica del Pentágono que los combatientes salvadoreños estemos recibiendo armas de Cuba, Nica­ragua o países socialistas de otros con­tinentes.
¡Nuestras armas son las que fabricamos caseramente o quitamos al enemigo a costa de nuestra propia sangre! Pero si con los dientes y las uñas tuvié­ramos que luchar contra los malvados agresores, no vacilaremos en hacerlo, hasta hacer triunfar la justa causa de nuestro heroico pueblo.

Apelación a los pueblos del mundo: ¡armas para el pueblo salvadoreño!
Por ello, ante el torrente de arma­mento imperialista destinado a destruir nuestra población, me veo obligado a terminar el relato de este pequeño epi­sodio de nuestra Guerra Popular de Li­beración con UNA APELACION A LOS PUEBLOS DEL MUNDO, para que: rompiendo el actual muro de reservas y vacilaciones se encuentren decididamente las formas de proporcionar eficazmente a nuestras Fuerzas Armadas de la Revolución, la solidaridad material en armas que necesita nuestro pueblo para derrotar decididamente la agresión imperialista.
El imperialismo y sus títeres con su prepotencia e insolencia, rechazan toda posibilidad de cualquier otra salida que no sea su malvada pretensión inalcanzable de aniquilar militarmente a las fuerzas revolucionarias, aunque hundan en el total genocidio a toda la población.
Ante esto, es necesario levantar la consigna y la campaña en dimensión mundial de: ¡Armas para el pueblo salvadoreño frente a las armas genocidas del imperialismo!
Nuestro heroico pueblo ha demos­trado ser digno de ellas y que sabrá emplearlas con dignidad y eficacia para salvaguardar su vida, alcanzar la paz, la democracia y la independencia; y para contribuir al avance de la Corriente Universal hacia el Progreso Social, la Libertad, la Revolución y la Paz.

¡¡Revolución o muerte!!
¡¡El pueblo armado vencerá!!
¡¡Vivan las Fuerzas Armadas Populares de Liberación. FAPL!!
¡¡Viva el FMLN y el FDR!!
¡¡Viva la solidaridad internacional de los pueblos!!
¡¡Unidos combatir hasta la victoria final!!
¡¡Revolución o muerte, venceremos!!

MARCIAL
Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación (FAPL),
Miembro del FMLN.
En las trincheras de combate de la Guerra Popular de Liberación, para la Revista ¡POR ESTO!
Octubre 20 de 1981
V
DISCURSO DEL COMPAÑERO MARCIAL EN OCASIÓN DEL XIII ANIVERSARIO DE LAS FUERZAS POPULARES DE LIBERACION -FPL- FARABUNDO MARTI.

1° de abril de 1983.
 Compañeros:
En este día, todos los miembros de nuestro organización, todos los compañeros que aspiran a ser miembros de ella, los que son colaboradores y amigos, celebran el inicio de una etapa en la historia de nuestro pueblo: el inicio de la aplicación paciente de lo simple a lo complejo, de una estrategia eficaz para la liberación de nuestro pueblo, de la estrategia político-militar.
Antes de la formación de las Fuerzas Populares de Liberación "Farabundo Marti", habían habido ya intentos de compañeros de avanzada que habían tratado de poner en aplicación la lucha armada, desgraciadamente los enfoques con que trataron de ponerla no estaban adecuados a la realidad del país y no pudo avanzar con éxito esa estrategia. Me refiero a que en 1968, una agrupación llamada Acción Revolucionaria Salvadoreña -ARS- , comenzó a formar comandos urbanos con sentido estrictamente militar y que desgraciadamente no pudo tener ningún éxito en ninguna de las operaciones pequeñas que trató de llevar a cabo y al contrario, sus métodos poco cuidadosos de reclutamiento los condujeron a que finalmente los cuerpos represivos destruyeran por dentro la organización.
Quiere decir, pues, que dentro de la historia moderna de nuestro país no fueron las FPL la primera organización que intentó el camino de la lucha armada para el pueblo, pero sí la que logró sintetizar una estrategia que basada en los principios del Marxismo-Leninismo, aplicada a las condiciones propias de nuestro país, encontró la forma estratégica que permitió que se incorporara nuestro pueblo a su lucha y que pudiera iniciarse la Guerra Popular Prolongada, partiendo de lo simple a lo complejo, sin desesperaciones pero con firmeza; partiendo de la inexistencia de Comandos Armados a su creación, a su fogueo, a su práctica como Comandos Urbanos de diaria actividad. Partiendo de no tener ni una sola comisión, mucho menos armas, hasta llegar a la actual situación de tener un poderoso ejército revolucionario, las fuerzas Armadas Populares de Liberación -FPLN- , que cuentan con una apreciable cantidad de armas, capaces de darles contundentes derrotas al enemigo, en manos de combatientes, hombres y mujeres, y de jefes cada día más capaces en lo estratégico y en lo táctico.
Quiere decir que la celebración de la fundación de las FPL, cuyos primeros pasos se iniciaron el 10 de abril de 1970, fueron y son y serán estos aniversarios, la celebración de la entrada de la lucha de nuestro pueblo, de su proceso revolucionario, a una nueva etapa histórica, a la combinación de todos los medios de lucha en una forma integral, teniendo como centro, como eje, como medio decisivo, la lucha armada unida a todos los otros medios de lucha del pueblo. En eso se distinguen las FPL, en haber puesto en aplicación desde su inicio una estrategia que contemplaba la combinación de los medios políticos de lucha que llevábamos muchos años de practicar y los medios armados que muchas voces y enfoques conservadores negaban.
Naturalmente la apertura de un camino que era considerado por las organizaciones tradicionales como un camino no sólo errado sino imposible, significaba esfuerzos extraordinarios, voluntad férrea, convicción en la justeza de la causa y en la corrección de la línea, para poder lanzarse a ese camino que le abriría la ruta de la liberación a nuestro pueblo, para poder lanzarse sin medios, con poco material humano, con gran oposición, con enorme cargamento de lucha ideológica, contraria a nuestras ideas, pero fundamenta en que las ideas justas, la política justa, la estrategia correcta no se demuestra desde un principio con éxitos enormes sino como el pequeño tallo que surge de las semillas de cumbo que se van fortaleciendo hasta convertirse en esa enorme realización de la naturaleza y en enorme árbol o como el pequeño torrente de allá entre los peñascos de la montaña parece un hilito de agua que se va a diluir a las pocas cuadras y, sin embargo, que se convierte en el poderoso torrente y finalmente en el majestuoso e impetuoso río que abarca cientos y miles de kilómetros.
Por eso, para las FPL y para toda organización que en la historia llegue a tener gloria de ser revolucionaria, fue fundamental, en primer lugar, llegar a tener la absoluta confianza y convicción de que la justeza de la línea estratégica y táctica trazada, aún cuando no fuera una línea ortodoxa en el sentido conservador y aún cuando fuera una línea no entendida por los que estaban acostumbrados a seguir las sendas dogmáticas; no comprendida por todos aquellos que tenían otra línea que consideraban que nuestro pueblo no era capaz de tomar las armas  sino que debía seguir machacando en caminos que ya habían sido hartamente probados como caminos ineficaces para la lucha de nuestro pueblo, como por ejemplo la repetición y repetición de elecciones fraudulentas y que no eran beneficiosas para elevar la conciencia política del pueblo que ya estaba eren un punto en el que comprendía saltos cualitativos de lucha; hubo fuerzas que se aferraban a querer mantener al pueblo dentro de cánones que ya el pueblo, parte del pueblo, o sea la parte avanzada, ya había llegado a comprender e intuir de que no eran suficientes.
Después de 1932, cundo fueron destruidos los sindicatos, pasaron muchos años de lucha de nuestro pueblo por volver a conquistar el derecho de organización sindical, el derecho a la huelga y otros derechos sindicales lo mismo que en otras organizaciones populares. Sin embargo, la práctica mostraba que esos medios eran necesarios y es necesario utilizarlos y organizar al pueblo, a los trabajadores, para la lucha por sus reivindicaciones inmediatas, pero que era necesario que esos medios se convirtieran en medios de elevación de la conciencia política del pueblo, de que no se vieran como medios que se convirtieran en un fin, digamos exclusivamente en la consecución de un pequeño aumento de salario, sino que ayudaran a la clase obrera a tener conciencia de clase, es decir, la conciencia de lo que es el Estado, el régimen, el gobierno, el ejército y sus patrones; la amalgama de fuerzas para poder explotar cada vez más profundamente a la clase obrera, a los campesinos, a los sectores medios, a los intelectuales, a los artistas, a los pequeños propietarios y a los medianos. Una maquinaria que representa una feroz dictadura contra el resto de las clases populares, en manos de una burguesía que partiendo desde los escalones de la agroexportación, se convirtió en una burguesía que dominaba las distintas ramas de la economía y por consiguiente la política en forma ilimitada. A esa burguesía que aliada con el imperialismo yanqui domina las finanzas, la industria, el comercio exterior, la agricultura, el procesamiento de la producción agrícola para la exportación y que le seguimos llamando, desde el punto de vista político, como oligarquía, a esa oligarquía los medios pacíficos de lucha del pueblo, de los trabajadores, tenían que servir esos medios para que llegara a comprender que el Estado burgués es la dictadura cruel sobre el proletariado y sobre los demás sectores progresistas de la población.
Desde el 32 al 70 habían pasado 40 años en los cuales ya una parte apreciable del pueblo, es decir, la parte más dinámica, la parte más sensitiva y patriota, se había dado cuenta de que eran insuficientes esos medios, pero las dirigencias tradicionales habían momificado su pensamiento y continuaban tratando de obligar al pueblo a que se volviera a meter al corral de las elecciones,  que la burguesa quería seguir manteniendo como medio de engaño al pueblo. Cuando las FPL trazaron la línea estratégica de Guerra Popular, pocos creían, entre esas organizaciones tradicionales, pocos creían que pudiera tener éxito una lucha de esa naturaleza. En primer lugar aquellos pocos hombres y mujeres que se lanzaron a la nueva estrategia tenían que sufrir, porque no se podía enfrentar, es decir, eso sería azuzar, enfrentar de una manera pública las calumnias, tenían que sufrir los calificativos de sectarios, es el primer calificativo que los elementos tradicionales y dentro de ellos los elementos oportunistas, le colgaron a nuestra organización.
El primer calificativo que nos colgaron fue de sectarios, incluso cuando implican el tiempo en que se estuvo dando la lucha ideológica al interior de las organizaciones. Sectarios, porque querían que la clase obrera pasara a primera fila del proceso revolucionario, sectarios porque querían que las alianzas de clase ya no siguieran sirviendo para que la burguesía se sirviera en bandeja los puestos de poder, sino porque se concibió por parte de las FPL, un nuevo enfoque sobre las alianzas de clase, el enfoque de que ya no debe ser la burguesía la que dirija las alianzas populares, porque sencillamente las conduce al compromiso lesivo a los intereses de las grandes mayorías. Y había historia suficiente para atacar esas experiencias.
En 1944, un enorme movimiento popular derrocó a Martínez, todo el pueblo se puso en huelga de brazos caídos, pero la dirección era pequeño-burguesa y en el punto culminante en que el pueblo derrocó a Martínez, en ese momento precisamente para que la oleada de la revolución no abarcara San Salvador y no pudiera avanzar ese proceso revolucionario, la pequeña burguesía pusilánime y temerosa del pueblo, pactó con el régimen moribundo, con el régimen que estaba cayendo con Martínez, pactó la sucesión institucional, es decir, que se hiciera dentro de la Constitución de Martínez, la sucesión del vice-presidente que era otro general Ignacio Menéndez que pasará al gobierno de transición mientras se hacían las elecciones. Es decir una transición ordenada que no permitiera al pueblo los desórdenes, para que el pueblo se tranquilizara y no siguiera exigiendo que aquello se convirtiera en una verdadera revolución. Es decir esa enorme alianza que se logró en abril y mayo de 1944, en la que la mujer del mercado, junto con el ferrocarrilero, con los obreros, con los empleados, con los pequeños propietarios y en alianza inclusive o por coincidencia por una parte de la misma oligarquía que precisamente por eso había caído en crisis total en el gobierno de Martínez porque una parte de la oligarquía se había puesto en oposición, entonces ese enorme movimiento de alianza popular, precisamente lo agarró en bandeja la burguesía para aplacar la llama del incendio popular que ya se estaba exaltando excesivamente y logra nuevos ánimos, nuevo espacio, nuevo respiro para profundizar más y más la agitación popular. Ese fue el resultado, no de la unidad popular, de la hegemonía de clase dentro de esa unidad popular. Ya habían pasado otras ocasiones también en las cuales las distintas coyunturas políticas que en determinado período se daban debido a la crisis económica y las crisis políticas de los gobiernos, habían permitido también nuevas alianzas populares, muchas de ellas bastante amplias.
Las FPL, trazaron una política de alianzas partiendo de esa experiencia de nuestro propio pueblo y, entonces la planteó no en forma negativa, no diciendo las alianzas a las unidades populares son malas, no sino diciendo: son alianzas de clase y por lo tanto el problema fundamental que hay que ver en las alianzas es qué clase es la que dirige y hegemoniza a ese bloque o a ese frente, a esa fuerza, a esta alianza popular, porque como este es una lucha de clases y en nuestro país está agudizada, entonces la burguesía tiene mucha experiencia para que al formarse las alianzas populares, de alguna manera busca que fuentes dentro de los sectores de la pequeña burguesía o bien para que amainen los ímpetus de los sectores populares, o bien, al final resultar hegemonizando los esfuerzos del pueblo y continuar con el régimen de explotación y con la tiranía militar.
Al plantear las FPL, en una forma correcta la interpretación marxista de las alianzas en nuestro país, planteó lo siguiente: es necesario crear y fortalecer la alianza obrero-campesina como base aglutinadora que permita finalmente una correlación de fuerzas populares que impida que la burguesía, que está acostumbrada a dirigir las unidades populares en El Salvador, impida que la burguesía las siga dirigiendo, y porque lo impedirá, no lo puede impedir solamente con palabras, sino que de hecho, la clase sola no puede orientar el rumbo de la sociedad cuando todavía hay una burguesía fuerte, muy experimentada y con muchos aliados pequeño-burgueses. Entonces necesita de una fuerza que sea leal, de una fuerza que sea grande, también decisiva como ella y ése es el campesino pobre, porque el campesino pobre es el semi-proletario, entonces al formar la organización y la alianza entre los obreros, entre los asalariados agrícolas y los campesinos pobres, en un país en donde sólo esa conjunción significa más del 70 % de los habitantes del país, eso significa que la clase obrera sí puede ejercer la dirección dentro de una alianza de clases, en la cual pueden estar sectores de la burguesía, porque si la clase obrera tiene un aliado tan poderoso como es el campesino pobre, y forma una verdadera fuerza, es tan grande esa fuerza que un país no puede vivir si esta fuerza encauzada, es decir, en una huelga nacional de obreros y campesinos, ningún país del mundo podrá vivir y en El Salvador en donde el proletariado es tan grande en su número, mucho menos. Entonces, ¿por qué negarle a esa fuerza fundamental del país, que es la que produce, que es la que mueve a nuestro país, por qué negarle el derecho a que puedan orientar una gran alianza de todo el resto del pueblo? El otro 20, 25%, ¿no puede ser introducido?  Se puede formar una poderosa alianza popular aislando al 2 o al 5 o al 10% del resto de la población que son los explotadores, sus serviles, ejército y los reaccionarios. De ahí para allá todo el mundo puede entrar en la amplia alianza popular.
Con este nuevo concepto y con el concepto de que nuestro pueblo estaba preparado para dar el paso de avance hacia la lucha armada, tuvo nuestra organización la satisfacción de ver que muy pronto aquel pequeño nacimiento de agua y aquella pequeña raíz o sea semilla, se fueron fortaleciendo y convirtiendo en una verdadera realidad ya irreversible para nuestro pueblo, irreversible para nuestro país, y la guerrilla se convirtió en elemento ya de la vivencia natural de nuestro país. Y aquello que parecía que no podía ser en el país, que incluso al principio había burlas de que pudiera llevarse a cabo, aquello se fue convirtiendo poco a poco en el elemento dominante de la vida nacional.
Sin embargo, hubo quienes continuaron burlándose de ese camino, continuaron jalando hacia atrás, confundiéndolo con su propaganda electorera, diciendo que era dañina la violencia viniera de donde viniera, hablando contra la lucha armada, utilizando los medios de propaganda que convenían al gobierno para atraer al pueblo hacia el camino, incluso pues que le convenía que sectores de oposición tuvieran cierta presencia mientras la lucha armada iba avanzando y muchos compañeros y compañeras iban cayendo en la lucha, se iban formando nuevas organizaciones político-militares y el pueblo se iba incorporando cada vez más a las nuevas formas de lucha.
En 1979, las FPL hicieron los esfuerzos, junto con otras organizaciones, cuando ya nosotros creímos que todos estaban convencidos de que la lucha armada era el único camino correcto para la liberación del pueblo; el  1979 se comenzaron a formar los primeros escalones de unidad, de coordinación, en 1980 se formó la amplia unidad del FDR y se amplió más bien dicho, se encontró formas más eficaces del FMLN, de la DRU y, en 1981 la lucha armada pasó a una nueva etapa, a la fase del inicio de las batallas cada vez más decisivas hacia la toma del poder. Hay algunos que no conciben el proceso como una unidad dialéctica, sino como partes y te la examinan por partes, lo que se llama examinar los fenómenos y los procesos de manera estática, que consideran que la guerra comenzó el 10 de enero de 1981 y entonces, consideran que no es correcta la estrategia de guerra prolongada, si estas mismas gentes se hubieran puesto a examinar dialécticamente la situación hubieran llegado a la conclusión de que no había otro camino…de guerra popular, hay insurrecciones que se pueden hacer en dos o tres días, en una semana, que se puede tomar el poder con las armas, dependiendo de las circunstancias, de las coyunturas y de la correlación de fuerzas que se crean en determinado país. Por ejemplo, el partido soviético, el partido bolchevique, tomó el poder a través de la insurrección popular, una insurrección general, en alianza con el campesinado, no por una alianza democrática. Este partido hizo dos esfuerzos insurreccionales, el primero en 1905 que fue aplastado y que los conservadores consideraron un fracaso y que Lenin dijo: este no es un fracaso, éste es el ensayo para la  revolución, las lecciones que nos ha dejado este gran movimiento del pueblo son muy grandes y las vamos a aprovechar para volver a embestir el poder del enemigo. Y una de esas lecciones fundamentales de 1905 fue, que el Partido Bolchevique logró capitalizar bastante organización proletaria, pero que no pudo, no tuvo capacidad de una gran organización campesina que pudiera formar la alianza obrero-campesina. Precisamente una de las causas de la derrota de 1905, Lenin dedujo de que se debió a que el proletariado no tuvo capacidad de aliarse con el campesinado para poder dar los golpes decisivos. En 1917, ya de acuerdo con las condiciones que habían en Rusia de ese momento, ya el Partido Bolchevique logró dirigir en pocos días una insurrección que significó la toma armada del poder por la clase obrera y el campesinado, o sea la alianza sobre la cual se establecía firme el poder del proletariado, sobre la cual se hizo esa revolución. No fue una lucha prolongada.
Si el 1° de abril de 1970, los fundadores de las FPL hubieran cometido uno de los errores que se cometen a veces, o por el contrario, se hubieran acogido a alguna ilusión de golpe de Estado, se hubieran convertido en putchistas, pero no en revolucionarios que condujeran a su pueblo a que fuera el propio autor de su historia. Si no adoptamos el camino de la guerra prolongada, hubiéramos caído en el más crudo aventurerismo, en el más crudo militarismo. La Concepción de la guerra prolongada significa la combinación partiendo de lo simple a lo complejo, de la estructura y funcionamiento y accionar militar con los otros medios de lucha pacífica. Ahora, nosotros vemos con claridad que son 4 los medios de lucha fundamentales de la estrategia revolucionaria de las FPL, cuatro combinaciones que deben de hacer, es decir la combinación dentro de una sola estrategia y táctica de cuatro terrenos: la lucha política de masas, la lucha armada, la lucha en el seno del ejército enemigo y la lucha diplomática. Las cuatro son terrenos estratégicos  que hay que combinarlos ágil y sabiamente. Pero dentro de estos terrenos estratégicos hay terrenos que son estratégico-fundamentales y decisivos y terrenos que son auxiliares. Los terrenos decisivos son: la lucha interna de nuestro pueblo, en lo militar y en lo político y la combinación de ambos medios de lucha, porque ahí surgen, de lo político surge la incorporación a distintas formas y a distintos niveles de lucha, de los sectores aún los más atrasados del pueblo, en lo político, para atraerlos y organizarlos hacia la lucha por sus reivindicaciones económicas, incluso las más pequeñas, pero con el fin de elevarlos políticamente, elevarles su conciencia, pata que puedan convertirse en un soporte y en una base social de la revolución, en una base social de la fuerza armada y es más para que puedan dar el salto a su disposición y su organización por la insurrección armada.
Entonces. Es un concepto diferente al de la Revolución Bolchevique, es un medio diferente, pero además, es necesario combinarlo con otros medios, uno de los cuales, estratégicos y auxiliar, en la diplomacia. Entonces el pueblo dispone de cuatro medios de lucha, política, militar, de trabajo en el seno del enemigo y la diplomacia. Pero, en nuestra Guerra Popular hay que tener bien claro cuales son los medios fundamentales y decisivos con los que vamos a ganar la guerra: ese es la incorporación del pueblo a batallas cada vez más grandes, más decisivas y demoledoras contra el enemigo en el terreno militar; el terreno militar es el eje fundamental y es el medio decisivo para ganar la guerra. Entonces el fortalecimiento militar, el fortalecimiento de la guerrilla, de las fuerzas de vanguardia, de las unidades de vanguardia, de las milicias populares, ese es el eje fundamental para alcanzar la victoria en nuestro país unido a la lucha política en todas partes, la lucha política en las zonas de retaguardia estratégica, en las zonas en disputa, en lo que llamamos las zonas de expansión y en las ciudades, en los lugares donde el enemigo tiene todavía fuerza muy grande.
Estos dos son los medios y partiendo del propio esfuerzo heroico del pueblo para su propia lucha, porque así se establece una correlación: la correlación entre lo interno y lo externo, es otro factor importante. Lo externo tiene una importancia muy grande, sobre todo en este momento en el mundo cuando las fuerzas del socialismo están cada vez más sobrepasando las fuerzas del imperialismo y cuando los pueblos del mundo se están liberando y cuando la solidaridad de los pueblos  es tan grande que se puede convertir en decisiva para anular los esfuerzos de un gobierno reaccionario exterior en algunos de sus aspectos de su política belicista, por ejemplo, para pararle la mano a Reagan de sus planes de intervención en Centroamérica. Entonces el factor externo se vuelve de una importancia enorme para cualquier revolución en el mundo y sobre todo, el campo socialista mundial se convierte en el principal factor de ayuda externa para todos los pueblos que luchan por su liberación. Entonces, este medio de lo externo tiene una importancia vital en este momento para cualquier revolución, y por lo tanto, el medio de lucha diplomática u de la lucha de solidaridad, adquiere en este período de la historia de la humanidad, en esta etapa de transición del capitalismo al socialismo en sentido mundial adquiere una importancia estratégica fundamental.
Las FPL desde el principio concibieron que en lo externo su alianza, su fundición en el mundo socialista, al declararse marxista-leninista, fuera uno de los pilares estratégicos fundamentales. Ahora bien, qué correlación existe entre la lucha interna de nuestro pueblo y lo externo, nosotros sabemos que la dialéctica nos muestra que en todo fenómeno y proceso las contradicciones internas son el motor de todo proceso revolucionario verdadero en un país, y la expresión más elevada de la lucha de clases es la guerra popular, porque ya se llegó a un momento en el cual ya no existen otros elementos decisivos, tan decisivos como el de la lucha de clases. Entonces entre lo externo y lo interno se establece una correlación, pero esa correlación es la siguiente, al estudiarla dialécticamente: entre lo externo y lo interno, la lucha interna de nuestro pueblo es la fundamental imbuida con su esfuerzo propio, es decir, el esfuerzo propio por su liberación, es el fundamental en esa relación, incluso puede quedarse aislado --en este momento eso es imposible--, pero aislado un pueblo sin solidaridad y sin nada pero no por eso va a dejar de luchar, porque las causas de esa lucha de clases entre burguesía y el imperialismo que se establece también como una fuerza de mediación de intervención interna y de sostenimiento de aquella explotación directa a través de su lucha última que dá.
 Esa lucha de clases interna es el fundamento de la revolución en nuestro país y en cualquier país. Y resulta que en nuestro país, encuentra un ambiente, un medio en el cual la gran mayoría de la población es proletaria, de la ciudad o del campo, y en que ha sido tan dura la lucha por alcanzar aunque sea alguna pequeña legislación, algún pequeño aumento de salario, ha sido tan duro durante tantos decenios que es, una lucha de clases muy radicalizada, lo cual a veces no lo entienden en otras latitudes, entonces una organización que realmente exprese los intereses del pueblo, de ese pueblo, de ese medio que tiene que expresar, que tiene que reflejar, tiene que expresar pues también ese grado elevado o bajo, de radicalización de la lucha de clases de su propio pueblo. Entonces, el que no comprende las leyes de ese desarrollo y el grado de ese desarrollo del proceso revolucionario de ese pueblo, puede creer de determinadas consignas de lucha son, podríamos decir, sectarias, porque tal vez está tan agudo, no tiene 53 años encima de sangre, de masacres, no tiene 53 años encima de tiranía militar, entonces puede considerar determinados aspectos de nuestra lucha del pueblo salvadoreño como demasiado radicalizados, sin tomar en cuenta que es el medio de lucha de clases en que se mueve ese pueblo y en que ha llegado a esta guerra, en que tenemos precisamente ante nosotros un enemigo sangriento que son se detiene ante nada, ni ante los peores genocidios: ya llevamos 600 mil hombres afuera, hombres, mujeres y niños como refugiados sufriendo en el exterior o allá adentro, ya llevamos más de 40 mil muertos del 80 para acá, una guerra en que no es un enemigo que se va a rendir hasta el último momento en que ya no pueda, que ya sus armas estén destrozadas, que ya tengan con qué defenderse, pero éste es un enemigo que se defiende hasta con piedras, el enemigo salvadoreño, enemigo del pueblo y es una contrarrevolución que desde ahora mismo se está preparando para si hay un momento de tregua o un momento en que pierda el poder, cree él momentáneamente se está preparando para una revancha sangrienta.
Las FPL tomaron como base ese aspecto práctico de nuestro pueblo, el aspecto de que lo interno es lo fundamental, la incorporación del pueblo a su lucha es lo fundamental, es que nosotros podamos sobrevivir con nuestros propios medios, con nuestros propios esfuerzos, cualquier situación. Por eso, podría parecer sectario por ejemplo ahora, a alguien, sectario de que el 1° de abril del 70 uno de los primeros acuerdos que tomamos fue el siguiente: nosotros no le hemos probado a nuestro pueblo que somos revolucionarios, no tenemos derecho a decirnos revolucionarios. Nosotros tenemos que agarrar un nuevo sistema de vida, tenemos que abandonar la familia, tenemos que abandonar nuestras profesiones, tenemos que ejercitarnos, tenemos que aprender el arte militar, tenemos que tener mucha disciplina. Ahora podría causar incluso risas en quiénes no entienden cuando un pueblo quiere liberarse y no tiene las armas, pero tomamos esa  determinación y además no teníamos un solo centavo, ni una sola arma, tomamos la determinación, no solo de no presentarnos todavía como Organización revolucionaria, sino tomar el nombre ya cuando hubiéramos demostrado al pueblo de que había una  organización verdaderamente revolucionaria en el país, y en segundo lugar, incluso estando en esas condiciones que no teníamos un solo centavo, una sola arma, tomamos el acuerdo bien categórico de valernos por nuestros propios medios, de que en la lucha del pueblo salvadoreño lo fundamental era su propio esfuerzo por liberarse y entonces no solicitar ninguna ayuda solidaria a ninguna de las organizaciones hermanas del exterior.
Por dos razones: porque no queríamos llegar meritoreando diciendo que estábamos en la aspiración de convertirnos en guerrilla, que nos ayudaran para eso, como había sido la historia durante 10 años de lucha, de pequeños grupos a quienes se les ayudaba y luego después resultaba que no habían valorado bien la situación y no podían desarrollar la lucha. Si no partiendo de nuestro propio esfuerzo, partiendo de cero y de lo simple a lo complejo, nosotros tomamos el acuerdo de no pedir ayuda e incluso de no establecer todavía relaciones bilaterales. No nos considerábamos merecedores de establecer relaciones bilaterales con algunas organizaciones influyentes.
Fue hasta los cinco años que nuestra organización se había desarrollado y que la guerrilla, tanto en la ciudad como en el campo, se había convertido en un elemento irreversible y que habíamos logrado penetrar en grandes masas obreras, campesinas, estudiantiles, magisteriles, fue hasta 5 años del inicio de las FPL, cuando hicimos nuestra primera visita a Cuba. Es decir que, entre lo interno y lo externo, entre los factores de lucha, nosotros hemos seguido el elemento dialéctico de que lo fundamental es lo interno y deque lo fundamental es el esfuerzo del propio pueblo, de que consiga sus medios por sí mismo. Porque hay muchos casos, en los cuales se logra un alto grado de solidaridad y resulta que no corresponde con el esfuerzo interno tan diferente, por un lado. Por otro lado, si se comienza a que toda infraestructura y todo tiene que venir del esfuerzo de otros pueblos, generosos de otros pueblos, entonces las organizaciones, los combatientes, incluso el mismo pueblo, se podría acostumbrar a que le den la papita manida en la boca, a todo recibirlo de afuera y en este momento la ley del desarrollo de nuestra revolución sigue siendo la misma. En este momento, el lema que la Comandancia General de nuestras FPL, levantó el año pasado y que fue metiendo como cuña en la cabeza de todos los combatientes, fue el lema de vencer, aniquilar y requisar y fundamentalmente considerar como victoria cuando se requisa y como una victoria a medias cuando sólo se hace bajas al enemigo; ese lema está basado en el hecho de que somos nosotros los que debemos requisar las armas al enemigo y que nuestro principal proveedor tiene que ser el mismo imperialismo yanqui con las armas que les da a nuestros enemigos. En los últimos meses hemos logrado más de 300 armas, sólo nosotros, los de las FPL y cada día nuestros combatientes van aprendiendo más de que el abastecedor de armas fundamentalmente es el enemigo, un enemigo que cada vez se va desmoralizando más y que va siendo más fácil la tarea de poder conseguir el avituallamiento y las diversas armas de él.
En la reunión de nuestro Comando Central de 1981, los acuerdos que se tomaron fueron históricos en que se hacía hincapié tácito en estos elementos fundamentales y dialécticos de nuestra estrategia, en la necesidad de hacer la unidad, de verla en forma realista, planteando la coordinación y la cooperación como los medios dinámicos de ir avanzando en la unidad. El año antepasado, cuando se planteó esta línea, no fue muy comprendida por todos y se hablaba de dos líneas dentro del FMLN: la línea de la unidad y la línea de la coordinación, entendiendo como coordinación algo contrario a la unidad.  Precisamente nosotros planteábamos: en estos momentos no tenemos ni siquiera coordinación en San Salvador, ni siquiera puede verse ninguna coordinación política entre las Organizaciones Populares; en lo militar, ahí la situación está de malas relaciones, no digamos en coordinación, sino que de malas relaciones; algunas organizaciones quieren pasar encima de los campamentos de las otras a la fuerza. Por ejemplo, los campamentos de las FPL tenían, hace años su reglamento de seguridad para que no se fuera a colar el enemigo, para que no se nos fuera de sorpresa; pues entonces tenían su reglamento: el que quiera pasar por este territorio tiene que seguir las siguientes normas: si un compañero de organización hermana que presente credencial o un papelito que le dé su jefe que lo identifique; si son masas amigas, también lo mismo; pero qué pasaba, se tenía también la idea de que quizá éramos muy débiles entonces porque todavía no había una dirección única centralizada que se hiciera sentir, de las FAPL. Entonces qué pasaba, cuando quería pasar una patrulla de otra organización y le paraba el retén nuestro, entonces se burlaban de ellos, sabían que los compañeros tenían orden de tirar por seguridad. Por ejemplo, en una ocasión en que iban a pasar les dijeron: a nosotros no nos dijeron que teníamos que traer nada, ya vamos a regresar". Los nuestros eran un grupo de tres compañeros y ellos estaban con 30, y al final dijeron miren hijos de tantas aquí llevamos el permiso (con el fusil), entonces en tales condiciones cómo se podía hablar de que hubiera coordinación, ni siquiera amistad. Entonces las FPL en su Comando Central plantearon que es necesaria la coordinación y es urgente y planteamos 10 normativos para las distintas formas de la coordinación. A estas alturas, es precisamente la coordinación operativa que estamos haciendo y la cooperación mutua entre frente y frente, cada uno guardando su compartimentación y el mando sobre sus tropas y a esa situación nosotros le llamamos coordinación. Nos tomamos una población, entonces tal organización pone tantos pelotones para retener los esfuerzos, a tal organización le toca poner tantos compañeros para asaltar el puesto y tal otra le toca poner tantos para refuerzo, punto.
Es coordinación en la acción. Eso se ha ido perfeccionando, cuando se ha ido comprendiendo, ya en la práctica que eso da golpes al enemigo, que da frutos en la guerra. Eso se ha ido coordinando de tal manera que ya las grandes campañas de octubre y de enero ya son el producto de una consciente y cada vez más combinada coordinación entre el gran esfuerzo de unas y otras organizaciones. Entonces son estas condiciones, cuando la vida va mostrando si se tiene justeza o no se tiene justeza en los planteamientos, en estas condiciones, nuestra organización, no con su fuerza ni con gallonería, pero sí también, por su fuerza y por su razón en cuanto a esos métodos en cuanto a ese planteamiento, van adquiriendo también relativamente mayor incidencia entre los marcos de la unidad. Entonces, estos fueron los sabios acuerdos del Comando Central de 1981 y que nos han conducido a tener unas fuerzas armadas muy grandes y a tener una gran incidencia más positiva en la unidad.
Entonces hablaba de los cuatro medios. El medio armado es fundamental y el medio político es también fundamental, es decir, la luchas interna es la fundamental, el esfuerzo propio del pueblo y luego otro gran medio estratégico importante es la diplomacia y la solidaridad internacional, y en la diplomacia, necesitamos gran agilidad para poder manejar esa rica ciencia, porque es una ciencia que tiene enormes recursos bien dirigidos que tienen muchas técnicas para ganar amigos, para ganar posición es, para neutralizar a otros, para ganar organizaciones extranjeras a nuestro favor, en fin y también para plantear diálogos o negociaciones con el enemigo.
En cuanto al diálogo y la negociación, a estas alturas de la guerra, es necesario decir lo siguiente: el gobierno de Reagan ha pasado a una política de mayor fuerza contra el movimiento revolucionario de El Salvador. Para esto le sirvió anunciar y prepararse en esta fase que ya verán su comparecencia y todo el trabajo alrededor de la certificación. Pero de ahí ha quedado bien clara una duda. El gobierno de Reagan declaró más aún la guerra a nuestro pueblo y que no se va a detener dice, hasta vencerlo. En segundo lugar, para engañar a otros pueblos e incluso al pueblo de El Salvador, lanza la segunda tenaza de esta estrategia político-militar integral del imperialismo contra nuestro pueblo. Entonces lanza una estrategia política; elecciones para diciembre, amnistía, Comisión de Paz. Entonces con esto le da pie al congreso para que apruebe, aunque sea el enemigo, pero que apruebe la política de intensificar la guerra en El Salvador y la logra en consenso con las dos cámaras. Es decir, que en este momento estamos pasando por la amenaza, del coloso de Estados unidos de su gobierno, la amenaza de una intensificación mayor de la guerra, y el cambio, no el cambio total, pero cambio, en sus formas tácticas de ataque a nuestro pueblo, a nuestra guerrilla, a nuestras unidades de vanguardia.
Por ejemplo, ellos tienen el proyecto de dividir en 5 zonas militares el país, es decir, de cambiar la estructura de todas sus fuerzas. En cada zona habrá un Alto Mando en donde estén dirigiendo los asesores norteamericanos y van a dirigir hasta compañías, si es posible hasta más abajo. Entonces estas van a ser zonas autónomas; se refiere a cada una de las cuales va a tener su propio fondo enorme de artillería; van a tener tres helicópteros, y dos aviones de transporte liviano son para estas zonas, autónomas operativamente. Además, el apoyo de la aviación nacional. La primera zona parece que consideran los departamentos de Morazán y La Unión; la segunda zona San Miguel y San Vicente; la tercera zona, Chalatenango y Cabañas; la cuarta zona San Salvador, La Libertad, La Paz y Cuscatlán y la quinta zona, Sonsonate, Ahuachapán y Santa Ana. Cada zona autónoma, pero entonces organizarán lo que se llama una Brigada, estará compuesta de uno a tres batallones móviles; cada batallón móvil, es el que va a tener esa fuerza de apoyo. Entonces cada batallón se va a componer de 1000 hombres y en aquellos esta brigada puede tener tres batallones, en los lugares en disputa, o un batallón en aquellos lugares en donde no haya guerrilla. Como un ejemplo ahí está Chalatenango, ahí habrán tres batallones o sea 3 mil hombres permanentes, pero cada uno de esos batallones se subdividirá en cuatro fuerzas: combatiendo 250, 250 de reserva, 250 en entrenamiento permanente, para llenar los vacíos que vayan teniendo y 250 en licencia o en el hospital. Entonces en Chalatenango dicen habrán tres batallones, eso significa que permanentemente habrá, según esos planes en Chalatenango 750 hombres de élite con suficiente fuego de artillería, aviación, helicópteros, granadas, 750 permanentes atacando en distintos lugares. Pero la estrategia son 750 de refuerzo, esto son 1500 hombres los que permanentemente estarán en Chalate y cercando y emboscando los campamentos o concentraciones de guerrilleros, cercando y emboscando las veredas por donde puedan llegar refuerzos, donde pueda llegar alimento, donde pasen los correos, aunque tienen que tener mucha paciencia, dicen, para poder descubrir todos esos lugares y al fin alcanzar y finalmente cercando por hambre a los guerrilleros y no dejar pasar nada para que finalmente los mismos guerrilleros se suiciden por desesperación y por hambre tengan que saltar al descubierto en su desesperación. Es decir, ellos están montando nuevas normas, muevas tácticas contra nuestra guerrilla, contra nuestro pueblo y su principal arma, ellos ya lo declararon, es la mentira, su principal voluntad, destruir; su arma auxiliar, su paraguas podríamos decir, elecciones, amnistía, Comisión de Paz. En estas condiciones, entonces si, ya habiendo concentrado su voluntad en el ataque militar, pueden darse el lujo de pedirle al gobierno de Magaña que entre en negociaciones entre el diálogo con la guerrilla, pero ya están fijadas las reglas. Luego la amnistía que es una malignaba arma de guerra sicológica, y en tercer lugar para el diálogo la comisión de Paz. Entonces, está bien claro el juego de Reagan, es acabarnos y en segundo lugar, presentar un pseudodiálogo, una pseudonegociación para poder engañar a determinados pueblos para los que la palabra elecciones significa una fascinación. Por ejemplo, hay pueblos que sólo viven de elección en elección y están enfilados en esa rueda, considerando que cada elección va a resolver los problemas que no han sido resueltos, entonces los toman como un medio de solución; entonces, cuando se les habla de una elección bien fácilmente caen en la trampa de Reagan de decir “ve, por ahí es verdad que está la solución”; entonces vienen, incluso generosamente, pueden venir amigos a presionar hasta cierto punto, a que se entre en negociación o diálogo para las elecciones, entonces es este momento se está planteando esta situación.
En la última reunión del Comando Central se fue bien claro en las resoluciones de algunos asuntos a este respecto; en primer lugar, las FPL, el Comando Central, categóricamente declaró que no es conveniente participar en las elecciones de este gobierno es decir, la no participación. Pero la no participación no es suficiente, en el acuerdo del Comando Central se habla del rechazo, del desenmascaramiento y de la lucha contra las próximas elecciones, es un camino bien claro. Hasta ahora en el FMNL también priva un consenso en ese sentido, aún cuando ellos hablan de la modalidad de presentarlo, pero hasta este momento hay un consenso de que no debe participarse y de que debe desenmascararse, pero para nosotros eso ya es y nosotros dentro del FMNL actuamos de forma positiva en ese sentido. Entonces es necesario que quede claro, la posición frente a las próximas elecciones. Llamar en este momento por ejemplo a una insurrección general frente a las elecciones sería prematuro, no es conveniente. Yo lo pongo como extremos pues, pero hay una infinidad de negociaciones así que pueden ser parciales; entonces lo mismo en el diálogo, hay diálogos para objetivos parciales, para ver si hay disposición o posibilidad de llegar a acuerdos en determinados puntos. Por ejemplo, un diálogo con el enemigo para ver si la Cruz Roja pueda entrar a determinados puntos para establecer un convenio de los heridos del mutuo intercambio, etcétera, etcétera, todo eso son los diálogos con objetivos parciales, pequeños; pero también puede haber un diálogo con objetivos de que se prolongue, se vayan ampliando y se vayan convirtiendo en el pórtico para las condiciones hacia una negociación. La negociación no necesariamente significa ya firmar tampoco, es otra cosa que es necesario estar claro, se puede negociar y hablar por años, toda vez de que se tenga claro el objetivo para qué es le negociación; entonces, un diálogo puede conducir, ser el puente hacia una negociación, una negociación parcial o total, o global del conflicto. Entonces siempre es permanente nuestro recurso como medio de lucha; esos dos medios de lucha, hay que tomarlos en cuenta así como la huelga. Cuando estamos en huelga, es un recurso y un medio de lucha presentar, por ejemplo un pliego de peticiones y sentarse con el patrón a discutir el pliego de peticiones, eso es legítimo y eso es negociación; cuando un sindicato está en huelga y ha presentado un pliego de peticiones, tiene que sentarse ahí con los patronos de un lado los dirigentes de otro, si son dirigentes serviles bien rápido llega a un acuerdo con el patrón, “vaya pues, vamos a aumentar medio centavo”, aunque se enojen los trabajadores; pero los dirigentes verdaderos de la clase obrera saben que no pueden rehusar ponerse ahí con un patrón con Soflé, con Crist, con el que sea y a veces se alargan, se vuelven acaloradas las discusiones, entonces ahí se ve hasta adónde ese el cinismo del patrón; eso incluso ayuda si son buenos dirigentes, si no son burócratas, a que la masa se enardezca más porque ya cuando llegan, después de haber estado ahí platicando con el Ministerio de Trabajo, cuando llegan de las sesiones, allá donde está el grupo de la huelga pues, les llegan a decir “imagínese que este día el patrón quería tal cosa, quería aceptar poner alguna cosa pues que se pida, pero no admite para nada aumento de salario”, entonces, seguimos luchando y eso sirve para levantar más y más al combate a la gente, viendo desde ese punto de vista como recurso y medio de la lucha la negociación, no viéndolo como a toda costa el recurso ya del que se está ahogando y quiere una tabla de salvación para no acabarse de ahogar.
En El Salvador con una guerra tan heroica, la negociación no puede concebirse así y las FPL siempre la ha concebido de otra manera, la negociación la concibe como un medio de lucha estratégico y auxiliar para permitir que nuestros combatientes puedan avanzar, esa es la negociación, y puede sentarse a una mesa de negociación, pero si se está bien claro de eso, en la defensa insobornable de los intereses del pueblo, se puede pasar peleando, ahí en la mesa de negociaciones meses y años, mientras avanzan nuestros ejércitos mientras le dan el golpe de gracia al enemigo, al genocida y que aquella negociación se convierta precisamente en el triunfo, en firmar la rendición del enemigo; o condiciones de negociación que realmente sean ventajosas y favorables a los intereses de nuestro pueblo; entonces por eso que se dice auxiliar, porque así como Reagan toma como sombrilla para sus helicópteros, para su aviación y sus ejércitos, para querer destruirnos a nosotros, toma las elecciones como sombrilla, como medio auxiliar, así también nosotros, el diálogo y la negociación los tomamos como medio auxiliar para nuestros ejércitos se fortalezcan y para darle golpes cada vez más grandes al enemigo.
Ese ejemplo lo dio Vietnam, con la diferencia de que allá había un verdadero Partido Comunista único y que nadie actuaba de otra manera porque no había varias organizaciones con distintos enfoques; entonces, cuando el partido decía vamos a la negociación ya tenía todo el plan hecho; esa negociación va a servir este principio de negociación pues, estos amagos, en lo que estamos en amagos, estamos concentrando grandes fuerzas y ya que se están haciendo los planes de ofensiva para entrar, penetrar y poder conquistar tales provincias; todo esto es lo que estaban hablando de que la mesa debía ser redonda, de quienes iban a ser los interlocutores, ellos sí estaban bien conscientes revolucionariamente, bien conscientes de que esa arma era auxiliar y que podía durar varios años, y efectivamente, así fue, duró 4 años, ellos estaban en tal capacidad de fuerza y de poder que ellos con gusto firmaron el tratado de que se salieran los norteamericanos; ya después de eso, ellos se las compusieron con el títere interno, porque tenían una superioridad abrumadora de fuerzas; tenían todo el norte socialista y todo un ejército revolucionario patriota en el sur y todo el pueblo de Vietnam con ellos, ahí ya había una correlación totalmente favorable para ellos y desfavorable al enemigo, y así no, ¿cómo no iban a ganar ellos la negociación?, bastaron no más de dos años de lucha para estar entrando en la ciudad de Ho Chi Minh.
Ese concepto de diálogo si entra dentro de la estrategia de la organización que dice que lo diplomático es medio estratégico que debe usarse con toda la riqueza y con toda la agilidad posible estratégica, pero auxiliar de la lucha interna. Entonces es en este momento en que hay varias posibilidades de diálogo. Hay una cosa que debe quedar clara y es la siguiente: el diálogo que Reagan esta proponiendo es un diálogo que no puede ser aceptado, las FPL en eso estas claras y en el FMLN --hasta este momento -también hay consenso en eso, ¿por qué? Porque significa un diálogo para…bueno… ¿cómo vamos a participar en esas elecciones? ¿Cuáles son las reglas? No, no estamos de acuerdo con eso de ponernos tales y tales condiciones.
Un diálogo para participar en el paraguas. En segundo lugar, porque un diálogo para legitimar esa maniobra peligrosa de la guerra psicológica de la amnistía y, en tercer lugar, pata legitimar las alucinaciones de que puede haber una paz digna y justa en este momento, cuando Reagan se está preparando para tratar de deshacernos. Entonces la línea que tiene la FPL, que yo legítimamente puedo decirles que fue el espíritu de las decisiones del Comando Central y de sus resoluciones, fue la siguiente: No a las elecciones y la lucha contra ellas y su desenmascaramiento. ¡¡No entregaremos ni una sola arma!! ¡¡Verdad, ni un arma!! Al contrario, cada vez debemos requisar más armas. En relación con las armas, está claro: Nosotros no entregaremos armas sino que tenemos que conquistar más armas de manos del enemigo. En tercer lugar no admitimos tregua como condición para impulsar o para empezar o para hacer diálogos o negociaciones. La tregua sólo servirá en este momento para darle un respiro a un ejército que está en malas condiciones, en muy malas condiciones. La tregua serviría para armarlos y para ponerlos en condiciones que no tienen en este momento, de preparar fuerzas móviles y de que después puedan lanzarse con más vigor contra las fuerzas revolucionarias. De manera que tregua y diálogo en este momento no están ligados, ni deben estar ligados como condición previa. La tregua, el cese del fuego no son cosas que puedan considerarse, sino dentro de una negociación, si al final se llega a un acuerdo digno, digamos que dure varios años o que dure lo que dure; pero al final se llega al triunfo del pueblo con esa negociación, entonces claro que hay que parar el fuego, y vienen las condiciones de cómo parar el fuego. Si el enemigo entrega las armas, dónde las va a entregar, etc., etc., o cómo va a ser esa correlación de fuerzas. Pero, en este momento, la tregua es inadmisible como condición para diálogo, y tampoco nosotros estamos por el camino de los golpes de Estado, sino nosotros consideramos que cualquier golpe de Estado, incluso el de Majano, si llega a darse, nosotros debemos de continuar e intensificar en ese momento más la lucha y tratar de ganar lo más posible masas, para lanzarlas a la lucha, al combate en distintas formas, para aprovechar la coyuntura que estén en lucha.
Por eso, varias cosas están claras en el futuro de nuestra lucha. Toda organización revolucionaria tiene que tener claro su pasado, su presente y su futuro, si se quiere estar en capacidad siempre, permanentemente, de tener capacidad de poder orientar al pueblo. Entonces, nuestra organización ha visto con honor que su línea estratégica trazada en sus primeros años, cambió la historia del país, la esta cambiando, incorpora a más fuerzas, propició la formación de una unidad que, aún con diferencias ideológicas estratégicas y tácticas profundas, que hay entre diversas organizaciones, sin embargo, si es un instrumento básico y estratégico para nuestro pueblo, para avanzar y para seguir sobre esa base, avanzando en mayores escalones de unidad. Tiene claro también de que ha cometido muchos errores nuestra organización.
Errores en el terreno de la construcción de nuestro partido, que son los que se sienten con mayor dureza en este momento. Después de muchos años de estar haciendo esfuerzos para la construcción de un verdadero partido marxista-leninista, nos encontramos con que ni siquiera hemos avanzado en la tarea fundamental de crear la base de la organización, de crear una forma verdadera y vigorosa la base celular que esté dentro de las masas, dirigiendo las masas. No hemos podido todavía; estamos haciendo esfuerzos, se están formando células ya,  se están tomando otras características, pero no podemos hablar de partido marxista-leninista si no hay base porque entonces no existe verdadero centralismo democrático, porque el centralismo democrático no es un camino de una vía. No es sólo de una dirección que esté dando órdenes y orientaciones sin recibir la riqueza de la masa. Una dirección así se vuelve burocrática, por fuerza, por que ya Lenin lo decía, no se puede dirigir un pueblo, no se puede dirigir a la clase obrera, como lo hacían y lo creían los pensadores y filósofos idealistas antiguos, metidos en una urna de cristal, aislados del pueblo. Entonces una organización que no tenga raíces entre la masa no le llega a la dirección la verdadera realidad, pensamiento, sentimiento, aspiraciones y disposiciones del pueblo. Centralismo democrático significa un funcionamiento de dos vías, de orientación de parte de la dirección y de recepción de parte de la dirección, de las opiniones, del conocimiento de la base y del pueblo, para tener los suficientes elementos y poder elaborar buenas líneas de dirección.
No podemos estar satisfechos con el estado en que se encuentra el Partido todavía a estas alturas, después de tantos años en que estamos luchando por formar el partido del proletariado. Desgraciadamente, no toda nuestra membresía, en determinado momento, comprendió la necesidad de fortalecer la vida celular precisamente porque hay muchas otras necesidades, crear el ejército, crear determinadas organizaciones populares, sustituir cuadros en esas organizaciones, las comisiones, las sub-comisiones, los equipos, etc. Hay muchas necesidades en una organización que se hace grande, pero entonces, dentro de ese ambiente nos desviamos del pensamiento correcto de lo que es un partido del proletariado y menospreciamos durante años la necesidad de la formación celular y de los organismos intermedios, menospreciamos las direcciones zonales, los comités de Partido y las células, y las FPL no ha salido todavía del todo de ese esquema porque todavía no hay suficientes células. Las FPL todavía no ha salido de ese esquema y entonces se convirtió, no en un verdadero partido del proletariado marxista-leninista, sino que en un partido de élite, de cuadros marxistas-leninistas, en su ideología, pero en la práctica como partido todavía no ha alcanzado a llegar a sus raíces a la masa y esa es la tarea fundamental por que solo así va poder ser un verdadero partido, de lo contrario, con años de  estar en esa pelota, en que sólo entre nosotros los cuadros hay vida y hay aparente centralismo democrático, se van creando deformaciones, se van creando situaciones en las áreas, cuadros valiosísimos de las áreas a veces desmejoran, se van adquiriendo --nosotros los dirigentes, los cuadros en las comisiones, subcomisiones o direcciones zonales-- se van adquiriendo determinadas características que no son las de la humildad y la modestia proletarias que antes tenía un cuadro, por ejemplo. Y dentro de ese ambiente  va haciendo mucho la prepotencia la arbitrariedad, el creerse árbitro pues, de convertir o no convertir en miembro aquel, o quitarle para allá en el momento que le dé la gana, en la hipersensibilidad a la crítica y en comenzar a castigar a aquel que critica, incluso aterrorizar a la base.
Se van creando una serie de cosas que no son el partido del proletariado, por que no existe el juego del centralismo democrático que es de abajo para arriba y de arriba para abajo. Entonces, de aquí arriba sí se puede criticar muy fuertemente a cualquiera, pero de abajo para arriba una crítica, entonces ya como no estamos acostumbrados por años a que nos critiquen, entonces nos sublevamos y a veces hay quiénes tienen todavía la moderación de no reaccionar mal, la modestia, pero hay quién tiene sí, la impaciencia de reaccionar mal, y de rebotar la crítica, de usar sus poderes en mala forma para el castigo a los que critican, etc.
Es decir en la construcción del partido, no podemos decir que estamos satisfechos de cómo hasta este momento se ha avanzado. Ha avanzado bastante, las direcciones zonales han hecho un trabajo muy grande sobre todo en el año y medio último, muy grande, sobre todo, de agosto del 81 para acá. Muchos cuadros, muy sacrificados están trabajando en los poderes populares, hay asambleas de miembros, es decir se está generando una nueva vida, una vida va creciendo, se va desarrollando el partido, va agarrando una dinámica. Una dinámica que si agarramos nosotros la conciencia de la necesidad de impulsar esa dinámica, de la creación de las células y del funcionamiento del centralismo democrático, tendremos la capacidad de formar un verdadero partido, el verdadero partido del proletariado salvadoreño.
En este día 1° de abril, a los 13 años de la formación de la organización, nosotros podemos decir con orgullo que también tenemos grandes éxitos en el trabajo de nuestras Fuerzas Armadas Populares de Liberación. Podemos decir que estamos preparados para darle golpes, a corto lazo, más fuertes al enemigo y que este año va a ser un año de grandes y gloriosas batallas ganadas por nuestro pueblo, bajo la dirección de las FPL y también tenemos bastantes motivos para considerar que estamos haciendo avances en el trabajo de masas, y al referirnos al trabajo de masas, los subdivido en sus distintos terrenos, buenos avances en las zonas donde hay influencia nuestra, en las zonas en disputa y en las ciudades en San Salvador y en otras ciudades. Tenemos razones para considerar que estamos pasando ya la situación más difícil que teníamos. Y estamos seguros que nuestra organización con su realismo, con su convicción de que es estratégica la unidad de todo el pueblo para ganar la guerra, estamos seguros y con toda voluntad, de hacer todos los esfuerzos por que avance el FMLN y el FDR dentro de un enfoque realista y de contribuciones realistas, que necesitará lucha ideológica correcta contra las corrientes que sean incorrectas dentro de su seno.
El Comando Central aprobó que nos hiciéramos una autocrítica de toda la vida de la organización, lo cual es toda una tarea de análisis, para que pueda servir para perfeccionar nuestro trabajo en el futuro, y en ese sentido es necesario imbuirse de mucha responsabilidad porque a veces pasamos de un extremo a otro extremo de considerarnos culpables de todo. Bueno, nos ponemos en disposición de autocriticarnos, hay dos formas de hacer autocrítica, una autocrítica correcta que está basada en el análisis marxista dialéctico de la situación en cada momento determinado, o una autocrítica que haga abstracción de la realidad de cada momento, al tomar cada paso. Entonces Lenin, cuando hablaba de la autocrítica o de la crítica, ponía una figura que decía lo siguiente: Hay quiénes quieren criticar tesis o enfoques que consideran incorrectos, y que realmente tienen algo de imperfecto, puesto que siempre está en perfección una línea, pero que tratan esta situación que se necesita enderezar, la tratan con un criterio, como una mamá que cuando baña a su bebé para quitarle la suciedad, lo enjabona bien y al final, no sólo arroja la porquería y el jabón de la batea, sino que arroja al niño.
Es necesario saber hacer la crítica y la autocrítica en sentido marxista-leninista, porque se puede caer en graves errores de considerar como error y equivocado, las más grandes glorias de las FPL, al no hacerlo en forma dialéctica precisamente y al no volver a plantearse la situación concreta en que se tomó. Por ejemplo por qué nos vamos a dar golpes de pecho nosotros, considerarnos como grandes sectarios,  por el hecho de que proclamamos un nuevo enfoque de alianzas de clases favorable a los intereses de la clase obrera y el campesinado, en un país en donde estas clases son las clases mayoritarias y fundamentales. Y precisamente podemos llegar nosotros en nuestro golpe de pecho o en nuestro deseo de ser buenos acuciosos y sinceros con nosotros mismos entrar en un tipo de análisis crítico o autocrítico, que precisamente nos suceda lo que dice Lenin: comenzar a llamar sectario a todo lo que hizo grande a las FPL y a todo lo que tiene de valor precisamente para oponerse a las maniobras de una burguesía sedienta todavía de sudor de nuestros obreros.
Esta revolución puede terminar de dos maneras, esta guerra puede terminar con una coalición de fuerzas, de la burguesía, de la derecha incluso, un sector de la derecha, y un sector de centro, es decir una coalición suficientemente grande como para tomar las riendas del poder, lo que significaría un modelo de sociedad y de gobierno, un modelo burgués muy conocido ya por la burguesía. La burguesía mexicana nos puede contar su historia de la revolución del 11 al 20 en donde murió un millón de campesinos, su historia de cómo poder domar (perdónenme la palabra tan fuerte) domar a una clase obrera tan grande y orientar, bajo su dirección o más bien dicho para sí misma a un gran campesinado. No sólo la mexicana, son cientos de casos en los que no valió la sangre de los obreros y de los campesinos. Todavía no está definida la guerra, todavía no está definida la hegemonía de una clase y entonces que en este momento comencemos a darnos golpes de pecho, de decir que hicimos mal, que somos sectarios porque la alianza obrero-campesina… ¿para qué vamos a estar hablando de esto? ¿Porque nos aleja de otros aliados?.., pues claro puede tal vez alejarnos durante un tiempo de otros aliados, pero también al contrario puede ser el camino para conseguir a esos otros aliados en una actitud, ya no de pretensión de poder total.
Que comencemos a decir: las alianzas de clase las planteamos mal, somos sectarios. Y que comencemos a plantear precisamente la línea de la organización, querámoslo o no, en forma directa o indirecta, que comencemos a plantear como sectaria y que es necesario darle vuelta a las tesis fundamentales de la organización para poder marchar dentro de las oportunidades que se presentan en determinada guerra. La crítica y la autocrítica no significa ponerle el calificativo de sectario a lo grande que la organización tiene, por ejemplo sería grave si alguien dijera que  es sectarismo que nosotros queramos defender los intereses de la clase obrera. O que nosotros nos ponemos demasiado por delante. Las FPL se deben a la clase obrera, y la clase obrera, realmente es increíble en un país tan luchador siendo tan grande su participación en la revolución, no tiene todavía un verdadero partido marxista-leninista, entonces la aspiración de convertirse en el partido marxista-leninista no es sectaria, es una obligación fundamental para la revolución.
Es cierto, pueden haber marxistas-leninistas verdaderos comunistas digamos, en otras organizaciones, concedemos. Pero bueno, ¿qué capacidad concentrada hay en lo que se llama los "marxistas dispersos"? ¿Qué capacidad concentrada hay para ponerse firmemente a construirle su partido al proletariado? Precisamente la mismas palabra disperso está mostrando que no tiene ni la capacidad ni todavía la voluntad. El núcleo marxista más grande, más consecuente en estos últimos 13 años, más verdadero, más dispuesto y con mayor posibilidad de convertirse en el partido del proletariado verdadero son las FPL en El Salvador, y con esto no estamos menospreciando hermanos, ni aliados que están derramando la sangre a la par de nosotros. No los estamos menospreciando, pero estamos viendo la realidad. Entonces, por ejemplo, decir que es sectarismo tratar de convertir a las FPL en el partido marxista leninista, digamos pues, como a guisa de ejemplo que pudiera llevarse hasta esos extremos en la autocrítica es algo que el Comando Central lo dejó bien claro, la obligación de convertirnos en partido marxista-leninista. Esto no significa menospreciar a nuestros compañeros que tal vez haya un grupo de algunas de las otras organizaciones, no significa menos preciarlos ni negarles porque no hacen ellos el esfuerzo, si en realidad tienen la voluntad de hacerlo, pero no vamos a esperar una necesidad histórica de nuestro pueblo, así como no esperamos en 1970 hasta que se convencieran los reacios no vamos a esperar tampoco hasta que se convenzan y a que se dispersen los marxistas dispersos para organizar el partido del proletariado de los marxistas no dispersos con voluntad de defender los intereses del proletariado hasta el final, es decir convertir a las FPL en el partido del proletariado.
De manera que la tarea que nuestro Comando Central ha dado, es una tarea de mucha responsabilidad y es un deber buscar en nuestra historia y en nuestro presente los aspectos débiles, hacernos nuestra autocrítica y eso nos obliga precisamente a hacer las cosas dentro del marxismo-leninismo. No botar al bebé junto con el jabón y no comenzar a decir de que nuestra voluntad irreversible de hacer de las FPL el partido marxista-leninista, no comenzar a decir que eso es sectario, porque estamos reconociendo los méritos de otros. No, o proclamar como base de las alianzas, la alianza obrero-campesina es sectario, tampoco. O que la lucha de clases continúa siendo el motor de nuestra revolución, comenzar a considerar eso como sectario, tampoco. Ser amplio, utilizar los cuatro medios de lucha incluyendo la negociación y los diálogos como medio auxiliar y darle al enemigo lo más duro y lo más fuerte que se pueda en los golpes militares, lograr las mayores requisas de armas, formar más unidades militares, hacer más poderoso nuestro ejército y de mesa manera ayudar más a nuestro pueblo y al FMLN, en una lucha correcta por el triunfo de nuestra revolución y de esa manera derrotar también un a una las maniobras políticas del régimen de Magaña.
Por último, debemos decir que Centro América se encuentra bajo la amenaza del Imperialismo Norteamericano. Nicaragua ha sido invadida por más de mil soldados contrarrevolucionarios dirigidos de forma centralizada, hay amagos de seguir invadiendo a Nicaragua, hay amagos de guerra entre Honduras, guerra de provocación de Honduras contra Nicaragua, hay amagos  de intervención en nuestro país. Entonces, en este momento en lo internacional, el lema fundamental es lograr crear toda la conciencia y toda una acción mundial, una voluntad de acción, una actividad mundial, contra la intervención del Imperialismo en Nicaragua y El Salvador, en Guatemala contra su ingerencia en Honduras y en Costa Rica. Esa es en este momento la bandera de lucha más importante, crear una oposición desde todo el mundo, hacer conciencia, porque incluso algunos gobiernos amigos, por sus propios intereses de Estado (México, Panamá) no le entran bien al problema, y en algunas cuestiones que podrían secundar. Entonces, el deber mayor de este momento es levantar la lucha contra la intervención del Imperialismo, usar todos los foros públicos mundiales, excitar a todas las organizaciones amigas, acercarse a todos los gobiernos posibles, amigos, usar todo tipo de campañas creando esa gran conciencia y esa gran lucha mundial contra la intervención del Imperialismo en El Salvador, y mientras tanto, intensificar al máximo nuestros golpes contra ese ejército, que se termine de desmoralizar, que se profundicen más sus contradicciones y de esa manera, con ayuda del mundo entero en contra y con la opinión pública norteamericana en contra de la política intervencionista de Reagan, y metiéndole duro al asunto militar y a la preparación insurreccional en las ciudades y en los lugares en disputa, nosotros, en lo que falta del año, creo que nuestro pueblo va a dar un salto estratégico de calidad en la correlación de fuerzas, dentro de lo cual estamos seguros que con la claridad de nuestra línea estratégica que para la toma del poder ha trazado el Consejo, que ha ratificado el Comando Central en 1981 y el Comando Central de este año, y uniéndonos en torno a esa línea, a la formación del Partido, al fortalecimiento de las FAPL, a conquistar, a fortalecer realísticamente la unidad, creo que nosotros daremos una contribución cada vez mayor al avance de la lucha de nuestro pueblo y a la victoria final.
¡Revolución o Muerte!
¡El Pueblo Armado, Vencerá!
Transcripción magnetofónica del discurso pronunciado por el Comandante Salvador Cayetano Carpio, el 1° de abril de 1983 ante una asamblea de militantes de la estructura partidaria de las Fuerzas Populares de Liberación "Farabundo Martí"
(Las negrillas y los subrayados son nuestros)

Es imposible ocultar la verdad, es impensable que un hombre de los quilates que hemos podido conocer a través de los documentos auténticos que hemos transcrito, pueda cometer asesinato de su compañera de lucha y después suicidarse "cobardemente". Es, por tanto falsa toda aseveración al respecto.
Queda intacta la figura imponente del héroe salvadoreño, derrotado únicamente por los traidores internos que siempre lo llamaron  "Sectario".

VI
CAYETANO CARPIO: LA CONFUSA MUERTE DE UN GUERRILLERO
Posiblemente, el jefe guerrillero número uno del convulsionado El Salvador no era muy conocido, así el pasado 12 de abril, en una versión oficial del gobierno de Nicaragua, se comunicó que Cayetano Carpio, se suicidó, siendo sepultado 24 horas después solo en presencia de la mujer Tula, y dos de los principales dirigentes nicaragüenses, Daniel Ortega, coordinador de la Junta de Gobierno y Tomás Borge, Ministro del Interior.
Carpio habría ingresado en profunda depresión al tomar conocimiento de que los responsables por el asesinato, dos semanas antes y también en Managua, de la número 2 de la guerrilla salvadoreña, Mélida Anaya Montes, la Comandante “Ana María", eran miembros de las propias Fuerzas de Liberación, a que ambos pertenecían.
La propia guerrilla salvadoreña confirmó la versión de Nicaragua, aunque ninguna de las dos partes hubiese abastecido detalles precisos sobre la muerte de Carpio y cómo ésta se materializó.
De la misma forma, permanecen sin solución otros puntos oscuros y contradictorios de toda la historia, y parecía particularmente embarazoso para Nicaragua, atribuir al supuesto suicidio de Carpio al envolvimiento de sus compañeros en la muerte de la Comandante Ana Maria, la que fue el propio gobierno de Nicaragua quién acusó oficialmente por el crimen "a grupos contrarrevolucionarios nicaragüenses armados y financiados por la CIA", la Agencia Central de Informaciones del gobierno de los Estados Unidos.
Salvador Carpio o "Comandante Marcial" se habría suicidado tres días después de la muerte de Ana María, siendo visto por última vez en los funerales de la guerrillera, al lado del Ministro del Interior nicaragüense Tomás Borge. El suicidio no era algo que se ajustase con perfección a la figura de Carpio, el  más respetado de los líderes militares de la guerrilla y el más viejo y experimentado de ellos, alguien que pasó por incontables prisiones y torturas durante una agitada carrera política iniciada a comienzos de los 40, cuando era panadero en San Salvador, y rompió con el Partido Comunista, donde llegó a secretario general, para adherirse a la guerrilla en 1967. "los revolucionarios de la línea dura no cometen suicidios, aun cuando sus compañeros sean asesinados", comentó un funcionario norteamericano en San Salvador.
De las muchas versiones sobre la muerte de Carpio, una era precisamente integrada a la línea dura del guerrillero. Y señalaba que Carpio podría haber sido sacado a propósito del camino, tal vez por iniciativa de Nicaragua o Cuba, frente a las crecientes presiones sobre Nicaragua, por su ayuda a los guerrilleros salvadoreños y frente a la evidencia de que Carpio era al más duro obstáculo, dentro de la guerrilla a cualquier solución negociada.
(Facetas. Revista de "Los Tiempos". 2da. Sección. Cochabamba, Domingo 8 de mayo de 1983.)
(Las negrillas son nuestras)
VII
COMUNICADO OFICIAL DE LAS FUERZAS POPULARES DE LIBERACION (FPL) FARABUNDO MARTI.

El Comité Central de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabundo Martí", miembro del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), comunica a la clase obrera, al pueblo salvadoreño y demás pueblos del mundo, las organizaciones revolucionarias hermanas, al movimiento revolucionario mundial y a los gobiernos progresistas, que en el curso de la compleja, difícil, sacrificada y victoriosa lucha del pueblo salvadoreño por su liberación, frente a la rabiosa y genocida dictadura militar de la oligarquía, apoyada, suministrada y asesorada por el imperialismo yanqui, las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabundo Marti", junto a las demás organizaciones revolucionarias integrantes del FMLN, han venido aplicando, desarrollando y enriqueciendo su línea estratégica, asimilando la rica experiencia revolucionaria de nuestro pueblo y de otros pueblos del mundo.
En el mes de agosto del presente año, realizamos la séptima reunión plenaria de nuestro consejo revolucionario, máximo organismo de dirección de nuestro Partido FPL "Farabundo Martí", donde en un marco de intenso trabajo, con gran seriedad, responsabilidad y elevada cohesión político-ideológica, los concejales discutimos y profundizamos los principales problemas de la guerra popular de nuestra organización y de nuestro pueblo, dotando a nuestro partido y al pueblo:
a)                          De una profunda valoración del asesinato de nuestro segundo responsable, comandante Ana María, y del suicidio de nuestro primer responsable, Marcial, haciendo una científica valoración de los hechos.
b)                          De un fortalecimiento de los máximos organismos de dirección de nuestro partido: El Consejo Revolucionario y el Comité Central, eligiendo a nuestro primer y segundo secretarios.
c)                          De un profundo análisis científico de la situación nacional e internacional, así como del desarrollo de la guerra y de la correlación de fuerzas en lo interno y en lo internacional, a partir del cual se trazaron las líneas estratégicas para el presente período, retomando y enriqueciendo nuestra línea estratégica general.
 Como resultado de las investigaciones y valoraciones sobre el doloroso y repudiable asesinato de la compañera Mélida Anaya Montes, comandante Ana María, y el suicidio de Salvador Cayetano Carpio, Marcial, el Consejo revolucionario de las FPL concluyó lo siguiente:
Que Salvador Cayetano Carpio, quién era nuestro primer responsable y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación, entró en los últimos años en un proceso de descomposición ideológica y política, que lo llevó a serias deformaciones y desviaciones que culminaron con el asesinato de la compañera Ana Maria, del cual fue el principal promotor y responsable. Entre estas desviaciones estaban las siguientes:

1.                           Marcial desarrollo una exagerada auto-estimación, que lo llevó a considerarse como el más consecuente, puro e intachable revolucionario de nuestro país e incluso de la región, como el único intérprete verdadero del proletariado salvadoreño y de nuestro pueblo, con una fuerte inclinación a ser elogiado y alabado, y a sobreponer su persona y sus opiniones por encima del colectivo y de los organismos del partido, a proteger y a dedicar su atención únicamente a quiénes lo aplaudían ciegamente y al mismo tiempo ver a los demás con desconfianza; veía a quiénes no aceptaban sus posiciones como un peligro para la revolución, como instrumentos inconscientes de los enemigos de esta.
2.                           Producto de este exacerbado amor propio, Marcial fue cayendo en un serio atraso político y una incapacidad de poner su pensamiento y su acción a la altura de las demandas históricas que planteaba el desarrollo de nuestra revolución. Marcial se aferró a esquemas y a un planteamiento dogmático y sectario, el cual junto a su obstinación por hacerlo prevalecer a cualquier costo se convirtió en retranca para el avance de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabundo Martí" y ejerció influencias negativas en el proceso unitario de las fuerzas revolucionarias en su conjunto, dañando así el esfuerzo por la liberación de nuestro pueblo. Mientras tanto, la experiencia viva de la lucha adquirida a costa de sangre de miles de compañeros y la asimilación de las enseñanzas revolucionarias de otros pueblos, llevaron al conjunto de nuestra organización, dirección, cuadros y base a avanzar junto con la lucha de nuestro pueblo, enriqueciendo el pensamiento y desarrollando las líneas y orientaciones, abriéndose así, en el marco de las normas partidarias, de los estatutos que rigen a nuestro partido.
3.                           Las desviaciones de Marcial se fueron agravando en la medida que se desarrollaba la guerra popular y la necesaria lucha ideológica interna para responder a dichos avances. Empecinado en sus opiniones y con las negativas características de su personalidad, Carpio se valió de su condición de primer responsable de las FPL "Farabundo Martí" para hacer prevalecer sus opiniones. Fue violando cada vez con más frecuencia y en asuntos cada vez más trascendentes los principios revolucionarios de funcionamiento de nuestro partido, irrespetando a los organismos de dirección como sus decisiones y acuerdos ya aprobados colectivamente por los mismos, actuando a espaldas a nuestro partido. El aspecto más agudo de esta conducta de Carpio se dirigió en contra de la compañera comandante Ana María, Mélida Anaya Montes, segunda responsable de las FPL, a quien veía con rivalidad, con un exagerado egocentrismo y al final con odio, opinando que Ana María le hacía sombra a su prestigio personal. Marcial fue alejándose cada vez más de la dinámica del pensamiento colectivo de nuestra organización y de los organismos de dirección, quiénes nunca lo apoyamos en su actitud contra Ana María.
4.                           Mientras todo el colectivo de dirección de las FPL "Farabundo Martí" se ligaba estrechamente a las bases de nuestro partido, masas y combatientes, librando junto a ellos la lucha diaria de nuestro pueblo, Marcial se fue alejando de la dirección y de la base, rodeándose de un grupo de elementos, que veían en la relación con él, una fuente de prestigio y de autoridad dentro de nuestro partido. Estos elementos rendían un verdadero culto a la personalidad de Marcial, le adulaban, lo protagonizaban, derivando de un verdadero fanatismo a su persona, que si bien no logró apoderarse de la mente y sentimientos de la militancia de las FPL, sí afectó a algunos compañeros.
5.                           En enero y febrero de 1983, tuvieron lugar reuniones de la comisión política y luego del comando central de las FPL "Farabundo Martí", preparatorias del séptimo consejo revolucionario, máximo organismo de nuestro partido. En dicha reunión, Marcial aprobó acuerdos y medidas que permitirían aplicar nuestra línea estratégica general popular de liberación. Salvador Cayetano Carpio, como miembro de esos organismos y primer responsable de ellos, tuvo la más amplia oportunidad para argumentar a favor de sus puntos de vista, pero no lo hizo con honestidad y franqueza, ni frente al colectivo, donde nunca tuvo la valentía proletaria de plantearlos ante los organismos colectivos de dirección: La comisión política y el comando central. Por el contrario, usó métodos para confundir a sus miembros, lanzando acusaciones denigrantes contra Ana María, que contradecían a las más elementales normas de ética revolucionaria y degradaban moralmente al mismo. Por esos procedimientos viciados, sus métodos e intenciones malsanas fueron rechazadas. Marcial sufrió así una derrota política y una derrota moral por todo el pleno del comando central, con la única excepción de Marcelo. Sin embargo, todavía la comisión política y el comando central no percibieron la profundidad y la gravedad real de las deformaciones ideológicas de Marcial, de ahí que las medidas adoptadas por estos organismos apuntan constructivamente a propiciar un contexto para favorecer su corrección y fortalecer la unidad y la cohesión de nuestro partido, las fuerzas populares de liberación -FPL- "Farabundo Martí". El colectivo le hizo a Marcial los señalamientos y críticas en la forma más fraterna, propiciando a la vez condiciones partidarias para que superara el problema como revolucionario. El comando central, en una expresión de madurez y alto espíritu partidario, reiteró su confianza en Marcial como primer responsable y fundador de nuestra organización. Confió en su capacidad para superar sus debilidades y corregir sus desviaciones. Pero Marcial ya no estaba ubicado dentro de los intereses colectivos del partido de las fuerzas revolucionarias, de la clase obrera ni del pueblo. Marcial había dejado de ser aquel dirigente del pueblo conocido en el pasado. Graves deformaciones políticas, ideológicas y morales estaban terminando de afectar su conducta y responsabilidad, agregando a todo ello su rezago en relación as la realidad político-militar del proceso y de nuestro partido.
6.                             Salvador Cayetano Carpio, habiendo perdido ya toda la perspectiva y el respeto que para las FPL "Farabundo Martí", merece la confianza de nuestro pueblo, enceguecido por sus ambiciones políticas y su fanático auto-engrandecimiento, ordenó y planificó junto con Marcelo el asesinato de la compañera comandante Ana María, perdiendo así el mismo su calidad de revolucionario y dirigente de nuestro pueblo, utilizando para ello un grupo de combatientes sujetos a la disciplina militar y en complicidad con elementos del personal de seguridad de la compañera. Descubierto Carpio en su crimen, optó en su último acto de cobardía política, por el suicidio para evadir su responsabilidad y salvar su nombre ya manchado por la infamia que el mismo se echó encima. Prefirió morir manteniéndose aferrado a su egocentrismo y autoenervación. Antes de suicidarse. Marcial añade a su ya incorregible cobardía política, una nueva infamia escribiendo unas cartas, una de ellas dirigida al comando central, donde presenta los hechos como una conspiración de falsos revolucionarios en contra de lo que él denomina su intachable trayectoria de verdadero revolucionario. Marcial dejó así veneno, para continuar dañando a la revolución y a nuestra organización. En una acción igualmente desesperada y ciega para salvar su imagen por encima de todo. Pero el asesinato que cometió contra Ana María está totalmente probado. El séptimo consejo revolucionario de las fuerzas populares de liberación "Farabundo Martí", realizado en el mes de agosto de q983 en Chalatenango, conoció estas pruebas concluyentes y estudio el fenómeno en toda su profundidad, en sus factores determinantes y condicionantes, adoptando una resolución de condena a Marcial por unanimidad. Estos acontecimientos, deformaciones y desviaciones no tienen precedentes en la vida de las FPL "Farabundo Martí", sin embargo, producto de la confusión, el resentimiento, oportunismo y el fanático culto a la personalidad de Marcial, algunos pocos ex compañeros fueron sorprendidos y han llagado al extremo de separarse de nuestro partido, tratando de fraccionar y dividir la unidad interna de las FPL, con métodos desviados y dañinos para la revolución y para nuestro pueblo que sólo favorecen al enemigo. Este grupo sostiene las posiciones atrasadas, sectarias y anti-unitarias levantadas por Marcial.  Niega el papel de vanguardia revolucionaria del FMLN, y se autoproclaman únicos representantes de la clase obrera, niega el papel que pueden jugar en nuestro proceso todas las fuerzas democráticas y progresistas junto a las clases trabajadoras. Están impregnados de un profundo pensamiento y práctica anti-partido. A este grupo de individuos está ligado el recién aparecido Movimiento Obrero Revolucionario "Salvador Cayetano Carpio", con ello pretenden levantar la figura de Carpio ante nuestro pueblo, ocultando y encubriendo lo que está claro y comprobado: Que Marcial terminó traicionando los intereses de la clase obrera y de todo nuestro pueblo, haciendo un irreparable daño a la revolución.
Frente a todas las calumnias propaladas por este grupo acerca de supuestas desviaciones de las FPL "Farabundo Martí", y de todo el FMLN, hay un hecho indiscutible que está a la vista de todo el mundo. El poderosos avance revolucionario, las contundentes victorias político -militares, conquistadas por las fuerzas del pueblo, la crítica situación político militar en que se encuentra la dictadura, el hecho incuestionable del avance en el proceso unitario y consolidación del FMLN. Los revolucionarios conocemos a profundidad las prácticas y medidas desarrolladas por el imperialismo y la reacción mundial encaminados a destruir los movimientos revolucionarios, para lo cual trazan como uno de sus primeros objetivos la división de las organizaciones de vanguardia de los pueblos. En nuestro país son innumerables los esfuerzos y las medidas que el imperialismo yanqui y sus títeres internos implementan para dividir la vanguardia de nuestro pueblo, el FMLN, y a cada una de sus organizaciones integrantes, para nadie es desconocido que recientemente en Grenada un grupo de revolucionarios fue instrumentalizado directa e indirectamente por el imperialismo para provocar una división y enfrentamiento dentro del partido “Nueva Joya”. Creó las condiciones propicias a los agresores imperialistas yanquis para justificar y consumar la invasión a Grenada, asestándole un golpe estratégico a la revolución. Llamamos a este grupo a la cordura y a la reflexión, a comprender que su actitud es dañina a los intereses del proletariado y de todo el pueblo, siendo el enemigo el único beneficiado. La actitud de todo revolucionario ante los nefastos planes del imperialismo, la oligarquía y su dictadura títere es fortalecer la unidad interna entre los revolucionarios y consolidar el FMLN.
Para finalizar, el Comité Central de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabundo Martí", al pueblo salvadoreño y a los pueblos del mundo, expresa:

1.                           Que les manifestamos a todos aquellos compañeros confundidos o engañados que las filas de nuestra organización están abiertas para todos los que quieran volver a incorporarse cerrando filas y unificando nuestros esfuerzos para derrotar a los enemigos del pueblo.
2.                           Que condenamos el brutal asesinato de nuestra compañera Ana María, segunda responsable del nuestra organización, así como a los responsables del mismo,  Salvador Cayetano Carpio "Marcial" y Rogelio Bazablia "Marcelo" y demás participantes. De igual forma reprobamos el cobarde suicidio de Carpio.
3.                           Que la pérdida irreparable de la inolvidable compañera Mélida Anaya Montes, forjadora y baluarte del pensamiento unitario de nuestro pueblo, fortalece la moral combativa de nuestra organización, la decisión de fortalecer el desarrollo unitario del FMLN, la decisión de lucha infatigable, profundiza nuestro amor al pueblo y la resolución de vencer, la voluntad de ser libres, llevar la revolución contra el imperialismo y la explotación hasta el final.
4.                           Las FPL "Farabundo Martí", estamos comprometidas indisolublemente con la clase obrera y el pueblo. Nuestra fortaleza, nuestra convicción y nuestra decisión descansa en la inquebrantable confianza, en la ilimitada capacidad creadora y revolucionaria del proletariado y del pueblo y de la confianza absoluta en la victoria popular.
5.                           Las FPL "Farabundo Martí", como organización revolucionaria templada en el curso de la heroica lucha del pueblo salvadoreño es capaz de depurarse y avanzar con firmeza en el fortalecimiento de la unidad de todo el pueblo y en el desarrollo de la lucha revolucionaria.
6.                           Que la reunión plenaria del séptimo consejo revolucionario de nuestra organización, ratificó la línea estratégica, político-militar de nuestra organización y la enriqueció con la base en las nuevas experiencias y exigencias de la revolución, la denominación del séptimo consejo revolucionario "Todo el pueblo dispuesto a derrotar la intervención del imperialismo yanqui", dedicado a nuestra segunda responsable comandante Ana María y demás héroes y mártires de la revolución, recibe el espíritu y la disposición de las FPL y de todo el pueblo de combatir y vencer a las tropas yanquis y de otros países títeres del imperialismo que agraden nuestro suelo patrio. Al mismo tiempo, trazó los lineamientos para contribuir junto al FMLN a alcanzar la victoria popular definitiva.
7.                           Finalmente hacemos un llamado a la clase obrera, al pueblo trabajador y a los sectores democráticos y progresistas a no dejarse confundir por la campaña de calumnias y mentiras propaladas por el enemigo y por todos aquellos que le hacen el juego directa o indirectamente.
A incorporarse masivamente a la lucha armada revolucionaria, contribuir con la misma para emprender las batallas decisivas contra los enemigos del pueblo.
A impulsar decididamente la lucha por las reivindicaciones políticas, económicas y sociales inmediatas.
A apoyar todas las medidas para evitar la intervención yanqui o, de otras fuerzas en nuestro país ya enfrentar con resolución cualquier intento de agresión a nuestro país.
A fortalecer la unidad del pueblo en torno a su vanguardia el FMLN y a cerrar filas frente a nuestros enemigos de clase.
Viva la unidad político-ideológica y orgánica de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabundo Martí".
Viva el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. (FMLN).
Guerra al imperialismo, la oligarquía y su dictadura títere.
Revolución o muerte… el pueblo armado vencerá.
Proletarios de todos los países unidos.
Unidos para combatir hasta la victoria final.
Revolución o muerte…. Venceremos.
Por el Comité Central de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabundo Martí", firman los miembros de su Comisión Política: Leonel González, primer secretario de las FPL y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación.
Dimas Rodríguez, segundo secretario de las FPL y segundo jefe de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación. Milton, Salvador Guerra, Estaban Cabrales, Mayo Sibrián, Ricardo Gutiérrez, Jesús Rojas, Valentín y Miguel Castellanos.
 (Las negrillas y los subrayados son nuestros)

NUESTRA CRITICA AL "COMUNICADO OFICIAL"
No es difícil destruir la endeble y carente de principios acusación contra el comandante Marcial del Comunicado anterior.
Lo primero que se debe destacar es la insistencia cansadora y machacona de proclamar la continuación  e inclusive la "victoria" de la lucha armada cuando se estaba negociando la "paz" capituladora con la dictadura. Todo esto precisamente para confundir al pueblo y hacerle creer que se seguiría la línea revolucionaria de Marcial.
En segundo lugar el "pez cae por la boca". Las mismas calumnias que se levantaron contra el Che Guevara y más aún el famoso y tristemente célebre principio del "culto a la personalidad" que ya sabemos muy bien dónde conduce.
Una vez eliminado Marcial, pues no hubo suicidio alguno, simplemente fue asesinado por orden del revisionismo soviético enemigo jurado de la revolución y la lucha armada, los revisionistas capituladores del FMLN, principalmente Shafik Jorge Handal, corrieron a firmar la paz traicionando vilmente la lucha revolucionaria que dirigía heroicamente el comandante Marcial.
Todo esto está demostrado en los documentos que tenemos el honor de publicar, pues se pretende sepultar en el olvido para la historia de América Latina, la figura señera del comandante Marcial, el camarada SALVADOR CAYETANO CARPIO.
VIII

Carta de suicidio de Salvador Cayetano Carpio

Palabras al heroico pueblo de El Salvador, a mi querida clase obrera y a la gloriosa FPL–Farabundo Martí.
En todos los momentos más duros de mi vida, en la lucha contra las clases reaccionarias y explotadoras internas y contra el imperialismo yanqui, ha sido y es mi pueblo y mi clase los supremos elementos de inspiración y objetivo básico la lucha por sus intereses. En este momento más que nunca.
He sido atacado, perseguido, calumniado, vejado, reprimido mil veces por esos bestiales enemigos del pueblo y todo lo he soportado y superado con mística por la causa de los obreros, campesinos y pueblo. Todos mis pasos son y han sido dentro de este marco, de estos intereses fundamentales, mayormente en estos últimos años de lucha, de la intensificación de la lucha popular de liberación, de la intensificación de las ofensivas militares e insurreccionales hacia la Toma del Poder para el pueblo y por el pueblo que tenga por base la alianza obrero–campesina y sus intereses.
Al intensificarse la Guerra Popular, se intensifica también la acción del imperialismo en todos los órdenes, sus conjuras, sus planes y complots. Contra todos esos planes nefastos estoy dispuesto a luchar hasta la victoria total.
Pero una cosa es luchar contra el imperialismo y sus intrigas, y otra sentir la injusticia, la calumnia y la infamia de parte de los mismos hermanos. Una negra conjura por manchar mi vida revolucionaria y dañar profundamente a las FPL está en marcha y llegando a su culminación. No sé de dónde proceden esos planes difamatorios, esa conjura contra mi vida revolucionaria. Lo único que sé es que cuando se acerca la Toma del Poder, la burguesía nacional e internacional arrecia todos sus recursos para debilitar la hegemonía proletaria–campesina en la revolución y de esta manera eliminar política o físicamente a las organizaciones que son verdadera garantía de los intereses proletarios.
Pero lo que duele, lo que no puede soportarse es que hermanos revolucionarios sean engañados y acepten como si fueran ciertas las calumnias, el invento pérfido, la infamia contra un revolucionario probado mil veces en el combate popular. Que al aceptarlo no sólo contribuyen a destruir mi probada imagen revolucionaria, sino que se lancen contra las filas de mi querida organización, considerando a todos sus miembros y redes como potenciales infiltrados del enemigo.
No puedo soportar impotente que así se trate a mi querida organización, base de la lucha revolucionaria de mi pueblo y de la unidad consecuente, ni a las exigencias de que ponga a sus organismos, redes, miembros y colaboradores en manos de una investigación mal conducida y prejuiciada. Y no puedo soportar el escarnio que se hace de mi persona, la infamia de querer involucrar mi nombre aunque sea indirectamente, la torva insinuación en esa dirección, en el doloroso caso de la terrible pérdida de nuestra compañera Ana María.
Rechazo esta injusta calumnia, aunque de ella se hagan eco los hermanos. Pero es más dolorosa la injusticia cuando viene de los hermanos que de enemigos. La verdad, que un día inevitablemente resplandecerá contra la calumnia y la infamia. Se impondrá inevitablemente. Y por de pronto, toda responsabilidad sobre mi decisión personal tomada en este momento recae sobre quienes, aun siendo hermanos, así han procedido tratando de poner injustamente manchas a mi trayectoria revolucionaria.
Sé que mi querido pueblo triunfará pronto; que la clase obrera sabrá defender su derecho a hegemonizar el proceso revolucionario de mi país, y que aun sufriendo estos grandes golpes, las FPL sabrán resurgir como genuina expresión del proletariado y del pueblo y sabrá jugar incidencia positiva en la correcta unidad del pueblo y sabrá desempeñar con nuestras queridas FAPL papel decisivo en la victoria final y en las fases que conduzcan a la creación de las condiciones para pasar al socialismo.
Me alienta la idea de que mi modesta contribución a esos logros, teniendo como norma hasta el último instante, cada acto de mi vida, los intereses del proletariado y del pueblo, en alguna medida ayudan y ayudarán a los genuinos intereses del pueblo en su futuro feliz.
¡Revolución o muerte! ¡El pueblo armado vencerá!
Abril de 1983
MARCIAL
Primer responsable de las FPL–Farabundo Martí y
Comandante en Jefe de las FAPL.
Miembro de la Comandancia General del FMLN.

 CUADERNOS  DE  «LIBERACION».  No. 12.
 SALVADOR CAYETANO CARPIO
LA GUERRA POPULAR SALVADOREÑA
 Autor de las notas sin nombre: Jorge Echazu Alvarado
"LIBERACION", EDITORES.
 LA PAZ-BOLIVIA.
 ENERO DE 2007.

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